El PSOE acusa la desmovilización territorial tras el varapalo del 28M y los pronósticos del 23J

En la comunidad con el único barón socialista con mayoría absoluta, Emiliano García-Page, se palpa la escasa movilización y baja intensidad de las filas socialistas en esta campaña. La provincia de Toledo da prueba de ello: el PSOE realizó el martes un solo acto electoral, mientras que el PP tenía fijados cuatro en distintas localidades. Esta dinámica es la que se viene repitiendo en prácticamente todas las provincias de este territorio. Esa diferencia se alimenta por los resultados que arrojan las encuestas diarias, que dan una victoria incontestable de los populares en Toledo, Guadalajara, Cuenca y Albacete, mientras que en Ciudad Real se produciría un empate a dos diputados.

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Desde Ferraz no parece que vayan a inyectar ánimo en las filas socialistas con la presencia de Sánchez. Todo lo contrario que Feijóo, que en precampaña celebró en Toledo una cumbre con alcaldes y esta semana tiene dos citas, una en Ciudad Real, ayer mismo, y otra en Guadalajara.

Perder la Generalitat tras ocho años y algunos de los principales municipios de la región fue un golpe demasiado duro. El PSOE valenciano afronta esta nueva campaña a medio gas, con un Ximo Puig de salida al que se le empiezan a levantar voces críticas internas. Con la militancia exhausta y desmotivada, los socialistas han huido de los grandes formatos, con pequeñas reuniones con militantes en distintas comarcas. Puig está centrado en el traspaso de poderes y el hecho de verse desautorizado por Ferraz con las listas del 23J tampoco ha ayudado. Pese a ello, no ha cambiado el paso.

El barón valenciano se definió hace poco como «más pedrista que nunca», y acompañará a Sánchez en uno de los actos principales de campaña que se llevará a cabo este sábado en el Palacio de Congresos de Valencia.

A las olas de calor que asolan Andalucía –la circunscripción que más diputados aporta al Congreso– se une la debilidad en la dirección del partido de Juan Espadas, que ha perdido las dos últimas elecciones celebradas en el último año (las autonómicas de junio de 2022 y las recientes municipales del 28 de mayo) en el antiguo fortín del PSOE. La situación es tan preocupante que la vieja guardia del partido ha salido en auxilio del presidente del Gobierno mediante la firma de una manifiesto para pedir el voto para su líder. Entre la lista de firmantes figura Manuel Chaves, condenado por el caso de los ERE fraudulentos y dado de baja del partido desde su imputación en 2015. Se trata de un movimiento sin precedentes en los días previos a unas elecciones, pero que da idea del nerviosismo que impera en las filas.

El PSOE andaluz, como la mayoría de partidos, tampoco programa mítines. En el acto de apertura de campaña en Sevilla, antiguo bastión rojo donde ahora gobierna un alcalde del PP, José Luis Sanz, ni siquiera estuvo presente la cabeza de lista, la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que se quedó en Madrid para arropar a Sánchez.

Pedro Sánchez ni hará parada en Castilla y León durante esta campaña electoral, a pesar de que la plaza de Valladolid se había convertido en un clásico, con el exalcalde socialista, Óscar Puente, como anfitrión. En todas las citas electorales, el candidato a la presidencia del Gobierno del PSOE ha pasado por la capital vallisoletana. Sin embargo, las relaciones con Sánchez se han enfriado, después de que Ferraz impusiese al cabeza de lista al Senado, Javier Izquierdo, pese a que la dirección provincial del PSOE, en la que Puente es el secretario general, aprobase la relación de candidatos, una enmienda que causó un profundo enfado en el exalcalde, que sufrió en silencio la ofensa. Así las cosas, la campaña es también de perfil bajo en esta comunidad, generalmente con encuentros matinales y sólo un gran acto central encomendado al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que estará en Valladolid este viernes. También recorrerán estas tierras los ministros Albares, Robles y Escrivá.

El PSOE balear ha optado por alquilar una avioneta para recorrer las playas de Mallorca pidiendo el voto. Rescata así una forma de hacer campaña propia de hace décadas, que sin embargo califica de estrategia comunicativa «innovadora». Como las dos «cenas a la fresca» celebradas en Campanet y Calvià estos días, que han congregado una discreta afluencia, nutridas por apoderados y simpatizantes del PSOE. En la de Calvià el pasado fin de semana apenas congregaron cien personas, según cálculos del propio partido.

El PSOE canario pisa el acelerador de la campaña electoral con algo más de optimismo que en otros territorios, aunque con la misma tónica descafeinada. Sánchez usó Tenerife como trampolín de inicio de campaña con un lleno, aunque cambió sus planes de pasar por Gran Canaria en el último momento. Más allá de este, los actos de campaña mantienen un perfil bajo, sin grandes aglomeraciones y con ritmo sosegado de reuniones y encuentros con colectivos. Los socialistas ganaron las elecciones y aún mantienen el Gobierno de la capital grancanaria dentro de la debacle del 28M, por lo que aún tienen dónde agarrarse.

Con información de A. González (Toledo), T. Jiménez (Valencia), Antonio R. Vega (Sevilla), M. Serrador (Valladolid), M. Amorós (Palma) y L. Bautista (Las Palmas)