El PSOE se aferra a un desgaste de Feijóo con unos datos que avalan su subida sobre Casado
Alimenta la idea de un liderazgo tutelado y del vínculo con Vox como eje discursivo
Madrid
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Iniciar sesiónHay tres claves para el PSOE en el camino que resta primero a las elecciones autonómicas y municipales y luego hasta las generales de final de año. Y sobre las que necesita cimentar su remontada en las encuestas. La primera es que se resuelva el ... conflicto entre Podemos y Yolanda Díaz. En ese ámbito no pueden hacer mucho más que apelar al entendimiento. La vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, lo dejaba claro: «Se tiene que arbitrar un espacio a la izquierda del PSOE que si se disgrega puede tener poco rendimiento electoral», advertía.
La segunda clave es la economía. El Gobierno quiere desarrollar un discurso optimista. Pese a las consecuencias de la guerra en Ucrania en Moncloa y Ferraz respiran aliviados con una política europea alineada con una respuesta expansiva en cuanto al gasto.
El jueves, en la clausura del Spain Investors Day, el presidente del Gobierno destacaba la idea de que se tiene que intensificar ese despliegue de fondos europeos como una de las claves para que España sea de los países que menor impacto tengan en un 2023 que en términos globales se espera negativo.
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Y la tercera pata es en la que más se ocupan los diferentes portavoces del PSOE y del Gobierno: el desgaste por tierra, mar y aire del líder de la oposición. Los socialistas han pasado en menos de un año de estar muy preocupados por el nuevo liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, reconociendo que no generaba rechazo en parte de su electorado, a exagerar hasta el extremo su condición negativa respecto al líder del PP.
Hay parte de convicción en ello. Porque es cierto que muchos ministros y dirigentes socialistas tenían una consideración positiva del líder gallego y que con el inevitable choque en sus nuevas funciones esa imagen se ha quebrado. Pero no es menos cierto que existe desde el mes de julio una estrategia nítida de Moncloa y Ferraz por desgastar su liderazgo. La ruptura de las negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial llevaron esa estrategia a un nuevo nivel de contundencia y desprecio.
Ayer, Sánchez reunía en Ferraz a los ministros socialistas con su Ejecutiva Federal y se distribuyó un documento de trabajo en el que los socialistas dicen trabajar con un escenario en el que puede producirse «un cambio de liderazgo en el PP» tras las elecciones autonómicas y municipales «si el resultado que prevé el adversario político no se produce».
Y añaden «presidentes como Moreno Bonilla o Ayuso podrían ser un recambio que solicitasen muchas voces en el PP». Más que contemplar ese escenario, lo que quieren los socialistas es alimentar esa posibilidad y que cale ese mensaje de que Feijóo está «cada vez peor valorado en las encuestas y tutelado por líderes regionales de su partido como Ayuso o Moreno Bonilla».
El presidente del PP se está desgastando en términos generales. Pero partiendo de unos datos iniciales muy bajos
La cuestión es que en ese documento se adjuntan unos datos sobre la valoración ciudadana de Feijóo a partir de los datos del CIS que en el fondo no pueden sino refutar las tesis del PSOE respecto al presidente del PP. Es muy cierto que el «efecto Feijóo», muy espoleado también por las elecciones andaluzas, se ha corregido. Pero los datos siguen siendo abrumadores respecto a la anterior etapa.
Lo reflejan los propios datos que aporta el PSOE. En febrero de 2022 Pablo Casado generaba «ninguna confianza» al 51,8% del electorado. Nada más llegar Feijóo su rechazo era de solo un 19,9%. En el último CIS de diciembre se situaba ya en un 31,9%. Sí, el presidente del PP se está desgastando en términos generales. Pero partiendo de unos datos iniciales muy bajos. Y ya con subida respecto a noviembre.
Sus datos de rechazo hoy son 20 puntos inferiores a los de Casado. Lo mismo sucede en el terreno de la consideración positiva. Pablo Casado cerró su mandato despertando «bastante confianza» en un 7,4% del electorado. Nada más llegar, Feijóo subió al 30,1%. Hoy esa valoración se queda en un 21%. 14 puntos más que la que tenía Casado y también mejorando respecto al anterior sondeo.
Pero el PSOE está convencido de la estrategia. El documento estratégico menciona en tres ocasiones a la «ultraderecha». Explotar ese vínculo, que Feijóo quiere limitar, va a ser la principal baza del PSOE, que se vincula con un «proyecto de futuro» frente a un «Feijóo, sin programa claro» y «cada día más debilitado».
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