‘Tucibí’ o cocaína rosa: la metanfetamina que triunfa durante el toque de queda
Los efectos duran alrededor de cuatro horas, pero los expertos sobre adicciones alertan de su capacidad destructiva
Una bolsa de cocaína rosa
Nexus. Venus. Polvo rosa. Cocaína rosa. Tucibí. 2CB. Tantos nombres como se puedan imaginar para esta metanfetamina que, cuando comenzó a dejarse ver en España de manera más o menos clara, hace dos o tres años, se calificó como la «droga de los ricos o de la alta sociedad» ... . Bien es verdad que su precio, entre 70 y 100 euros el gramo, es superior al de la cocaína (alrededor de 60); pero nada que ver con los 900 euros, el precio que en el boca oreja se tasaba. Lo ‘atractivo’ de esta sustancia de diseño (por lo tanto, bastante más perjudicial a corto plazo que otros tipos de sustancias) es el ‘subidón’ que da a quienes buscan experiencias psicodélicas.
Los efectos duran alrededor de cuatro horas, pero los expertos sobre adicciones alertan: lo que menos puede causar es un ataque de pánico o ansiedad; de ahí, el abanico es amplio, con alucinaciones, depresión, cansancio extremo y brotes psicóticos.
Su presentación puede ser en pastillas, pero también machacadas (en polvo) o ingerirse mezclándola con bebidas alcohólicas. Un cóctel el de esta «pantera rosa» (otro de sus alias) que comenzó a dejarse sentir en las fiestas ‘rave’ y también electrónicas, al principio en algunos ambientes de la comunidad LGTB. Pero que, como todo, se ha ido popularizando por las calles de Madrid donde la fiesta estaba asegurada. Barrios como Malasaña o Chueca son un ejemplo, aunque también se ha hallado en zonas de la periferia, como SanSebastián de los Reyes o Majadahonda. La droga cada vez tiene menos fronteras.
El origen de esta droga remite a Colombia, si bien la fórmula química se creó en Alemania en la década de los 70. Fue un narcotraficante del país suramericano, apodado el ‘Pablo Escobar de las anfetaminas’ , quien se apoderó de la receta y comenzó a comercializarla hace diez años. En la nación cafetera es conocida como la «droga de las modelos y las reinas».