Malestar en el PSOE de Madrid con Ferraz por aplazar dos meses el calendario de primarias
La cúpula regional no contemplaba hasta hace apenas una semana esa decisión
Pedro Sánchez y Juan Lobato, en una imagen de archivo
La decisión de la dirección nacional del PSOE de aplazar otros dos meses las primarias para Madrid capital, no ha sentado nada bien en importantes sectores de los socialistas. Hasta hace menos de una semana, la cúpula regional que lidera Juan Lobato no ... contemplaba solicitar esa ampliación de plazo, que está dentro de los límites reglamentarios y que, según confirmó ayer Ferraz, se hará también en otros lugares de España. Entre ellos en Las Palmas, la ciudad para la que ya es seguro, según fuentes del PSOE canario, que irá como candidata la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
Esta circunstancia podría indicar que no será la única ministra que será enviada como candidata municipal a alguna capital de provincia, y que Pedro Sánchez gana tiempo con el aplazamiento para, llegado el caso, hacer todos los cambios en el Ejecutivo a la vez. Y ahí es donde vuelven a sonar varios nombres de miembros del Consejo de Ministros que llevan tiempo en las quinielas para competir con el popular José Luis Martínez-Almeida por el bastón de mando en la capital de España.
A los ya varias veces mencionados Fernando Grande-Marlaska, titular de Interior, o las de Defensa y Justicia, Margarita Robles y Pilar Llop, se añade en los últimos días el de Félix Bolaños, responsable de la cartera de Presidencia, hombre de la máxima confianza de Sánchez y, como el jefe del Ejecutivo, madrileño.
Su salida del Gabinete, dado su crucial papel en el mismo como coordinador del resto de ministerios, implicaría ya una crisis de gobierno con todas las letras, y no solo meros retoques. Las opciones de Robles y Llop pierden fuerza, mientras que entre las posibilidades surge el nombre de la ministra de Industria Comercio y Turismo, Reyes Maroto, una de las ministras que lleva con Sánchez desde 2018, cuando llegó al poder tras la moción de censura a Mariano Rajoy, y que ya en las autonómicas de 2021 fue 'designada' vicepresidenta de la Comunidad de Madrid en el caso de que Ángel Gabilondo hubiese derrotado a Isabel Díaz Ayuso.
Meses de especulaciones
Este escenario, con las especulaciones abiertas hasta diciembre, cuando se tendrá que designar a los candidatos, más la posibilidad de que Ferraz se decante –como ocurrió en 2019 con Pepu Hernández, el ex seleccionador nacional de baloncesto– por un independiente, ha provocado malestar en importantes sectores de los socialistas madrileños. Primero porque creen que con el debate sobre la candidatura abierto en canal la labor de oposición en Cibeles quedará relegada a un segundo plano. Y segundo porque muchos están escaldados ya de la experiencia con independientes o fichajes ajenos al PSM, que además no han dado resultado, desde Miguel Sebastián en 2007 al citado Pepu, pasando por Gabilondo, el hombre del que Sánchez se valió, en su primera etapa como secretario general, para defenestrar al entonces líder del socialismo madrileño, Tomás Gómez.
En este contexto, muchos se habían ilusionado con que la elegida fuese la delegada del Gobierno, Mercedes González, quien ayer confirmó en un comunicado que no será la elegida, como adelantó ABC, al asegurar que se dedicará «en exclusiva» a sus actuales responsabilidades. Descartada la exconcejal, hay dos nombres sobre la mesa. Uno, más evidente, el de la actual portavoz, Mar Espinar, que asumió ese cargo tras la salida de Hernández el año pasado y que cuenta con el respeto y aprecio del grupo municipal. Y el otro el de Enma López, inspectora de Hacienda y Seguros del Estado, una dirigente que trabajó en Moncloa con Sánchez y antes lo había hecho con José Luis Rodríguez Zapatero. Grupos sectoriales del partido y varios cargos consultados han manifestado que apoyarían su candidatura a unas primarias, aun si se presentase contra otro candidato oficialista. Sin que eso signifique que no esté entre las opciones de la cúpula socialista, pese a que se trata de un perfil con muy bajo conocimiento entre la ciudadanía.
La última palabra está en Madrid, pero ni en Cibeles ni en Ferraz, sino en la carretera nacional A-6, donde se ubica el Palacio de La Moncloa.