El turismo de golf rescata a Murcia del hoyo inmobiliario
Jugadores alemanes y escandinavos hacen rentables los campos murcianos, lastrados por la debacle de la vivienda
ALEXIA SALAS
El turismo de golf afina su puntería. Con el interés de los jugadores alemanes, nórdicos y holandeses en aumento, es frecuente ver grupos de aficionados por los campos de la Región tirando de su bolsa de palos, ajenos a la mala ... jugada que han registrado en los últimos años los 'resorts'. De hecho, los gestores de los campos confirman el alza de clientes del norte y centro de Europa -después del bajón del turista inglés desde 2008-, pero también el lastre de la crisis de la vivienda asociada a los campos de golf. Informa La Verdad
«Las cuentas de los campos están más saneadas que las de las inmobiliarias y que las hoteleras, pero no solo aquí», señala Luis Vierna, gerente de Global Golf Company, la compañía que gestiona los seis campos de golf que construyó Polaris y que después traspasó a una empresa para su explotación a esta firma especializada.
En la temporada alta para el golf, los campos gestionados por GGC (Mar Menor Golf, La Torre, Saurines, El Valle, Hacienda Riquelme y Alhama) han estado a un 70% de su capacidad , con unos 700 jugadores al día en la totalidad de los 'greens'. En Lorca Golf y Hacienda El Álamo también confirman «una mejoría notable, aunque con menos facturación porque se han tenido que bajar los precios», según dice su director, Ignacio Simancas. U na idea del creciente interés por el golf, en detrimento del inmobiliario, se encuentra en las sociedades creadas por colonias de residentes ingleses para conseguir precios más baratos. En Lorca Golf, por tanto, avanzan con cautela. «Tenemos abierta una fase del 'resort', el campo y la casa club, con proyecto de tener 27 hoyos, aunque de momento tenemos 18», indica el director.
El alquiler y el realquiler se han convertido en salidas para aligerar el peso de las extensas urbanizaciones semivacías que dejó el 'boom' del este deporte.
El 'tee' de salida estuvo en la eclosión de 21 campos de golf en un radio de 50 kilómetros nada más comenzar la primera década del siglo XXI. Villas de lujo, apartamentos con vistas al campo y hoteles de cinco estrellas brotaron con el apoyo de los bancos y de la administración regional. Una década después, la mayoría de los 'resorts' parecen pueblos fantasma, aunque los campos -algunos ya en manos de los bancos- siguen recibiendo jugadores. ¿Fue un error vincular el turismo de golf al negocio inmobiliario? Más información en La Verdad
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