El PSOE reta a Bildu para intentar hacerse con la alcaldía de Pamplona

Tanto es así, que Pamplona ha pasado en 48 horas de ser la plaza más asequible para los de Otegi, al acuerdo más complicado por la exposición que exige a los socialistas navarros. Los números obligan, y el candidato abertzale, Joseba Asirón, solo será alcalde con un apoyo explícito del PSN.

Se trata de un movimiento especialmente delicado a tres meses de las elecciones y una opción que ya descartan en público los socialistas navarros. Hasta tal punto que la candidata del PSN a la alcaldía pamplonica, Elma Saiz, ha tomado la iniciativa y ha anunciado su intención de hablar con Geroa Bai (la marca navarra del PNV) y con Contigo Navarra (la marca de Podemos) para postular su candidatura a la alcaldía. «PSN, Geroa Bai y Contigo Navarra tienen más apoyo social que EH Bildu», ha destacado, lo que en su opinión les convierte en «alternativa a la derecha y al independentismo».

El anuncio supone un giro de 180 grados respecto al planteamiento inicial. Ahora es la coalición independentista la que tendrá que posicionarse ante una disyuntiva que les deja fuera de juego. Si opta por apoyar la candidatura de Saiz, el PSN se hará con la alcaldía; de no hacerlo, UPN se hará automáticamente con el bastón de mando por ser la lista más votada. «Lo que está siendo bueno en el Gobierno de Navarra es una fórmulaexportable al Ayuntamiento», ha insistido Saiz tras anunciar su candidatura.

Y es que, aunque hasta ahora no se había contemplado esa suma, la fórmula que propone la candidata socialista no es más que una copia del pacto que ya ha funcionado en el Gobierno de Navarra. El problema es que la relación de fuerzas en el Ayuntamiento y en el Parlamento navarro no es la misma. Está por ver si EH Bildu acepta dar su apoyo a Chivite a cambio de nada después de que los socialistas, que han tenido menos concejales en el consistorio, le nieguen la alcaldía.

«Tendrán que explicar por qué lo hacen», ha advertido Otegi cada vez que le han planteado esa posibilidad. En su última entrevista radiofónica ha recordado además, que en los municipios donde PNV y PSE hicieron un pacto para desplazar a Bildu, como Andoain, Pasajes o Alonsótegui, los independentistas han logrado ahora la mayoría absoluta. «No se puede tomar a la gente por tonta», ha advertido para insistir en la necesidad de «respetar lo que ha decidido».

Sin embargo, los socialistas navarros no terminan de comprar el mantra de «parar a la derecha» que el coordinador general de EH Bildu también repite sin cesar en las últimas horas. De hecho, los primeros movimientos para un acuerdo autonómico tampoco están teniendo en cuenta a la formación abertzale. El PSN informó en una nota ayer que María Chivite ya había llamado a Geroa Bai y a Contigo Navarra para «explorar un nuevo Gobierno de progreso» en la Comunidad Foral.

En cualquier caso, ese pacto a tres no será suficiente para lograr su investidura, y necesitará de la abstención de algún otro grupo, como hizo hace cuatro años EH Bildu. El secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, ya ha propuesto públicamente a UPN que se abstenga «si no quieren que Bildu influya en el próximo Gobierno de Navarra». El regionalista Javier Esparza ganó las elecciones pero tiene complicado gobernar porque la derecha suma un escaño menos que la suma del tripartito que plantea PSN.

El PNV y el PSE también están tratando de adelantarse a los movimientos de Bildu en el País Vasco. En plena resaca electoral las dos formaciones anunciaron el inicio de negociaciones para reeditar acuerdos amplios en todas las instituciones importantes, aunque desde los socialistas vascos matizan que deberán estar adaptados a las nuevas mayorías de estos comicios, que han dejado un PNV más débil que hace cuatro años.

Sin embargo, esa alianza no será suficiente ni en la Diputación de Guipúzcoa, ni en el Ayuntamiento de Vitoria, las dos instituciones donde ha ganado EH Bildu. Necesitarán de la abstención del PP vasco para hacerse con el bastón de mando. Este último paso no parece complicado, ya que Carlos Iturgaiz ha ofrecido sus votos «a cambio de nada» para evitar un gobierno independentista.