Los hechos, que deberán ser enjuiciados por la Audiencia Provincial, se remontan a noviembre de 2021. La noche del 26, la madre de Kevin P. A. llama en varias ocasiones al 112 alertando de la agresividad de su hijo.
Cuando los agentes se personan en la vivienda, Kevin trata de apuñalarlos, pese a los intentos de los agentes de que deponga su actitud. Al no conseguirlo, disparan hasta en 18 ocasiones y seis impactan en el joven, que fallece minutos después.
«Estaban legitimados para hacer uso de la pistola reglamentaria» ya que la defensa personal (porra) «no era suficiente para repeler la agresión», estima la Fiscalía, al igual que la defensa de los acusados, a los que hasta ahora se les imputaba un presunto delito de homicidio con eximente incompleta.
El órgano –en un escrito al que ha tenido acceso ABC– argumenta su decisión en el informe de la autopsia, que asegura que ninguno de los disparos se hizo con intención de matar, ya que no afectaron al tórax ni a la cabeza.
Cita, también, dos informes nuevos del Laboratorio Central de Balística y del Grupo V de Homicidios que analizan los daños que Kevin causó en los escudos de los agentes con el cuchillo «con enorme fuerza, violencia y agresividad».
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