Así perdió Igualdad el PSOE y entregó a Podemos su mejor arma: «Es la guerra cultural contra nosotros»
Sánchez cedió ese ministerio a las primeras de cambio para proteger departamentos con más presupuesto
La ley del solo sí es sí fue la primera gran crisis de la coalición y tres años después estalla como la más grave
La doctrina de Sánchez no frena el desencanto y el temor en el PSOE: «No hay nada que hacer»
Madrid
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Iniciar sesiónEl pulso entre PSOE y Unidas Podemos en torno a las políticas del Ministerio de Igualdad está suponiendo el mayor desgarro en términos emocionales y culturales dentro del Gobierno de coalición. La crisis que atraviesa el Ejecutivo en torno a la reforma del 'solo ... sí es sí' ha sido el detonante de años de desconfianza y recelos que han tensado la entente gubernamental. El momento actual es lo más parecido a un punto de quiebra que ha vivido la alianza de izquierdas, también el más descarnado.
El pasado verano se experimentó un momento muy duro a raíz del rechazo de Unidas Podemos al ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN. Pero las rebajas de penas a los agresores sexuales como consecuencia de la 'ley del solo sí es sí' lleva desgastando al Consejo de Ministros tres meses, tiene un constante eco mediático y el daño causado no tiene solución. El comienzo de este pulso se remonta a hace ahora casi cuatro años. Y todavía no ha terminado.
En manos de Iglesias desde el primer momento
Pedro Sánchez ha ganado las elecciones del 28 de abril de 2019. Tiene a mano una mayoría de 180 escaños con Ciudadanos (CS). «¡Con Rivera, no!, ¡con Rivera, no!», corea esa noche parte de la masa congregada en Ferraz. Algunos dirigentes del círculo cercano al presidente se miran de reojo. Eso no es bueno. Pero no habrá nada que hacer. De forma discreta José Luis Ábalos trata de explorar esa vía en contacto con el entonces número dos de CS, José Manuel Villegas. Pero hay una buena parte del PSOE que prefiere basarse en la fórmula que había alumbrado la moción de censura de junio de 2018 y que se asocia más al Sánchez de las primarias que ha recuperado Ferraz. Nunca hay una demanda pública por parte del PSOE en favor de buscar a Ciudadanos. Y tienen coartada: Albert Rivera está en otra partida. Solo queda Pablo Iglesias. Pero todavía no.
La colisión por el 'sí es sí' eclipsa los planes de Sánchez y contamina otras leyes pendientes
Gregoria CaroPodemos, ERC y Bildu presionan a los socialistas con una enmienda para proteger a los perros de caza a pocas horas de la ley de animales se vote hoy
Sánchez cede, pero la investidura fracasa
Todo ha ido más lento de lo que sería recomendable. Tras las generales se tenían que celebrar comicios autonómicos o municipales. El PSOE además no tiene prisa. Sabe que no hay gobierno alternativo al suyo. Intenta que el resto de jugadores bajen los brazos. El mes de julio acelera los contactos. El 23 y el 25 de julio son las fechas marcadas en rojo en el calendario para la votación de investidura. Pedro Sánchez lanza un órdago: no puede aceptar a Pablo Iglesias dentro del Gobierno. El líder de Podemos lee rápidamente la jugada. Habla con sus íntimos y anuncia su retirada. Ya no hay excusas para la coalición.
La por entonces vicepresidenta única, Carmen Calvo, está en el centro de las operaciones. Pero en los últimos compases sale del foco. ¿Qué ha pasado? Los morados están reclamando ocupar el Ministerio de Igualdad desde el principio. «Lo vimos desde el primer momento. Entregar Igualdad era entregar la corona», relata un dirigente. Pero el presidente y su núcleo de La Moncloa tienen otro enfoque. No quieren que el grupo de Iglesias tenga control sobre muchas parcelas de los Presupuestos. No quiere que Podemos tenga competencias en materia fiscal o de mercado de trabajo, como está reclamando. «Fue un error. Con más gestión y menos ideología los habríamos tenido más controlados», relata un ministro que todavía a día de hoy se sienta en el Consejo de Ministros. «Hasta les podíamos haber dado Fomento y que se ocupasen en hacer carreteras», tercia otro con cierta ironía.
