Los atacantes que apalizaron a dos policías en Alcalá venían de una cita sexual pactada por redes sociales
Los agentes, graves, estaban fuera de servicio cuando los asaltaron por la espalda
Brutal paliza a dos policías fuera de servicio en Alcalá de Henares: «¡Putas ratas!»
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Iniciar sesiónEn España, por sorprendente que parezca, ser policía o guardia civil no es una profesión de riesgo. Sin embargo, en la práctica, salir a tomar algo con unos compañeros puede suponer que te den una paliza. Eso es lo que le ha ocurrido a un par de agentes de Alcalá de Henares ... , cuando en la madrugada del domingo fueron víctimas de una encerrona por parte de un grupo de delincuentes. Eran seis personas, dos mujeres y cuatro hombres, que se habían citado por redes sociales para mantener sexo. Según ha podido saber ABC, las chicas llegaron a Madrid desde Murcia con ese fin. Y han acabado siendo, al menos, testigos del suceso y aportando datos para la identificación de los sospechosos.
Todo comenzó sobre las cinco de la madrugada. Los dos policías nacionales, que estaban fuera de servicio, habían salido a festejar la despedida de otro compañero. En total, se juntaron trece integrantes de la comisaría de Alcalá, que después acudieron a tomar una copa a una discoteca del centro. En un momento dado, los dos agredidos salieron a buscar algo de comer a Mola Hot Dog, un establecimiento de perritos calientes, situado en la Calle Mayor, 56.
No les dio tiempo a llegar, explican fuentes del caso. Se cruzaron con los seis individuos, que los reconocieron pese a ir sin uniformes, y los increparon: ¡«Ahora no estáis de servicio, putas ratas!». Los atacaron cuando se habían dado la vuelta. Eran los cuatro varones y las dos mujeres, aunque el grado de implicación de ellas está siendo investigado, por lo que, tras declarar como testigos, quedaron en libertad.
La paliza fue tremenda. El sindicato Unión Federal de Policía (UFP), al que están afiliados, denuncian que los hechos «casi terminan en tragedia»: «Una turba de unas seis personas casi acabó con la vida» de ellos. Los agentes están adscritos al Grupo Operativo de Respuesta (GOR), de Seguridad Ciudadana, de la comisaría de Alcalá de Henares. Fue por la espalda, «con cobardía, sin capacidad de defensa, y sin mediar palabra», insisten.
Por suerte, otra pareja de agentes, un hombre y una mujer, se encontraban a apenas 200 metros del lugar y, al oír el escándalo, acudieron a auxiliar a sus compañeros, de 32 y 33 años. Los agresores huyeron a la carrera.
El Grupo I de Policía Judicial, experto en Delitos contra las Personas, ha tomado las riendas de la investigación. Las primeras pesquisas llevaron a la detención de uno de los cuatro varones presuntamente implicados. El grupo, explican las fuentes consultadas, son de una barriada complicada, llamada El Lianchi. Se trabaja con la hipótesis de que hubiesen sido detenidos o amonestados en el pasado por estos agentes, y que se quisieran cobrar así su venganza. Cuentan con antecedentes policiales.
A uno de los funcionarios le han arrancado tres dientes y llegó a perder temporalmente la visión de un ojo, además de haberle roto la mandíbula. El otro presenta fractura de clavícula. Ambos se encuentran de baja médica por estos hechos.
Tiroteo en Isla Mayor
El suceso ha coincidido en el tiempo con otro ataque a un agente de la autoridad. El policía que recibió un disparo en Isla Mayor, a las afueras de Sevilla, durante una operación antidroga, se recupera. Fuentes sindicales explican a ABC que, aunque en principio estaba crítico y se temía por su vida, ha sido operado de manera satisfactoria: «Le han retirado parte del intestino delgado y no se prevé más intervenciones a corto plazo; en cuanto se pueda, los médicos le retirarán la sedación y la respiración asistida».
Desde la UFP, repiten sobre la falta de carácter de reconocimiento de figura de autoridad y la escasez de elementos para luchar contra el narco y demás criminales: «Los policías somos un blanco fácil, la nueva delincuencia opera con total impunidad. Necesitamos más medios, reconocernos como profesión de riesgo y un cambio legislativo-judicial».
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