«No le odiamos por matar a Khadija»
El autor del atropello mortal a una joven embarazada, acusado de dos delitos de homicidio imprudente
«No le vamos a odiar por acabar con la vida de mi sobrina Khadija y de su bebé Mouad y romper una familia ». Así lo aseguraba ayer Abdesslam Yakobi, que ejerce de portavoz del marido y padre de las víctimas. Él acudió a la ... puerta de los Juzgados de Collado Villalba, en donde el autor del atropello mortal de la mujer, embarazada de 9 meses, tenía una cita con la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Nº 1. Sin embargo, no llegaron a coincidir. «Le he visto por televisión».
El acusado, Valeriano T. M., de 66 años y vecino de Galapagar, se acogió a su derecho constitucional de no declarar, por lo que no dio ningún detalle sobre las causas del accidente ocurrido el pasado 17 de octubre.
Su comparecencia, prevista para las 12 horas, apenas duró diez minutos. Llegó arropado por su familia: su mujer, sus hijas y sus yernos. A su salida, su aspecto era el de estar hundido y sobrepasado por el despliegue mediático.
Sigue en libertad
La magistrada le ha imputado dos delitos de homicidio por imprudencia y no le ha impuesto medida cautelar alguna, por lo que sigue en libertad. En los próximos días tomará declaración a dos de las personas que acompañaban a la víctima, Khadija El Haddad, de 29 años y natural de Alhucemas (Marruecos). Seguramente no irá a la cárcel. «No hubo intencionalidad. No huyó. No iba bebido ni realizaba una conducción temeraria y no tiene antecedentes», explicaron fuentes judiciales. Con todo, la pena por cada uno de los delitos que le atribuyen oscila entre los 2 y los 4 años.
La familia de las víctimas califica lo ocurrido de un «desgraciado error humano»
Abdesslam, en nombre de Rachid, de 33 años, viudo y padre de los fallecidos, explicó a ABC: «Consideramos el trágico accidente un error humano. Una fatalidad. Valeriano no es ni un asesino ni un criminal. No vio a Khadija y ella no le vio a él. Ha sido una desgracia para todos aunque para nosotros el dolor es mayor».
La negativa a declarar del acusado la consideró normal. «No está bien. No se le puede obligar; ejerce su derecho. Su abogado le habrá aconsejado al respecto». Interrogado sobre si le perdonan, precisó: «No sé. Creo que sí, pero con comillas. Entendemos su situación y su dolor. Su hija se puso en contacto con nosotros después porque su padre no podía. Él ha asumido su responsabilidad. Ha tenido mala suerte al llevarse por delante a dos personas. Ha sido un lamentable error humano pero a nosotros, y en particular a Rachid, nos ha destrozado por completo».
En cualquier caso, recalcó: «No le vamos a odiar por lo sucedido. Ninguna de las dos partes podemos devolverles la vida ya. Ahora solo queda que se haga Justicia». Abdesslam agregó que, aunque lo ocurrido está haciendo sufrir a dos familias, si se encontrara con Valeriano de frente le miraría a la cara y le saludaría». Hoy está previsto que regrese el viudo y padre del bebé fallecido de Marruecos, a donde se trasladó con los restos mortales de sus seres queridos.
«Un poco de paz»
«Ayer —por el jueves— hablé con él y me dijo que se sentía un poco más aliviado d espués de darles sepultura el pasado domingo. “Ya están en paz”, me dijo. ¡Ojalá él la encuentre y pueda volver a la normalidad, olvidar y recuperarse de la tragedia».
Como se recordará, el dramático suceso ocurrió a las 18.55 horas del pasado 17 de octubre en Collado Villalba, a la altura del número 6 del Camino del Molino. El autor de los hechos explicó tras el suceso que venía del partido de fútbol entre el Galapagar y el Villalba y que cuando enfiló dicha calle, vio a un grupo de cuatro o cinco mujeres caminando por la acera. Luego, explicó, el sol le cegó y le deslumbró la puesta de sol. «Cuando rebasé el paso peatonal, noté un golpe en la parte derecha delantera y paré».
Eso mismo le indicó a la Guardia Civil y a su familia. Cuando comprobó las dimensiones de lo sucedido —a la víctima le faltaban diez días para dar a luz y falleció, prácticamente en el acto, por lo que le hicieron una cesárea post mortem— la culpabilidad pudo con él. Ésta se acrecentó cuando el bebé, que se debatió varios días entre la vida y la muerte, pereció.
El conductor dio negativo en la prueba de alcoholemia. «Jamás le han puesto una multa. ¡Si le pitan porque conduce lento!», aseguraba a ABC su hija. Insistieron en que la mujer no cruzó por el paso de peatones, como afirman los testigos, que no la arrastró y que el golpe no se lo dio de frente, sino con el lateral derecho y el ángulo ciego. «Entendemos que sus parientes estén destrozados. Estamos con psicólogos. Mi padre dice que ojalá hubiese sido él quien muriera». Su letrado confió ayer en que el caso quede en un juicio de faltas
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