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Las perlas de la aristocracia madrileña

La Joyería Granados se ha especializado en las perlas naturales siendo de los pocos establecimientos del mundo con tanta variedad

La joyería Granados se encuentra en el número 105 de la calle Alcalá BELÉN RODRIGO

BELÉN RODRIGO

Para quien entiende de perlas o simplemente le gusta este tipo de joya, hay en Madrid uno de los lugares más especializados del mundo de este producto. La joyería Granados apostó hace unos años por la perla para diferenciarse de la competencia pero sus orígenes estuvieron más relacionados con la platería. Su origen se remonta hasta 1899 , con José Granados , quien instala el negocio en la calle Carretas ya que por aquel entonces toda la actividad de alhajas de la capital se concentraba en los alrededores de Sol. Tras la muerte de José Granados en 1904 se queda al frente de la joyería su viuda Carmen Gómez Assín. Y en los años 40, el negocio pasa a su hijo, Luis Granados Gómez , quien apuesta por abrir una nueva tienda en la calle Alcalá. «Por aquel entonces era la joyería que estaba más lejos del centro de Madrid», recuerda su hijo Enrique, tercera generación de la familia Granados , hoy al frente de la tienda. «A mi padre le gustó el sitio pero nadie montaba un negocio lejos de la puerta del Sol», añade. Y hoy en día, gracias a esa decisión visionaria de Luis Granados, la joyería está muy bien situada en el barrio de Salamanca, próximo al Retiro, en el tramo de Alcalá entre Príncipe de Vergara y Velázquez.

En 1975 acaban por cerrar la tienda de Carretas «porque en esos años había muchos robos y gente muy extraña, se degradó la zona», explica el propietario. Además de las dos tiendas tuvieron una fábrica de plata en Madrid, la Platería Roma, que cerró las puertas en 1991. Ya con Enrique Granados Quílez, en el siglo XXI, la joyería Granados se especializa en perlas, producto que no lo trabajan muchas joyerías. Poco a poco el oro clásico y la platería fueron perdiendo protagonismo en las ventas. «Antiguamente era muy normal regalar objetos de plata en las bodas, y ahora no. Y el oro se regala sobre todo en bautizos y comuniones», puntualiza Enrique Granados.

Tanto su abuelo como su padre fueron proveedores oficiales de la Casa Real y entre los trabajos más importantes realizados se encuentra « la corona de Alfonso XIII », subraya Enrique. Tienen como clientes a muchos aristócratas , de varias generaciones. «Tenemos familias que son nuestros clientes desde el siglo pasado, que comenzaron comprando en la calle Carretas y después en Alcalá», cuenta Enrique Ganados.

Tipos de perlas

«Las perlas más conocidas son las japonesas y las australianas cultivadas en el mar y el resto de perlas son de agua dulce», explica a ABC Mariano, dependiente de esta joyería hace 40 años. Las perlas australianas, por ejemplo, logran unos tamaños que no se encuentran en otras zonas, «son más redondas, con más brillo y más caras» y tardan entre 2 y 5 años en formarse. Mientras que las perlas de Tahití «son exclusivas, con tonalidades naturales que van de gris a negro». Mariano avisa que en China «están logrando cultivar perlas muy buenas y de gran calidad». El precio de la perla varía según su perfección y tamaño. Tal y como subraya Enrique Granados, «hemos invertido mucho en perlas naturales y es difícil encontrar en toda Europa un negocio como el nuestro con tal cantidad de perlas, somos importadores de muchos lugares del mundo y tenemos una oferta única ».

Una de las cosas que más aprecian los clientes es poder elegir el acabado de los collares, pulseras u otros artículos de perlas que adquieren. «Tenemos los collares sin montar para que se pueda elegir el largo y el broche, por ejemplo», aclaran en la tienda. Si hace unos años las perlas eran «el regalo de las abuelas», ahora hay una nueva moda : «Vemos gente joven usando perlas y cada vez que en la televisión aparece alguna famosa con perlas aumentan las ventas». Las perlas que actualmente tienen mucha aceptación son las barrocas, «con formas irregulares ».

En esta joyería han optado por tener una estructura sencilla para aplicar buenos precios. Es posible comprar pendientes y pulseras desde 10 euros , «siempre naturales», y a partir de ese precio todo lo que se quiera y pueda. «Un collar con perlas iguales, redondas, puede costar 6.000 euros», pone como ejemplo Enrique Granados. Las perlas «no necesitan un cuidado especial» y con el uso van ganando brillo. En esta joyería se arreglan también joyas y la plata.

Enrique Granados comenzó joven a trabajar con la familia en este negocio, «muy bonito aunque poco rentable». Su hija ha seguido sus pasos y ha abierto la joyería Quilez en el mercado de Prosperidad , «también especializada en perlas». No sabe lo que el destino les deparará ya que entre las dificultades que tienen se encuentran el de los robos, problema al que de vez en cuando se deben enfrentar. Pero mientras puedan, quieren seguir siendo una referencia en el mundo de las perlas .

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