Lobato critica el «tocomocho» de las rebajas fiscales de Ayuso que perdona millones a las grandes fortunas

En Entrevías, Juan Lobato ha aprovechado la presencia del presidente Pedro Sánchez para hacer balance de la campaña y agradecer a su equipo el esfuerzo, resumido en un dato: esa 'loboneta' en la que ha recorrido 8.874 kilómetros esta campaña electoral. Lobato aseguraba que lo importante en la política es «no para qué se hace, sino para quién».

Ha presumido de inversión del Gobierno de España en la Comunidad de Madrid, «un 47 por ciento más que Rajoy», ha asegurado, para denunciar a renglón seguido «la corrupción, la mediocridad de las políticas del PP, 28 años de Gobierno del PP que han deteriorado los servicios públicos». Por culpa de estas políticas llevadas a cabo, Madrid se ha convertido en «última en inversión en educación y sanidad», lo que se ha traducido en listas de espera muy abultadas y en una enorme cantidad de adolescentes y niños en los protocolos anti suicidios, ha culpado. Algo que se va a acabar cuando él gobierne porque va a incrementar los efectivos de sanitarios dedicados a salud mental.

No faltaron en su discurso las referencias a los «protocolos de la muerte» y la manera en que trató en pandemia a la tercera edad en residencias de mayores el Gobierno popular, y en cómo los trata ahora con las deficiencias de alimentación denunciadas. Ejemplos, ha dicho, de que el de Ayuso es «un gobierno sin alma».

Las rebajas fiscales de Díaz Ayuso le parecen a Lobato «el tocomocho» porque suponen «apenas 50 euros» por ciudadano mientras «perdonan cientos de millones» a las grandes fortunas. Ha acusado a la presidenta de «falta de respeto a las instituciones cuando ella no las dirige».

Ante esta situación, «la única alternativa es el PSOE», cree. Pero «no basta con pelear: hay que ganar en las urnas el próximo domingo», algo que sólo puede hacer el PSOE porque «no hay más opciones que quieran y que sepan».

Lobato dice que hay una teoría que dice que Ayuso se fue a Bilbao a aprender de los consejeros socialistas de aquel gobierno cómo pasar del 32 por ciento de paro juvenil a un 18 por ciento. Otra teoría defiende, ha dicho, que fue a hablar de «una banda terrorista con la que acabamos todos los españoles con mucho esfuerzo y sacrificio hace ya 12 años». Algo que el candidato no quiere hacer, hablar del pasado: «Quiero hablar de los próximos 12 años».

«Reyes a Cibeles», jaleaban tras la candidata varios militantes, como los alcaldes de Alcalá de Henares o Fuenlabrada, Javier Rodríguez Palacios y Javier Ayala. En Madrid, ha insistido Maroto, «va a reinar el amor» porque «el odio y la discriminación no caben», ha dicho mientras recordaba carteles tachados de alguna candidata. «No necesitamos resucitar a los muertos», ha lanzado también. Su lista, ha recordado, lleva tres mujeres en cabeza «porque Madrid tiene que volver a ser feminista». Está convencida de que si las mujeres van a votar el 28M, ganará el PSOE. Luego, agitó el miedo a Vox y señaló que a ese partido «se le para en las urnas».

Si llega a ser alcaldesa, ha prometido Maroto, aplicará la Ley de Vivienda. Para el PP, asegura, la vivienda es «una mercancía», y le parece que Martínez-Almeida está «llenando la ciudad de casas de apuestas». Como alternativa de ocio juvenil, ofrece extender el Bono Cultural hasta los 30 años.

Ofrece también soluciones para los vecinos de la Ermita del Santo, un proyecto constructivo que le parece «un pelotazo», y para los del Plan 18.000, a los que les va a ofrecer fórmulas y salidas, algo que según ha dicho, no ha conseguido «Más Madrid», en un ataque directo al partido con el que compite por los votos pero con quien tendrá que unirse tras el 28M si existe alguna posibilidad de una alternativa de Gobierno.

También ha defendido a la población migrante, a la que le ha ofrecido una Casa de Migrante donde regularizar los papeles y acceder a empleos dignos. El Medio Ambiente también ha estado presente en su mitin: a los «78.000 árboles perdidos este año en la capital» ha añadido otra acusación: «Nos hemos enterado que la Comunidad, desde octubre, está trabajando por la puerta de atrás en la Unión Europea para reducir las exigencias de la calidad del aire». Madrid, según ha ampliado Lobato, es una de las ocho regiones que piden que se pueda «contaminar más» en Europa, porque «son negacionistas» del cambio climático.