Pero Sánchez no atisba ese riesgo y prefiere cerrar la puerta a los grandes ministerios. Algo tiene que ceder. Desde espacios socialistas se filtra un documento que atribuye a Podemos la «exigencia» de una vicepresidencia además de cinco ministerios. Igualdad entre ellos, pero además Trabajo y Seguridad Social, Transición Energética y un departamento al que Podemos llama Justicia Fiscal. Sánchez se planta. Iglesias dice sentirse humillado. La sesión de investidura se recordará siempre por la enorme tensión entre el presidente e Iglesias, pero sirve para constatar que el PSOE ya ha perdido Igualdad. Sánchez relata en la tribuna que su oferta final a Iglesias es la siguiente: una vicepresidencia de Asuntos Sociales además de tres ministerios: Vivienda y Economía Social, Sanidad, Asuntos Sociales y Consumo, e Igualdad.
Podemos nunca cede Igualdad en su plan
Pasan las semanas. En Unidas Podemos están nerviosos. Hay fricciones internas. Izquierda Unida traslada que la coalición no debe ser una obligación. Pero Iglesias lo tiene claro. En el PSOE hay cierto escepticismo. La Moncloa ya está trasladando su previsión de un repunte electoral si se repiten los comicios. La gente vuelve a preguntarse dónde está Albert Rivera. El por entonces presidente de CS lee mal la intención de Sánchez. Interpreta y así lo traslada a personas de su entorno que Sánchez e Iglesias acabarán pactando. Y arrancará una legislatura en la que el PP (66 escaños) estará muy debilitado. Y Ciudadanos con sus 57 diputados se consolidará como principal actor de la oposición.
Podemos intenta retomar el contacto y prepara un documento con cuatro propuestas distintas para integrarse en el Gobierno. En las cuatro Podemos reclama el Ministerio de Igualdad. Mientras que Trabajo y Transición Ecológica solo aparecen en dos de las propuestas, y nunca juntas. Vivienda también aparece en dos propuestas. Pero la presa de Igualdad no se suelta. «Ellos tenían la idea de abrir la guerra cultural contra nosotros por ese eje», advierten hoy en las filas socialistas.
La repetición electoral obliga a pactar
La operación fracasa. En el PSOE se deja ver ya sin duda el enorme recelo con Iván Redondo. A él le atribuyen la aspiración de llegar a 140 0 150 escaños con la repetición electoral. «La misma noche electoral todavía hablaba de 130», rememora un dirigente. Su equipo vislumbraba que Ciudadanos colapsaría. Acertaron. Y que el PSOE crecería al ser reconocido como único gobierno posible. Se equivocaron. La combinación de ambos factores habría permitido evitar la coalición, que era el verdadero objetivo.
Sánchez reúne esa noche en Ferraz a su guardia pretoriana y les comunica que hay que hacer la coalición con Podemos. Calvo vuelve a mostrarse preocupada por las consecuencias, recuerda una tercera persona. Pero no hay nada que hacer. Tras meses de resistencia («No podría dormir por la noche con Podemos en el Gobierno») se consuma en 48 horas un pacto exprés para tapar un fracaso. Además de Igualdad, Iglesias consigue eliminar el veto sobre su persona y el Ministerio de Trabajo para la gallega Yolanda Díaz. Ni el PSOE ni Podemos pueden imaginar la trascendencia posterior de esto último.
