Catorce instituciones médicas piden que para 2027 esté prohibido fumar en la calle en toda la Comunidad de Madrid

Concretamente, en el documento, representantes de estas asociaciones, que se han reunido en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid, señalan que «en nuestra comunidad, la mitad de la población de 18 a 64 años ha consumido tabaco de forma habitual y un cuarto lo sigue haciendo. Incluso a las edades de 15 a 16 años un cuarto de la población juvenil fuma o ha fumado habitualmente», destacan.

La elección del año 2027 como meta para la prohibición de fumar en las calles de la Comunidad de Madrid se debe a que ese año se cumplen 40 de la promulgación del Día Mundial Sin Tabaco por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con ese simbolismo, señala el manifiesto que «nuestra propuesta es seguir los pasos de países del norte de Europa (Suecia, Dinamarca, Finlandia…) de Nueva Zelanda, Singapur o de la región de Milán».

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Beatriz L. Echazarreta

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La prohibición se pondría en marcha de manera progresiva, proponen a las autoridades madrileñas. De momento, dicen, podría aplicarse «a zonas cercanas a colegios, parques y recintos deportivos, paradas de autobús e ir ampliando hasta conseguir una prohibición total de consumo de tabaco en lugares públicos en 2027».

Recuerdan los colectivos implicados en esta proposición que necesita para triunfar «una voluntad política y cambios legislativos y normativos. Pero sabemos que el beneficio obtenido en términos de salud y bienestar sería enorme por lo que animamos a las administraciones y fuerzas políticas a realizarlo».

El encuentro ha reunido a representantes de, entre otras, la Asociación Española contra el Cáncer, Neumomadrid, la Unidad Especializada en tabaquismo de la Comunidad de Madrid, la Fundación Más que Ideas, y así hasta catorce entidades. El doctor Manuel Martínez -Selles, presidente del Colegio de Médicos de Madrid, ha insistido en que el tabaco debe verse «como lo que es, una adicción con consecuencias graves en la salud».

Otras medidas que quieren aplicar para acabar con el tabaquismo es poner en marcha programas de prevención «en escuelas e institutos, porque nuestra preocupación se centra en el creciente consumo, sobre todo en jóvenes, de los e-cigarrillos y otros dispositivos electrónicos, nocivos para la salud», ha señalado Rosa Mirambeaux, coordinadora del grupo de trabajo de tabaquismo en Neumomadrid.

«El tabaco es la segunda sustancia psicoactiva con mayor prevalencia de consumo entre los alumnos de 14 a 18 años. 9 de cada 10 jóvenes (el 91,3%) han tenido una exposición a una forma de inhalación de humo, vía medios sociales o plataformas, en los últimos 30 días. La estrategia de la industria del tabaco es clara: los jóvenes», alerta Estibaliz García, responsable de prevención y promoción de la salud en la Asociación Española contra el Cáncer de Madrid. Y en la misma línea advierte Raquel Fernández, presidenta de NoFumadores.org, que apunta directamente a «los VAPER porque es donde los jóvenes se mueven. De hecho, nueve de cada diez jóvenes están sometidos a este humo digital» .

Para Ana Fernández, vicepresidenta segunda del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), «nuestros hijos e hijas tienen derecho a vivir en un entorno sin tabaco. Por ello instamos a las administraciones a poner en práctica los 10 objetivos recogidos en la Declaración de Madrid (abril, 2023) como muestra de responsabilidad y compromiso para proteger la salud y el planeta». El oncólogo Javier de Castro ha incidido en el cambio de perspectiva sobre el tabaco: «Los jóvenes consideran que el tabaco es algo de gente mayor, no lo ven como un problema que puedes sobrevenirles en el futuro»

El consumo de tabaco preocupa a los médicos, sobre todo en el caso de los más jóvenes. Así lo ha reflejado el doctor José Luis Díaz Maroto, miembro del grupo de tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), que propone «financiar los tratamientos farmacológicos financiados, incluyendo la terapia sustitutiva con nicotina».

Y es que el peligro no es sólo para quienes fuman, sino también para los que están cerca: la doctora Ady Castro, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología, ha explicado que «a lo largo de toda la vida, nuestros pulmones van acumulando impurezas y micropartículas en suspensión del aire, de manera similar al filtro de la aspiradora, pero sin posibilidad de recambio o de aclaramiento. Estas partículas son capaces de producir toxicidad, inflamación crónica y enfermedad pulmonar».

El 27 por ciento de las muertes por consumo de tabaco corresponden a enfermedades cardiovasculares y casi el 50 por ciento a enfermedades respiratorias y diversos tu res, según datos aportados en el encuentro por el doctor José Luis Palma, presidente del Instituto Español de Medicina de Estilo de Vida (IEMEV).

En este encuentro, Juan Traver, coordinador de la Asociación de Pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (APEPOC) y paciente, ha explicado que «el paciente EPOC fuma más, inhala de manera diferente y tiene una mayor dependencia al tabaco. Las medidas deberían ser más eficaces, coordinadas por un equipo multidisciplinar (AP, neumólogo, psicólogo) y con el apoyo de la familia».