La ceremonia de entrega de la 42ª edición de los Premios Princesa de Asturias tuvo varios momentos en los que se vio la complicidad entre los monarcas y sus hijas. Uno de ellos, de los más destacados, llegó al final, cuando el Teatro Campoamor ... estaba homenajeando a Leonor.
La Princesa se dejó contagiar por el aplauso de todos los presentes y ella misma se puso a hacer lo propio. Entre sonrisas, su padre el Rey le recordó que el protocolo dicta justo lo contrario y que no es correcto aplaudirse a sí misma. Ella, entre sonrisas, simplemente bajó las manos y se encogió de hombros ante la risa cómplice de Su Majestad.
La madurez con la que la Princesa Leonor asume su cargo institucional se nota cada vez más. Incluso ante un imprevisto como este, la joven de 16 años (cumple 17 en unos días), muestra una espontaneidad que no choca con la responsabilidad que carga sobre sus hombros, ni mucho menos. Ese este tipo de gestos los que le ayudan a ser una de las más queridas de la Familia Real.
Además, la relación con sus padres no puede ser mejor, como denota este episodio. La corrección de Don Felipe a su hija mayor demuestra que, aunque cada vez está más preparada, aún le falta pulir ciertos detalles. Nadie mejor que el Rey para enseñarle.
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