Medio centenar de ladrones crean la alarma en Centro: más de 400 hurtos en ocho meses

Veamos algunos ejemplos. El español Santiago M. Á. encabeza este vergonzoso «ranking», con un total de 28 detenciones en el mencionado periodo, prácticamente todas por hurtos en establecimientos comerciales. «Y habría que sumar todos los casos que no han sido denunciados y en los que, por lo tanto, no hemos podido arrestarle», añaden fuentes policiales.

El caso de Santiago M. Á. es representativo también por lo seguido de sus actuaciones: en enero se le pilló en dos ocasiones; en febrero, en 3; y siguió en marzo (cuatro); abril (siete); mayo (dos); junio (uno); julio (ocho), y un caso más en agosto (la estadística refleja solo hasta mediados de este último mes). «En los meses de calor se producen más hurtos, normalmente; y ello se debe a que, con el buen tiempo, hay más gente en la calle », indican otras fuentes de la investigación.

Hay ladrones, como el también español Rubén G. T. , que ha llegado a ser denunciado tres veces en un día , por robos al descuido en establecientos variopintos. Entre estos 51 delincuentes, hay diez que se llevan la palma, encabezados por los dos ya mencionados. Solo esta decena suma 166 hechos delictivos de los 410 mencionados. El total de hurtos en todo el distrito de Centro en el periodo reseñado alcanza los 16.000. Es el más común en todo el territorio del Cuerpo Nacional de Madrid.

En lo referente a los establecimientos que están más en el punto de mira de estos amigos de lo ajeno, destaca El Corte Inglés , con nada menos que 74 casos conocidos de los 410 comentados. Las tiendas de Preciados y, sobre todo, Sol son las más victimizadas, según los datos de los que dispone este periódico.

Otros son Lidl, Lots of Colors, Carrefour Exprés, Tezenis, Decathlon, Primark, Springfield, la tienda de Apple, Zara, Vans, Oveja Negra, Marypaz, Desigual y un largo etcétera. Y en la Policía insisten en que se trata solo de los casos denunciados y que han acabado con detenidos.

El perfil de estos individuos , que son los que suelen operar por el día, es el ya conocido: desde españoles que llevan como carteristas media vida a ciudadanos del Este de Europa , la mayoría grupos organizados de rumanos. También las típicas adolescentes que se meten en una tienda a robar una prenda de vestir, casi por capricho.

Hay dos grandes zonas de actuación , dependiendo del objetivo de estos ladrones. Si lo que buscan es practicar hurtos en comercios, sus calles predilectas son la Gran Vía, Preciados, Sol, Carretas, Fuencarral y la de la Montera.

Pero los hay que buscan apropiarse de lo ajeno en donde existan terrazas de bares y otros locales que se encuentran más de cara al público: Calle y Plaza Mayor, Mercado de San Miguel, Arenal, plaza de Oriente y Jardines de Sabatini.

Por la noche, sobre todo en verano, hay más robos que sumar; pero se producen muchos de ellos en el barrio de Chueca , donde algunos chaperos y traficantes se dedican a robar a la gente que sale de locales de ocio; incluso en algunos casos, con violencia e intimidación , lo que popularmente se conoce como atracos .

Es ese barrio, detrás de la Gran Vía, donde, por épocas, suelen actuar los más salvajes de los asaltantes: los llamados « estranguladores », que utilizan la técnica del mataleón para asfixiar a sus víctimas hasta hacerlas perder la conciencia y arrebatarles todo lo que de valor llevan encima. Una casuística que también se ha producido en Lavapiés , en la zona sur del distrito de Centro.

ABC ha venido informando de la problemática que supone para los policías nacionales de la comisaría de Centro el Primark de la Gran Vía . La situación se ha estabilizado, tras revelarse que es uno de los puntos con más carteristas y robos al hurto y de ropa de todo el distrito. Las prendas ni siquiera tienen alarmas , pues cuestan más caras que las propia mercancía que se vende.

Pero el peor problema de fondo es la ley vigente. Los hurtos, hasta la entrada en vigor de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana y los cambios que repercuten en el Código Penal, eran objeto de una falta, en caso de que lo sustraído fuera de menos de 400 euros; ahora se los considera delitos leves, por lo que sí constan como antecedentes penales .