El PSOE se aferra al miedo a Vox como estrategia de campaña
Sánchez desvela que Rajoy «fue el primero que me alertó» del partido de Abascal
Feijóo se abre espacio criticando la retroalimentación entre PSOE y Vox
Madrid
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Iniciar sesiónEl debate electoral cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Nuñez Feijóo del pasado lunes fue un duro revés para la campaña del candidato socialista, que confiado en ser muy superior al líder del Partido Popular (PP) centró buena parte de su ... estrategia en derrocarle claramente en el duelo celebrado en Atresmedia. No ocurrió así. Ni los más próximos al presidente se atreven a darle como claramente ganador y otros dirigentes aseguran sin tapujos en privado que el debate «no fue bien».
Pero ahora los socialistas tratan de poner en circulación, en una acción más coral, los mensajes y la estrategia que el jefe del Ejecutivo no desplegó con éxito ante Feijóo.
Destacadamente, el del miedo a la «ultraderecha» de Vox, cuyo eventual concurso en un Gobierno encabezado por el PP después de las elecciones del próximo 23 de julio los socialistas creen que metería a España en un «túnel del tiempo». Una expresión gráfica que Sánchez no para de emplear. Sin ir más lejos, durante su rueda de prensa a la conclusión de la cumbre anual de la OTAN, informa desde Vilna (Lituania) Esteban Villarejo.
Allí, a preguntas de la prensa española sobre el desarrollo del debate, presumió de actuar por convicción y no por cálculo electoral, y entonó el «me rebelo» cuando, detalló, «escuchó una sarta de mentiras como se dijeron» o «cuando escuchó blanquear a un partido en mi opinión machista como es el de Vox y los pactos que está firmando el Partido Popular con este partido del señor Abascal en muchos ayuntamientos y muchas comunidades autónomas de nuestro país».
También, añadió, ante «el uso descarnado que se está haciendo del terrorismo, algo que derrotamos en 2011 y que está rompiendo lo más sagrado que hay en nuestro país, que es la unidad sobre las víctimas».
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Mariano AlonsoEl presidente marcó una estrategia muy agresiva desde el principio pero perdió su principal oportunidad de la campaña
El discurso del miedo a Vox llevaba tiempo en barbecho, ante los precedentes nada halagüeños para el PSOE. No funcionó en 2022 en Castilla y León, aunque es cierto que allí los socialistas no alcanzaron la victoria, a pesar de estar cerca, por la polémica sobre la carne y la ganadería extensiva en la que el ministro de Consumo y líder de Izquierda Unida (IU), Alberto Garzón, metió al Gobierno de coalición que a otros factores, según una opinión extendida en la formación. Pero sobre todo fue un rotundo fracaso ese mismo año en las autonómicas andaluzas, donde Juan Manuel Moreno alcanzó la primera mayoría absoluta del PP en una región gobernada durante los primeros cuarenta años de democracia, de manera ininterrumpida, por los socialistas.
Tras el fracaso en el que siempre fue el feudo por antonomasia socialista, ratificado ahora en las municipales del pasado 28 de mayo –cuando el PSOE de Andalucía se quedó sin una sola alcaldía en las ocho capitales de provincia de esa comunidad autónoma, la más poblada de España– se llegó a la conclusión en altas instancias del partido de que alertar con la llegada de los de Abascal a los gobiernos (en las instituciones y con votos decisivos ya estaban desde que dejaron de ser extraparlamentarios a finales de 2018, precisamente en Andalucía) no era una manera adecuada de afrontar las citas electorales.
Un ministro con larga trayectoria y cargos orgánicos de importancia en el partido, y que siempre fue leal a Sánchez, explicaba por entonces en privado que había que aprender de la experiencia de algunos partidos homólogos en Europa, como el Partido Socialista francés.
En tiempos del célebre presidente François Miterrand, los socialistas galos alentaron subrepticiamente, señalaba este miembro del Consejo de Ministros, al Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen con la esperanza de que abriera una brecha con la derecha tradicional o gaullista que revertiera, en última instancia, en beneficio de la izquierda. Décadas después, la hija de Le Pen, Marine, ha llegado dos veces a la segunda vuelta de las presidenciales, alcanzando la última ocasión, en 2022, hasta el 40% de los votos, mientras los socialistas no llegaron ni al 5%.
La convicción expresada por este y otros importantes dirigentes del PSOE era tan grande que el discurso del miedo a Vox se daba por superado, cuando parecía además que el único voto útil que movía es el que iba al PP, como en el caso andaluz. De hecho, y en un momento bastante insólito del debate del lunes, fue algo que le advirtió a Sánchez el propio Feijóo, que también manifestó su intención de ganarse el apoyo para el 23 de julio de quienes hasta ahora piensan votar a Abascal.
Feijóo sale al ataque y neutraliza a Sánchez en el cara a cara
Ana I. SánchezAmbos se atacaron mutuamente por sus pactos pero los reproches del popular lograron abrumar al socialista
Sin embargo, fuentes tanto de Ferraz como del Gobierno consideran que la situación es distinta a la del 2022 en Andalucía, y que la entente del PP con Vox plasmada después de las elecciones del 28M en varias comunidades y ayuntamientos, como la Comunidad Valenciana, Baleares o Extremadura, o en consistorios como el de Valladolid, citado expresamente por Sánchez durante el debate del lunes, ha hecho «despertar a mucha gente» sobre el peligro que «para la democracia y la convivencia» supone Vox.
Ayer mismo, en un entrevista en el programa satírico de la SER Hora Veintipico grabado la semana pasada, Sánchez desveló que «el primero que me alertó» de la emergencia de Vox, cuando aún no tenía representación institucional alguna, fue el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante una de las entrevistas que mantuvieron en La Moncloa siendo Sánchez el líder de la oposición.
«Me trasladó su preocupación por Vox, y yo me quedé muy sorprendido y se lo comenté a mis colaboradores», comentó el candidato socialista. «Yo pensaba: qué raro que Rajoy hable de Vox cuando en ninguna encuesta aparecía Vox, no tenía representación institucional, no había concejales de Vox, en cambio él ya tenía claro que Vox era un riesgo».
Sánchez llegó por primera vez a la secretaría general del PSOE en julio de 2014, poco después de las elecciones europeas de aquel año, en las que Vox obtuvo más de 200.000 votos y fue, por delante del Pacma, el partido más votado de entre los que no obtuvieron ningún eurodiputado. No era, desde luego, un fenómeno fuera del radar de los expertos y de quienes se dedican a la política.
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