Cae la falsa doctora e 'influencer' que pinchaba bótox en un centro de fisioterapia de Madrid
La denuncia de una paciente que en el hospital tras inyectarse en labios y ojos ha destapado el negocio de dos ucranianas que trataron a decenas de mujeres con el 'aval' de tener 27.000 seguidores en Instagram
Desmantelan una tienda gourmet que escondía una clínica estética clandestina
Madrid
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Iniciar sesiónPor muchos destrozos físicos, por muchas secuelas y por muchas muertes a manos de matasanos que actúan como médicos que no lo son, hay gente (demasiada) que sigue acudiendo a estos centros ilegales de estética para ahorrarse cuatro duros. Pero, como sentencia el dicho popular, ... lo barato sale caro. Y tanto. Lo pueden afirmar las pacientes de una falsa especialista ucraniana que llevaba meses, en el mejor de los casos, inyectando todo tipo de sustancias a clientes de Madrid. También se han descubierto otros casos en Barcelona, precisan a ABC fuentes de la investigación.
Esta historia comienza el 27 de septiembre. Una mujer española de 35 años se personó en el puesto de la Guardia Civil de su localidad, Colmenar Viejo, para denunciar que se ha sometido a un tratamiento con inyecciones de toxica botulínica (más conocida como bótox) y ácido hialurónico en los labios y en los ojos, para ponerlos más tersos y voluptuosos. Pero, al día siguiente, relató a los agentes, tenía la cara hinchada. Había acudido de urgencia al hospital de La Paz, donde le dieron antibióticos, pero no le hicieron efecto. Tampoco le bajaba el cuadro febril que sufría. Así que la tuvieron que ingresar dos días.
Los hechos ocurrieron en Madrid capital, por lo que el Instituto Armado remitió la denuncia a la Jefatura Superior de Policía, que es la responsable de esa demarcación. El Grupo de Policía Judicial de la comisaría de Centro fue la encargada de tomar las riendas del caso. Por lo pronto, cuando la primera víctima conocida telefoneó a la supuesta doctora, esta le explicó que los edemas que sufría en el rostro eran algo normal en este tipo de tratamientos.
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Pero cuando la volvió a llamar para pedirle, entre otras cosas, que le remitiera su titulación habilitante como médico, la interpelada la bloqueó de WhatsApp y de las llamadas. Hasta cierto punto fue lógico: los agentes confirmaron que la investigada no tenía estudios reglados de medicina ni de nada que se le pareciera. Pero las víctimas dijeron que les «daba mucha fiabilidad porque tenía 27.000 seguidores en Instagram». Autoridades sanitarias y policiales hacen un llamamiento para que la ciudadanía no se rija por ese tipo de detalles para meterse en un quirófano o una clínica.
Se trata de una mujer ucraniana de 40 años que reside con una compatriota de 55 en un piso de San Fernando de Henares. Su compañera hacía las veces de enfermera, asistente y de intérprete, pues para colmo, la falsa médica ni siquiera maneja el español de manera mínimamente fluida.
250 euros el tratamiento
Las pesquisas dieron los siguientes datos: estas mujeres alquilaban un espacio dentro de clínicas legales de fisioterapia en Centro y en la zona de Argüelles. Eso es una práctica común y legal (también suele ocurrir con centros odontológicos), siempre y cuando se haga cumpliendo toda la normativa al respecto, que es muy garantista al estar en juego la salud.
Pero no era el caso. Es más, es obligatorio que el paciente vea cómo el especialista rompe cada vial antes de inocularlo; y lo que esta ucraniana hacía era tener preparadas ya las inyecciones cuando entraban los clientes. Asimismo, el material médico y las sustancias que utilizaba no tenían ninguna trazabilidad, por lo que se desconocía su origen. Lo más probable es que lo hubiera adquirido en el mercado negro. De hecho, los precios eran muy por debajo de mercado: si normalmente un vial cuesta 250 euros, eso fue lo que le cobraron a la primera denunciante por todo el tratamiento que la llevó al hospital.
Con esas y otras pruebas, los agentes se personaron en el centro de Argüelles el pasado 31 de enero. Cuando llegaron, la sospechosa estaba en ese momento precisamente inyectando a una paciente en su cubículo. Pero es que en la sala de espera esperaban otras nueve mujeres más.
La 'doctora' y la 'enfermera' fueron detenidas por intrusismo profesional y ahora se investigan más casos, tras encontrar en los registros fichas de más pacientes en Madrid y en Barcelona.
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