Patxi López da por cerrado el caso de la cena con Tito Berni tras conjurarse con los diputados del PSOE

El portavoz socialista rechaza la comisión de investigación que pide el PP

Patxi López, a su llegada este martes a la reunión del Grupo Socialista EP

«No hay caso». Así ha tratado de zanjar este martes el portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, la polémica por la cena que varios de sus diputados compartieron en el otoño de 2020 con Tito Berni. Lo ha hecho en su rueda ... de prensa semanal, que en esta ocasión se ha producido no solo después de la reunión de la Junta de Portavoces, sino también de otra del Grupo Socialista, a puerta cerrada, que ha servido para que López y sus diputados se conjurasen por lo que consideran un ataque injustificado a la «honorabilidad» de los parlamentarios que acudieron a esa cena con su entonces compañero, Juan Bernardo Fuentes Curbelo.

«Cuando vamos conociendo toda la información, lo que queda claro es que el único pecado del Grupo Socialista es que cinco diputados y diputadas, cinco, ni quince, ni veinte ni treinta... cinco diputados y diputadas socialistas fueron a cenar. En mesas separadas, y respetando el toque de queda. Punto. Sin embargo mucha gente, y algunos reclamándose como periodistas, señaló y apuntó, de manera injusta e intencionada, a otros compañeros y compañeros, con eso de 'ensucia, que algo queda'» ha señalado López al inicio de su intervención, ironizando que iba a hablar del caso Mediador «que si no me vais a preguntar luego, seguro».

Poco antes, en la sala Ernest Lluch de la Cámara Baja, una de las más grandes del Congreso, los diputados se reunían a puerta cerrada en lo que por momentos se convirtió en una suerte de terapia de grupo. «Este modus operandi no es nuevo, vienen a por nosotros» decía dentro de esa reunión, según ha podido averiguar ABC, uno de los parlamentarios, quien añadía indignado: «Que si somos corruptos, puteros...» El escándalo del Tito Berni y sus ramificaciones hacia otros diputados de la bancada socialista centraba esa reunión, después de que la pasada semana no hubo actividad en el Congreso de los Diputados. La de este martes era por tanto una reunión trascendental. Todos juntos. Cara a cara. Tras días de zozobra y tiranteces.

El señalamiento por parte del mediador y presunto cabecilla de la trama a algunos otros diputados socialistas como participantes en las cenas organizadas por Juan Bernardo Fuentes Curbelo tuvo lugar en una semana sin pleno. La posterior confirmación por parte del partido y de alguno de los protagonistas de que efectivamente participaron en alguna cena con su ex compañero, aunque siempre negando que se fuera más allá, puso al partido en una situación muy complicada.

Una reunión para desahogarse

Entre los afectados ha habido mucho malestar. Que hoy se ha hecho patente en la reunión del grupo parlamentario. «Han necesitado desahogarse», corroboraba un diputado porque, alguno de los protagonistas ha tomado la palabra para quejarse ante la dirección de que «se nos ha estigmatizado». En el seno del partido existe la sensación de que la semana pasada hubo un momento en que «se perdió el control».

Antes incluso de que el mediador empezase a señalar a diputados socialistas existía un debate en Ferraz sobre sí era conveniente adelantarse y dar los nombres que el partido en sus indagaciones había corroborado que habían participado en alguna cena organizada por Fuentes Curbelo, alias Tito Berni, con miembros de la trama. Pero la decisión fue no hacerlo. Y solo se actuó reactivamente.

Esa es la queja fundamental que estos días y este martes han expuesto algunos de los protagonistas. Que tanto los que sí participaron en alguna cena como los que ni siquiera lo hicieron «quedaron expuestos socialmente», en palabras de un dirigente. La estrategia comunicativa despertó muchas reticencias e insinuaciones internas. Como publicó este periódico el pasado sábado, existía la sensación de que Ferraz podía estar levantando un cortafuegos para proteger a algún implicado de más entidad. Afloraron las viejas rencillas por el control de Ferraz.

Fuentes del grupo parlamentario certifican que en la reunión de hoy la dirección ha expresado «apoyo total» a los afectados y que algunos afectados han necesitado desahogarse y expresar ante sus compañeros el malestar que siguen experimentando. «No están acostumbrados a estas cosas», certifica un diputado con curtido en batallas de toda condición. Otro diputado no afectado por la causa cree que tras provocar la salida De Fuentes Curbelo en Ferraz «se relajaron y pensaron que ya estaba todo hecho». Otra parlamentaria atestigua que «tenemos la sensación de que minimizaron el impacto». La dirección, por contra, reconoce que un caso así nunca está «exento de sorpresas», pero defienden que no se cruzaron de brazos y que con carácter interno se llevó a cabo una investigación «exhaustiva» para medir el alcance.

Tanta ha sido la conjura que López, en su rueda de prensa, se ha mostrado contundente y menos esquivo que siete días antes, cuando más nervioso llegó a espetarle un «qué más te da» a uno de los informadores de este diario que le preguntaba. En esta ocasión ha reiterado con contundencia el mensaje de que «dentro del Grupo Socialista lo único que hay es que cinco diputados y diputadas se fueron a cenar. Punto. No hay nada más».

Aunque sobre la trama en general ha dicho que «queremos saber toda la verdad», si bien ha rechazado la comisión de investigación sobre ese caso Mediador que solicita el Partido Popular (PP), al mismo tiempo que ha reclamado «reactivar» la que ya se abrió en su día sobre el caso Kitchen, el presunto espionaje desde el Ministerio del Interior de Jorge Fernández Díaz, durante los gobiernos de Mariano Rajoy.

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