PP y Vox temen que Sánchez avance hacia la autodeterminación para apaciguar a sus socios y mantenerse en el poder
En la derecha está empezando a anidar la idea de que el presidente acepte este precio para continuar en La Moncloa: «Es capaz de cualquier cosa»
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La crispación instalada ya de manera habitual en el Congreso de los Diputados vivió este miércoles un chute de intensidad, en cierta manera esperado por los acontecimientos de los últimos días. Si la bancada del PP pidió al unísono la dimisión de Pedro Sánchez ... tras haber contestado en el control a Alberto Núñez Feijóo, la de Vox optó por el desprecio, con Santiago Abascal, su líder, abandonando el hemiciclo tras lanzar su pregunta al presidente, al que llamó «indecente» cuando pasó al lado de su escaño.
Ese enfado de la derecha tiene su origen en la corrupción, pero también en lo que esa debilidad de Sánchez pueda provocar en el país. De puertas para adentro, lo que está haciendo el presidente al reunirse con sus socios de investidura se ve como una segunda vuelta de aquellos encuentros que derivaron en la reelección de Sánchez, con la diferencia de que ya «ha aceptado un pago muy grande con la amnistía. Y nunca hay un solo pago. Cuando tus socios ven que has tragado una vez con un tema al que siempre te habías negado como la amnistía, saben que pueden conseguir cualquier cosa», apunta una persona cercana a la dirección del PP.
Poco ha trascendido hasta ahora de las reuniones que ya ha mantenido Sánchez con sus socios. En el caso de Junts, por ejemplo, se limitaron a decir que había que acelerar el pacto de investidura y en él, además de la amnistía, se incluía ese referéndum de autodeterminación, que una diputada de Vox con rango dentro del partido cree que puede marcar la segunda parte de la legislatura. «Este tipo es capaz de cualquier cosa. No es descartable que se avance hacia la autodeterminación y las posiciones separatistas», explica esta misma persona, que se refiere no solo a Cataluña, sino también al País Vasco.
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La debilidad de Sánchez invita a sus socios a exprimirle al máximo. Y esas están todos. Incluido EH Bildu, cuyo líder en el País Vasco, Arnaldo Otegi, señalaba esta semana que «hace falta un bloque con un programa y un propósito». Objetivo que él situaba en un nuevo «modelo de Estado» con «un programa político plurinacional» que acepte lo que no «no se hizo en la transición, en el 78».
La misma idea trasladaron fuentes de EH Bildu tras la reunión de Mertxe Aizpurua y Gorka Elejabarrieta con el jefe del Ejecutivo. La formación reivindicó la necesidad de actuar con "contundencia" y puso el foco en la oportunidad abierta para "articular un nuevo programa político democrático, plurinacional y social". "EH Bildu entiende que se debe aprovechar este momento de crisis como una oportunidad en términos estratégicos para abrir un proceso de reforma democrática que responda a las necesidades y anhelos del pueblo vasco y del resto de pueblos del Estado", dijo claramente el partido.
El PNV, por su parte, insiste en pedir más contundencia con la corrupción, pero sin ir más allá. Gestos que ven insuficientes en la derecha. «Mira si está comprometido el PNV en contra de la corrupción que hoy le ha preguntado a Sánchez por un tema de pesca en la sesión de control», ironizaba otra persona del entorno de Feijóo en los pasillos del Congreso.
El temor por lo que pueda aceptar Pedro Sánchez para seguir en La Moncloa es compartido por Génova y Bambú, que no desvelan si sus respectivos líderes han hablado en los últimos días sobre esto y sobre una posible moción de censura. «No me consta», dicen desde el PP; «eso no es lo importante, no hay que poner ahí el foco», insisten en Vox. Ninguno niega la conversación, dejando entrever que puede haberse producido.
En cualquier caso, la posición acerca de una moción de censura sigue firme en ambos partidos. En el PP se niegan a presentarla si no es con los apoyos necesarios y en Vox insisten en que lo hagan para retratar a los socios. «Les da mucho miedo presentarla y por eso no lo hacen», apuntan fuentes de Vox. Más pragmáticos son en el PP, donde reiteran que «la moción no depende de nosotros, depende de que los socios dejen de apadrinar este vodevil de corrupción».
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