Quintos de Mora y la `ley del solo sí es sí'
Es 13 de enero de 2020. La OMS emite ese día un comunicado. Se confirma la infección de una persona en Tailandia por el nuevo coronavirus. Afortunadamente, «gracias a que China ha secuenciado los genes del virus, ahora hay más países que pueden diagnosticar rápidamente a los pacientes». No parece que haya nada de lo que preocuparse. Los focos en España se sitúan en los intercambios de carteras ministeriales tras formar la coalición. «Calvo no quiso ir a darle la cartera a Irene», recuerdan todavía hoy en Podemos. Cuestión que se niega en el ámbito socialista. Aunque no se oculta que el «nuevo escenario» en el que se «desgajaban ministerios» para dar entrada los morados generó «dudas operativas», trata de minimizar hoy un alto cargo. Aquella foto era la de la derrota del PSOE. Pero casi nadie esperaba que ese ministerio fuese a terminar siendo uno de los grandes dolores de cabeza de la legislatura.
La ley cuyas consecuencias están estresando las costuras del Gobierno de coalición en pleno año electoral fue también el primer traspié del Ejecutivo. En esos primeros compases quedó de manifiesto la vocación de Sánchez por «cuidar» al socio minoritario. Calvo era partidaria de que la ley que quería aprobar Irene Montero fuese en una reforma global del Código Penal. Incluyendo la sedición que recientemente había puesto sobre la mesa el presidente. Pero Sánchez concedió que esa ley contra las violencias sexuales se presentase de forma urgente y por separado, antes del 8 de marzo. Un mes antes, el 8 de febrero, Sánchez se lleva de convivencia a su nuevo Ejecutivo. Comparten una jornada de trabajo en la finca de Quintos de Mora. Ese día Irene Montero le entrega impreso a Juan Carlos Campo, ministro de Justicia, lo que para Igualdad es la versión del anteproyecto de la nueva ley.
Una «chapuza» y un «machista frustrado»
Apenas unos días después, Campo mantuvo un encuentro con los otros dos ministros jueces del Gobierno, Fernando Grande-Marlaska y Margarita Robles. Los tres se muestran perplejos. Fue entonces cuando por primera vez se estima que la ausencia de tipos agravados reduciría en la práctica algunas penas por agresión sexual. A raíz de esos primeros estudios el Ministerio de Justicia emite un durísimo informe contra el borrador de Igualdad. La filtración del mismo a un medio de comunicación hace estallar la coalición.
El 27 de febrero hay reunión de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios de Estado. «Ese día hubo mucha tensión. Corrimos innecesariamente para llegar al 8-M». Y así fue. Victoria para Podemos. El 3 de marzo el Consejo de Ministros aprueba el anteproyecto de Ley Orgánica de Garantía Integral de Libertad Sexual. Ese mismo día, el vicepresidente Iglesias se regodea en su victoria y en los pasillos del Senado espeta que detrás de las excusas técnicas «hay mucho machista frustrado».
Un texto también del Ministerio de Justicia
El 6 de julio de 2021 el Consejo de Ministros aprueba el proyecto de Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual. Tanto a Calvo como a Campo les quedan muy pocos días en el Consejo de Ministros. El ministro de Justicia todavía no sabe que ha prestado uno de sus últimos servicios tratando de mejorar una norma que ha recibido duros informes de los órganos consultivos. La ley también es de Justicia, como coproponente del texto. El desempeño de Campo, hoy magistrado del Tribunal Constitucional, es clave ahora en la defensa que Podemos hace del texto.
La 'ley del solo sí es sí' ha sido el capítulo central de una pugna que PSOE y Podemos libran dentro del movimiento feminista. La ley trans fue otra victoria de Podemos, especialmente dura para Calvo, que abrió una herida profunda en el PSOE. Los socialistas sorprendieron a Podemos registrando en solitario su Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación a comienzos de 2021. Y en 2022 hicieron lo propio con la que pretende abolir la prostitución, algo que genera división en Unidas Podemos. La batalla es en cada palmo de terreno.
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