Pirómanos abrasados: dos jóvenes y un menor incendian un taller textil clandestino investigado por la Policía

Como informó ABC, a las 4.10 horas del domingo, un patrulla de la Unidad Integral del distrito, en labores de controles de alcoholemia, observó cómo tres jóvenes, «de manera muy agresiva», pararon a un VTC en las inmediaciones de la calle de la Secuoya con la del Aguacate. Dos se montaron en el asiento trasero y otro en el capó.

Esta primera patrulla se acercó y los tres chavales salieron corriendo. Pidieron refuerzos a Carabanchel y les pillaron en la confluencia de Aguacate con Vía Lusitana. Los chicos estaban prácticamente desnudos y con gran parte de sus cuerpos abrasados. Y reconocieron: «Nos hemos quemado con gasolina».

El Samur fue comisionado y trasladó a dos a la Unidad de Quemados de La Paz y al tercero a la de Getafe. Son un marroquí de 20 años, otro de apenas 17 y un nacido en Madrid de 20. Se desconoce si tienen antecedentes. del Doce de Octubre.

«No hemos podido tomarles declaración aún porque están sedados. Se encuentran hospitalizados, pero en calidad de detenidos, bajo custodia policial, por estos hechos», indican fuentes del caso, que precisan que las heridas son de entre el 30%, el 40% y el 60% del cuerpo , dependiendo de la víctima.

Pero esa noche no acabó ahí, porque tras el traslado de los presuntos pirómanos, los policías municipales regresaron al lugar y vieron la ropa quemada de los infortunados e incluso trozos de piel por la zona. Allí se encontraron también más prendas de ropa de los jóvenes, completamente calcinadas, sus teléfonos móviles y documentación.

Y en una nave de Secuoya, 24, salir humo. Dentro, había dos focos del fuego (indicativos de que era algo intencionado), en los que además se hallaron restos de gasolina, en la primera planta. Los Bomberos sofocaron el siniestro.

Se da la circunstancia de que el pasado 29 de marzo la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional de Madrid realizó una inspección, al saber que se trataba de un taller de costura clandestino, que empleaba sobre todo a marroquíes. La ropa que hacían para el matrimonio, de 44 y 39 años, la vendían en mercadillos o de manera ilegal.

Cuando Extranjería irrumpió, había 24 personas trabajando, nueve de ellas sin permiso legal para hacerlo en España y que fueron arrestadas, además del matrimonio. Eran chicas marroquíes en su mayoría, y bastante jóvenes.