La Princesa Leonor, indispuesta por gastroenteritis, abandona la visita al pueblo ejemplar de Cadavedo

Al poco de comenzar el acto, cuando le tocaba a la Princesa decir unas palabras, la Reina improvisó, se acercó al micrófono e informó a los asistentes de que, si su hija Sofía ya se había sentido indispuesta por la noche y por eso no había podido ir, Leonor «se encontraba regular al levantarse» y aún así había hecho «el esfuerzo» de ir a Cadavedo.

La Reina explicó que su hija Leonor se sentía indispuesta y que sería un malestar de «24-48 horas… todos hemos tenido una gastroenteritis», dijo Doña Letizia. A continuación tomó la palabra en nombre de la Princesa de Asturias y leyó las palabras que su hija había preparado para ese momento.

La Reina dio la enhorabuena en nombre de la Princesa Leonor a todos los vecinos de Cadavedo por el premio y les dijo que le gustaría mucho «poder venir a la romería de La Regalina» para disfrutar con todos ellos de «los grupos de baile y las bandas de gaitas, de las verbenas, de la rapa y los bollos preñaos, ver la rifa de las alfiladas» y conocer al ganador del premio de poesía Fernán Coronas. «Es lo que me gusta de este lugar, que conserváis las tradiciones y hacéis lo posible por combinarlas con una economía sostenible», reconoció la Reina, siguiendo las palabras de la Princesa. También ensalzó que Cadavedo haya «mejorado tanto sus servicios» y haya «diversificado el modo de progresar».

La Reina continuó leyendo el discurso de su hija Leonor, donde decía que le ha sorprendido «la enorme cultura y la personalidad» que tenía el padre Galo: «No le faltaba razón cuando escribió ese verso en el que decía que si el Príncipe de Asturias –bueno, Princesa, en este caso– venía por aquí, escogería este lugar para hacerse una quinta enfloriada».

El Rey, antes de su discurso, también explicó el contratiempo y, como la Reina, dijo que había que repetir la visita a Cadavedo. Felipe VI felicitó a los vecinos de este paraje rural por el premio, «que reconoce vuestra voluntad de vivir en concordia, de organizaros para llevar adelante iniciativas que han mejorado el paisaje, los recursos y el legado de vuestros antepasados».

Don Felipe puso en valor la «ilusión y esfuerzo constante» con los que han logrado convertirse en destino turístico de primer orden, sumando esta actividad a otras tradicionales, como la explotación forestal, ganadería y agricultura. «Esto os permite ofrecer futuro a los jóvenes y escapar del despoblamiento que tanto afecta al mundo rural», declaró el Rey. Con sus últimas palabras, las gaitas comenzaron a interpretar el himno de Asturias.

Si hasta ese momento los Reyes y la Princesa habían parado en varios puntos de su recorrido –conocieron a las propietarias de un taller de costura de trajes regionales, se interesaron por la historia del Camino de Santiago relacionada con el pueblo y la Princesa Leonor incluso plantó un tejo–, después del acto de entrega del premio Don Felipe y Doña Letizia se dirigieron hasta la ermita de la virgen de La Regalina, una pequeña capilla que se encuentra en lo alto de un acantilado y que tiene unas vistas espectaculares al mar Cantábrico.

Con la interpretación de la Danza Prima por parte de la Sociedad Popular, Cultural y Recreativa La Regalina, los Reyes terminaron el recorrido por la localidad asturiana –de apenas 500 habitantes– contemplando las vistas de la playa.