Bildu acepta que Chivite presida Navarra, pero exige Pamplona
Los de Otegi reclaman la capital como «fuerza progresista» con más votos, aunque UPN les superó en casi 3.000
Otegi estalla contra el abrazo del PSE al PNV: «Creen que la gente es boba, llevamos cuatro años juntos»
Bilbao
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Iniciar sesiónLa cita era a las 12 del mediodía en el Parlamento foral. Las delegaciones del Partido Socialista de Navarra (PSN) y de EH Bildu arrancaban el encuentro mostrando un tono distendido y cordial ante las cámaras. Pero el PSN ha utilizado la hora escasa ... que ha durado la reunión para cerrar cualquier posibilidad de gobernar en coalición con EH Bildu. «No vamos a negociar ningún gobierno con ellos ni vamos a 'entrar' en el Gobierno de Navara», zanjaba al término del encuentro Ramón Alzórriz, secretario de Organización del PSN. Pese a ello, los votos de los independentistas siguen siendo necesarios para que María Chivite pueda ser investida presidenta.
Conscientes de ello, los socialistas navarros han tratado de negar por activa y por pasiva que haya habido ningún tipo de negociación al respecto. Repitieron una y otra vez que los planes del PSN pasan por reeditar el pacto de gobierno con sus «socios actuales». Es decir, la fórmula pasaría por un ejecutivo tripartito donde Geroa Bai (la marca del PNV en Navarra) y Contigo Navarra (la de Podemos) también tengan consejerías: «Hemos sido clarísimos».
No obstante, esa fórmula de gobierno que propone el PSN sólo podrá llegar a buen puerto si EH Bildu se abstiene en la votación de investidura. En cierto modo, es una opción que los socialistas ven viable sin ofrecer, al menos sobre el papel, nada a los independentistas. Alzórriz ha reconocido ante los medios que, aunque la delegación independentista no les ha confirmado «lo que van a hacer», dan por seguro que no bloquearán el Gobierno. «Sabemos lo que han dicho, que van a hacer todo lo posible para que las derechas no gobiernen», reconoció Alzórriz.
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Ese es, al menos, el mensaje que está tratando de transmitir Arnaldo Otegi en todas sus intervenciones tras el 28M, al ver que sus opciones de gobierno tras unos resultados históricos se disolvían como un terrón de azúcar. El coordinador general de EH Bildu ha repetido una y otra vez que su formación cederá sus votos «allí donde sea necesario para parar a las derechas». Incluso, ha asegurado en varias ocasiones, está dispuesto a hacerlo pese a que el resto de partidos conformen una «santa alianza» contra los independentistas. A esa idea también ha apelado en sus declaraciones Laura Aznal, líder de EH Bildu en Navarra. No confirmó cuál será el sentido de su voto, pero sí insistió en que considera que es a María Chivite, como «partido progresista más votado» a quien corresponde liderar el Gobierno de Navarra. «Más allá del ruido de las derechas, nuestra predisposición para hablar y acordar queda manifiesta», aseguró.
En la reunión con Chivite, Aznal también puso sobre la mesa que debería ser el independentista Joseba Asiron quien lidere el Ayuntamiento de Pamplona, por ser «la fuerza progresista» más votada. Sin embargo, las opciones de los de Otegi son cada vez más escasas.
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El PSN ha confirmado que no votará ni a UPN ni a EH Bildu, aunque ya suena tímidamente una tercera vía que podría desbloquear la situación. Se trata de dejar la Alcaldía en manos de Geroa Bai. Es una opción que los socialistas ven con buenos ojos y que podría ser aceptable para los independentistas, por su proximidad ideológica. Aunque los independentistas siguen apostando por su candidato. Si finalmente no hay acuerdo, UPN, como lista más votada, se hará con el bastón de mando.
Pleno de Constitución
La primera prueba de fuego, que permitirá ver cómo respiran ambas formaciones, llegará este mismo viernes, en el pleno de constitución del Parlamento foral. Será ahí cuando las formaciones tengan que pronunciarse acerca de la composición de la Mesa de la Cámara, y servirá para que se retraten de cara a una futura investidura. El PSN ya ha alcanzado un pacto con sus dos socios de gobierno, y será Geroa Bai quien repita en la Presidencia una legislatura más. «Hemos llegado a un acuerdo con nuestros actuales socios y con ellos vamos a votar para la Mesa», ha zanjado Alzórriz.
Pero, de nuevo, la abstención de EH Bildu será clave para que ese pacto pueda ponerse en práctica. En la cabeza de todos está la negociación agónica de hace cuatro años. Los partidos llegaron sin acuerdo a la votación e hicieron falta hasta dos recesos ya con el pleno comenzado para desbloquear la situación. El acuerdo llegó después de que los actuales socios de gobierno accedieran a ampliar los integrantes de la Mesa y otorgar un puesto para los independentistas. Con todo, este año, dejar la negociación para el último momento podría ser demasiado arriesgado porque la presidencia de la mesa de edad le corresponde a un parlamentario de Vox y podría negarse a interrumpir el pleno para reuniones bilaterales de última hora.
La pasada legislatura la izquierda independentista ya fue clave para sacar adelante los presupuestos autonómicos
«Estamos hablando de la negociación de un gobierno, para lo que no contamos con EH Bildu», ha tratado de zanjar el representante socialista, quien evitó dar más explicaciones acerca de la composición de la Mesa. Aunque todo apunta a que los independentistas mantendrán el puesto que han ocupado en los próximos años. «La composición debe reflejar las mayorías progresistas de Navarra», insistió Aznal, que se mostró convencida de que la presencia de los de Otegi quedará «garantizada».
Dependencia de Bildu
Hay que tener en cuenta, además, que si Chivite logra, como parece, la investidura, seguirá dependiendo cuatro años más de los votos de la izquierda independentista para sacar adelante sus proyectos legislativos. «Seguimos siendo determinantes, y ahora somos mucho más», recordó Aznal. La rotundidad de los socialistas navarros al dar un portazo a EH Bildu contrastaba con las palabras de la representante independentista. Aznal ha calificado el encuentro de un «primer contacto» y emplazó a los socialistas a negociaciones futuras. Explicó que ya en este encuentro les trasladó una serie de cuestiones que, a juicio de los independentistas, tienen que abordarse la próxima legislatura. «Debería abrirse una nueva fase en la que la derecha no marque ni condicione los ritmos de las políticas navarras», ha pedido.
Sin embargo, no parece que el PSN tenga demasiada intención de repetir el encuentro de este martes. «No tenemos nada de lo que seguir hablando», insistió el secretario de Organización del PSN, que a pesar de ello, reconoce que hace un «balance positivo» de una legislatura en la que los independentistas han sido necesarios para sacar adelante los presupuestos autonómicos.
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