El PP esquiva el bloqueo de la revisión de las ayudas a Bildu
La Mesa del Congreso se vio obligada a aceptar su segunda petición y se debatirá este martes en comisión
El PP forzará la revisión de las subvenciones a Bildu por incluir a etarras en sus listas del 28-M

La Comisión Mixta para las Relaciones con el Tribunal de Cuentas debatirá el martes una solicitud del Partido Popular (PP) para que el órgano fiscalizador del dinero público en España haga un informe específico sobre las subvenciones que debe recibir EHBildu por las elecciones ... municipales de mayo del año 2023. Para ello, los populares han tenido que superar el bloqueo con el que se toparon inicialmente en la Mesa del Congreso, con mayoría de PSOE y Sumar, donde los partidos que conforman el Gobierno, que cuentan con los aberzales como uno de sus principales aliados, argumentaron que no se le puede reclamar a un organismo independiente que rehaga su fiscalización.
El 9 de mayo, como adelantó ABC, el PP registró una iniciativa en el Congreso para que la Comisión Mixta para las Relaciones con el Tribunal de Cuentas instase al órgano a completar su informe número 1.612, remitido a las Cortes Generales, antes de que el Parlamento tomase conocimiento del mismo. El motivo, que el Tribunal de Cuentas no se pronunciaba sobre si la coalición de la izquierda vasca separatista podía haber incurrido en uno de los supuestos para dejar de percibir las subvenciones públicas previstas en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg).
Cabe recordar que en aquella cita con las urnas, el 28 de mayo del 2023, Bildu llevaba en sus listas a las elecciones municipales hasta 44 condenados por delitos de terrorismo, siete de ellos por asesinato. Una circunstancia que generó conmoción en las víctimas de ETA y un rechazo generalizado que llevó a la coalición a comprometerse con que ninguno de los siete candidatos con sangre en su historial iba a recoger el acta de concejal en el caso de resultar electo.
Dicho esto, el artículo 127.4 de la Loreg recoge expresamente: «Las subvenciones previstas en este artículo no se devengarán a favor de dichas formaciones políticas cuando en sus órganos directivos, grupos parlamentarios o políticos, o en sus listas electorales incluyan o mantengan a personas condenadas por sentencia, aunque no sea firme, por delitos de rebelión, de terrorismo o delitos graves contra las instituciones del Estado, en los términos previstos en la legislación penal, salvo que aquellas hubieran rechazado públicamente los fines y los medios utilizados».
Siendo conocedores de esta circunstancia, los populares se pusieron manos a la obra, con su secretaria general, Cuca Gamarra, a la cabeza, para intentar forzar la revisión de las subvenciones públicas a Bildu, cuya matriz, Sortu, es el partido heredero de la ilegalizada Batasuna, el antiguo brazo político de la banda terrorista ETA.
El PP ya consiguió que no se incluyese en el orden del día de la Comisión Mixta para las Relaciones con el Tribunal de Cuentas el controvertido informe número 1.612, que menciona el espinoso asunto en una nota a pie de página, pero no entra en el fondo de la cuestión, dejándola en manos de «la autoridad competente», en una clara alusión al Ministerio del Interior; pero la Mesa del Congreso bloqueó inicialmente su estratagema.
El 20 de mayo, el PSOE y Sumar rechazaron calificar la iniciativa del PP alegando que no se le puede reclamar al órgano fiscalizador que rehaga un informe ya presentado ante elParlamento. Los populares, entonces, registraron un nuevo escrito para reclamar al órgano un informe especial sobre las subvenciones a Bildu por las elecciones locales del 28-M, de modo que tenga que pronunciarse. Al tratarse de la petición de un nuevo trabajo, los partidos del Gobierno no tuvieron más remedio que aceptar darle trámite y el órgano rector de la actividad parlamentaria le dio luz verde siete días después, en su siguiente reunión.
La iniciativa del PP se ha incluido definitivamente en el orden del día de la próxima reunión de la Comisión Mixta para las Relaciones con el Tribunal de Cuentas, el martes 10 de junio, cuando, salvo sorpresa, el Parlamento instará al órgano fiscalizador a elaborar un informe específico sobre las ayudas electorales a Bildu, después de haber incluido a etarras en sus candidaturas. Saldrá adelante porque se trata de una comisión mixta, compuesta por diputados y senadores, y en ella el PP y Vox suman mayoría.
Las claves
Votación asegurada
El PP y Vox tienen mayoría en la Comisión Mixta para las Relaciones con el Tribunal de Cuentas, compuesta por diputados y senadores, por lo que, en principio, saldrá adelante la iniciativa.
Subvenciones, sí, pero...
El artículo 127.4 de la Loreg deja claro que se quedarán sin subvenciones los partidos políticos que tengan en sus listas electorales candidatos con delitos de rebelión, terrorismo o graves que no hayan rechazado «públicamente los fines y los medios utilizados».
Un informe incompleto
El PP se negaba a tomar en conocimiento el informe número 1.612 del Tribunal de Cuentas, que señalaba la polémica sobre las subvenciones de Bildu, pero no se pronunciaba sobre si le corresponde recibirlas.
Las alegaciones
Bildu alegó que sus candidatos firmaron su código ético, con una renuncia genérica a cualquier «agresión o violación» de derechos humanos, pero la Audiencia Nacional ya tumbó escritos similares para acceder a terceros grados.
La pregunta que queda por esclarecer es si Bildu, al incluir a etarras en sus listas, puede percibir subvenciones por los comicios municipales del año 2023. La Abogacía del Estado elaboró un informe para el Ministerio del Interior en el que lo desaconsejaba, pero modificó su postura tras las alegaciones presentadas por los aberzales. Estos decían que sus candidatos habían suscrito el código ético de Bildu, pero, como publicó también ABC, esto se limitaba a una afirmación genérica parecida a otras rechazadas por la Audiencia Nacional para el acceso al tercer grado de presos de ETA. «Hago mías las bases ideológicas y objetivos políticos de EH Bildu, rechazando con ello cualquier acto o actividad que suponga agresión o violación a cualquier derecho humano y al uso de la violencia para la consecución de objetivos políticos». Esa era la coletilla suscrita para mostrar el arrepentimiento de los candidatos con pasado terrorista.
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