La Policía blinda el Congreso, pero siguen las algaradas en Ferraz

La decimocuarta concentración ante la sede del PSOE siguió el mismo patrón que las precedentes. A partir de las 19.30, los manifestantes comienzan a llegar y al límite de las 21 horas se suceden los habituales cánticos contra el presidente del Gobierno, los pactos con los independentistas o contra la prensa. Todo ello con multitud de personas portando banderas de España y otras enseñas. A partir de esa hora es cuando los ultras toman la cabecera de la concentración y comienzan a lanzar botellas de vidrio u otros objetos contra los antidisturbios de la Policía Nacional o los medios de comunicación. Ayer, por ejemplo, un globo de pintura impactó contra la cara de un cámara, que necesito asistencia sanitaria.

Es al límite de la medianoche cuando los ultras intensifican su protesta y acaban tirando las vallas de protección que les separa de la Policía, momento en el que los agentes tienen que cargar ante la presión de bengalas y lanzamientos de objetos contundentes. Durante la noche del jueves ocurrió nuevamente, cuando la mayor parte de los manifestantes ya habían abandonado el lugar, entre ellos el dirigente de Vox Javier Ortega Smith. La Policía detuvo al menos a diez personas y se sucedieron las cargas y lanzamiento de bengalas y todo tipo de objetos contra los agentes. Los incidentes se prolongaron, como el miércoles, por el entorno de la calle Princesa, donde ardieron varios contenedores. Siete personas resultaron heridas leves, entre ellas un policía.

Una vez iniciadas las cargas contra los encapuchados, la Policía desplegó los furgones por la calle Marqués de Urquijo para así lograr una mayor efectividad en la disolución de la protesta. Los incidentes se fueron desplazando hacia el entorno de la calle Princesa, en cuya boca de Metro muchos manifestantes encontraron refugio de los altercados. Las cargas también se dirigieron hacia las calles Alberto Aguilera y Gaztambide, donde ardieron varios contenedores. A partir de la una y media de la madrugada del viernes, la situación estaba controlada, aunque la Policía seguía a algunos grupos de ultras por el barrio de Argüelles.

Entre los 15 detenidos tras los altercados de la noche del miércoles en el entorno de la calle Ferraz, figuran dos periodistas. Como adelantó ABC ayer, se les atribuyen delitos de desórdenes públicos por presuntamente lanzar botellas contra la Policía. Los periodistas, que trabajan en 'El Mundo' y 'El Español', niegan los hechos y aseguran que se encontraban trabajando. Los hechos ocurrieron sobre las 23 horas del miércoles en la confluencia de Juan Álvarez Mendizábal con Marqués de Urquijo. Los redactores, según los agentes, se habrían escondido en el portal donde fueron arrestados. 'El Mundo' y 'El Español' estudian emprender acciones legales por detención ilegal y denuncia falsa contra la Policía Nacional.

El dispositivo de 1.600 agentes de la Policía desplegados con ocasión de la investidura -400 más que en 2016, cuando el presidente elegido fue Mariano Rajoy- resultó durante toda la jornada de este jueves lo suficientemente disuasivo como para que los grupos más violentos no hiciesen acto de presencia. El miércoles uno de los elementos que más capacidad de movilización tiene en este ámbito (cuenta con 325.000 seguidores solo en una red social), admitía de forma implícita que no tenían capacidad de respuesta al publicar en sus redes sociales: «No estaremos donde el Estado espera que estemos (...) Cuando llegue el día, y está próximo, nos levantaremos y actuaremos todos a la vez». Ayer reapareció para pedir que se acudiese una noche más a Ferraz y a protestar en Sevilla en la ceremonia de entrega de los premios Grammy Latinos.

Pese a todo, uno de los diputados socialistas, Herminio Sancho, tuvo que ser escoltado en su llegada al Congreso, tras recibir el impacto de un huevo en la cabeza mientras desayunaba cerca de la Cámara Baja. Según confirmaron fuentes policiales a ABC y el propio Grupo Socialista, Sancho se encontraba en un bar junto a los diputados María Luisa García Gurruchaga, Daniel Senderos y Vicent Sarrià cuando un grupo de personas empezó a acosarles desde el exterior del establecimiento y, una vez fuera, a lanzar huevos, uno de los cuales alcanzó al diputado. Los agresores fueron identificados por la Policía y el PSOE afirma que interpondrá una denuncia.

Al igual que a la entrada, las Fuerzas de Seguridad mantuvieron el dispositivo en la calle Cedaceros para facilitar la salida una vez hubo terminado la sesión de investidura. Alrededor de un centenar de personas, convocadas por el Frente Obrero y la plataforma Junta Democrática, esperaban allí a los diputados, a los que llamaron «traidores» y «usurpadores», e hicieron proclamas contra el sistema representativo español. En el extremo contrario, cerca de la fuente de Neptuno, unas 200 personas se concentraron para protestar.