Cuenta atrás para demoler El Corte Inglés de Méndez Álvaro y levantar una o dos torres de oficinas

Esas obras estaban en pausa, a la espera de la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOU) -el texto de 1997 con todas las normas del urbanismo madrileño- que, según ha podido saber ABC, recibirá este lunes su aprobación inicial en la comisión municipal de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad. Es el paso previo a su visto bueno definitivo en el pleno mensual del Palacio de Cibeles, donde el PP goza de mayoría absoluta, que se celebrará el próximo 30 de octubre. El retoque del PGOU contará después con el beneplácito de la Comunidad de Madrid, «en enero como tarde», sostiene una portavoz del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad.

A partir de ese momento, la demolición comenzará «de inmediato» y el plan de las dos torres (o una sola) de 100 metros de altura «estará en marcha a lo largo del primer trimestre de 2024», asegura la portavoz municipal. Este planeamiento en el distrito de Arganzuela, que se diseñó en el anterior mandato de PP y Ciudadanos bajo el nombre de Nuevo Sur Méndez Álvaro, recalifica el terreno donde se erige El Corte Inglés y lo divide en dos parcelas.

En la más pequeña, de 3.311,29 metros cuadrados y titularidad privada, se levantarán uno o dos edificios de oficinas con un máximo de 27 plantas, una o dos torres sobre la gran avenida del sur que conecta Atocha con la M-30 y que «creará un efecto escenográfico que conformará la imagen de entrada a la ciudad», afirman desde el Ayuntamiento de Madrid. La segunda parcela, de 8.500 metros cuadrados (el 72% del total), se divide a su vez en otras dos fincas: una calificada como zona verde, que se transformará en un parque para el distrito, y otra reservada para un equipamiento dotacional con un aparcamiento subterráneo.

El reparto de un total de 11.811,29 metros cuadrados responde al acuerdo de este verano. Para zanjar un largo embrollo judicial y encontrar una solución alternativa al derribo de sus tres centros, El Corte Inglés se sentó con el consistorio y el denunciante fuera de los juzgados. Con el primero pactó la cesión de terrenos para crear nuevas dotaciones públicas; al segundo lo compensó con 350.000 euros. Un juzgado madrileño validó ese acuerdo de mediación el pasado mes de julio, según informó eldiario.es, y los grandes almacenes esperan ahora los trámites de la modificación del PGOU para ejecutar sus planes.

Con este expediente, el Ayuntamiento de Madrid contempla una «reordenación mucho más ajustada a la nueva identidad de la zona de actividades terciarias, residenciales y financieras». En lugar de un edificio gris de El Corte Inglés, con cinco plantas y otras cuatro bajo rasante, el barrio dispondrá de un espacio articulado alrededor de un parque de distrito. «Se situará en el extremo suroeste de la parcela para servir de elemento central en torno al cual se organicen las edificaciones públicas y las torres de oficinas», perfilan desde Urbanismo.

El centro se construyó en 1992 y fue el empujón definitivo para que una zona conflictiva se convirtiera en un imán de empresas. En 2012, El Corte Inglés decidió ampliar ese y otros dos centros comerciales, en Serrano y Campo de las Naciones, pero el Tribunal Supremo declaró nula la modificación puntual del PGOU aprobada por la Comunidad de Madrid. Los tres inmuebles disponían de miles de metros cuadrados de más y su demolición, tras años de sentencias, denuncias y recursos judiciales, era el único remedio para restablecer la normativa, según resolvió el Alto Tribunal en 2019.

La empresa siguió peleando para sortear dos derribos -en el de Serrano nunca se realizó la ampliación- y, este verano, reclamó una mediación intrajudicial supervisada por el juez. Aunque el centro de Méndez Álvaro desaparecerá, el del Campo de las Naciones aguarda a que la Junta de Gobierno del ayuntamiento apruebe inicialmente el cambio urbanístico para regularizar su situación y cerrar, diez años más tarde, la contienda legal.