Afirma que simuló el atropello de su exmujer porque nadie creería que murió de forma accidental

Según la versión de la Fiscalía y la Asociación Clara Campoamor, los hechos tuvieron lugar el 7 de agosto de 2015, cuando el acusado se dirigió hacia la casa de su exmujer con la excusa de hablar con los hijos de ambos. Sin embargo, el Ministerio Público sostiene que su verdadera intención era la de asesinar a Rodríguez, de 34 años, pues todavía no había superado su ruptura. Una vez dentro de la vivienda, el hombre le tapó la boca para que no gritara y le golpeó la cabeza al menos seis veces con el escalón de la bañera .

La víctima quedó inconsciente, por lo que, tras limpiar el baño, su marido la introdujo en el maletero de su coche y la trasladó al barrio de Buya. Siempre según la versión de la acusación, el individuo la colocó en una carretera y pasó con el vehículo lentamente por encima de Rodríguez hasta que acabó definitivamente con su vida. Días después, cuando fue requerido por las autoridades, se lanzó a las vías del tren y fue arrollado por un mercancías , si bien logró sobrevivir. En el centro hospitalario en el que fue atendido advirtieron también que presentaba cortes en las muñecas.

Este lunes, la Sección Primera de la Audiencia de Vizcaya inició la vista por la muerte de Leire Rodríguez, durante la cual el acusado aseguró que la víctima se golpeó accidentalmente durante una discusión. En ese momento se «asustó mucho» y se sintió «totalmente bloqueado», pues pensaba que estaba muerta y consideró que «contara lo que contara» nadie le creería . Por ello, se le «ocurrió dejarla en la carretera y simular» el atropello.

La acusación popular, ejercida por Clara Campoamor, ha asegurado por su parte que el marido de la víctima, de 37 años, es un «asesino brutal» que ni se arrepiente «ni pide perdón» . En este sentido, ha destacado a Europa Press que el acusado actuó con con «premeditación, alevosía y ensañamiento», razón por la cual exige 25 años de cárcel.

En el escrito de la acusación, de hecho, asegura que el implicado había planeado meses atrás el asesinato, e incluso llegó a pedir ayuda para ejecutarlo «sin que ninguna de esas proposiciones fuera aceptada».