Los códigos de sumisión de los Latin Kings, la banda que quería rearmarse desde prisión: «Muero por ti, eres carne de mi carne»
La Guardia Civil desarticula el capítulo más violento, el de los Torcidos, y detiene a 16 personas, incluido el líder, que cumplía condena en la cárcel de Teixeiro
Eran las diez de la noche del 14 de febrero de 2000 cuando Eric Javier Velastegui dio por fundada la banda de los Latin Kings en Galapagar. El ecuatoriano hacía pocos meses que había llegado a España, huyendo de la justicia de su país ... de origen, y pronto impuso su ley –la del terror– entre sus compatriotas. El violento grupo se denominó Sagrada Tribu America Spain (STAS), y él pronto pasó a ser El Padrino o King Wolverine.
Veintitrés años después, desde la cárcel y tras perder la hegemonía de las bandas latinas con la llegada de los Domincan Don't Play (DDP) y los Trinitarios, Velastegui intentaba rearmar a los pocos que le siguen siendo fieles y a los menores a los que captaban en municipios del noroeste de la Comunidad de Madrid para fortalecer su estructura. Pero una operación de la Guardia Civil dio al traste, el mismo día de su aniversario, con sus planes al detener a 15 miembros de la organización criminal, además de a Velastegui, al que se lo comunicaron en la prisión de Teixeiro, donde cumple condena por violación. Desde allí lideraba el grupo.
Con estos arrestos, se desarticula el capítulo más violento e importante de los Latin Kings en España, el de los Torcidos, y se asesta un golpe directo al corazón de la banda, que actuaba con férrea conducta interna y jerarquía, mediante códigos de sumisión y obediencia. «Yo muero por ti, porque eres carne de mi carne, sangre de mi sangre« es una de sus leyes, tal y como consta en los documentos intervenidos a los miembros.
Estos textos se denominan 'literatura' y marcan sus reglas y normas, el significado de los colores que usan y las prohibiciones a las que están sometidos. «Esa literatura es de obligado cumplimiento y aprendizaje. El incumplimiento conlleva castigos físicos», explica José Antonio Berrocal, general jefe de zona de Madrid de la Guardia Civil. «Una vez que entran, salir es prácticamente imposible. Se pueden producir represalias de tipo físico y amenazas; no solo hacia ellos, sino hacia su familia«, añade Berrocal.
Así consta en el juramento de introducción que tenían que pronunciar para ser aceptados: «Oh, padre celestial, en este día frente a la todopoderosa corona prometo dar amor y respeto en lo que la nación demande. Seguiré aquí hasta llegar a ser un fuerte rey o reina latino«, comienza este 'mandamiento', en el que la regla básica es guardar silencio. »Oh, padre celestial, si fallo dame tu maldición«, concluye el juramento.
Tras las rejas de Teixeiro, King Wolverine seguía dirigiendo la estructura mediante llamadas, visitas en prisión o incluso los permisos de los que ya disfruta. Cada vez que salía del penal gallego, al que entró en 2003 tras violar a una mujer en la Casa de Campo, se colocaba su collar de oro con la imagen de un león y una corona para demostrar que él era el que mandaba.
Armas y territorio
Desde dentro, las órdenes se las comunicaba a sus dos personas de confianza: Luna, su novia, y alias Tatam, su lugarteniente. Ellos eran los responsables de llevar a cabo los deseos de El Padrino: adquirir armas para hacer frente a posibles ataques rivales, defender el territorio (o expandirlo si fuera posible) y captar a nuevos miembros. Esto último lo hacían sobre todo en el entorno de centros escolares de Colmenarejo y Galapagar, aunque también se han detectado acciones en Valdemorillo, Torrelodonoes, Collado Villalba y Las Rozas, tal y como desgrana, en la Comandancia de Guardia Civil, Berrocal. A los menores los convencían con entradas de conciertos, sustancias estupefacientes y la «falsa sensación» de pertenencia a esta familia.
Pero no solo hasta ahí llegaban las acciones de Luna y Tatam. También velaban por que los menos expertos y los aspirantes se comportasen como debían. «Esto no es un club de amigos, por lo tanto, todos y cada uno estaremos juzgados por nuestros reglamentos establecidos por nuestras sagradas escrituras«, puede leerse en otra de las libretas incautadas.
«Solo habrá un aviso»
Esas normas estaban claras y se recogían bajo los títulos de 'Códigos ejecutivos de prohibición' y 'Normas válidas'. «No buscar placer en la pareja de algún miembro, no usar drogas ilegales en tu cuerpo, una semana para pagar la cuota o límite de cinco minutos para llegar tarde» son algunas de ellas, a las que se añaden: «No puedes robar [aunque la Guardia Civil ha acreditado que se financiaban mediante estas acciones], no debes tener sexo con alguien de tu mismo sexo y, ante cualquier fallo, solo habrá un aviso«. La violación de cualquiera »de estos códigos es un crimen y será penado«.
Además de la 'literatura', los agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil han incautado material de venta de droga, móviles, tarjetas SIM, joyas, armas blancas y 2.600 euros. A los detenidos se les imputa pertenencia a organización criminal, lesiones, amenazas, robo con violencia y tráfico de drogas, tras una operación que se inició en junio de 2021, cuando los Latin Kings atacaron con machetes a tres supuestos trinitarios en Galapagar.
Aunque ellos no se hacen llamar así: son los Torcidos, los disidentes, la facción violenta de los Latin, a los que estos –desde la jefatura de Chicago– expulsaron por cometer actos violentos. De hecho, en Madrid se enfrentaron con algunos de ellos, a los que consideran «enemigos». Con 'sede' en Galapagar, su erradicación está cada vez más cerca.
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