Mata a un amigo al manipular una pistola para probar un chaleco antibalas en un chalé

El suceso se produjo en la urbanización El Mirador, en pleno campo y algo alejada del casco urbano principal del pueblo. Concretamente, en el número 228 de la calle de la Fuente de los Palacios. Se trata de un chalé unifamiliar lo suficientemente apartado de sus vecinos como para ocultar el ruido de lo que allí pudo ocurrir.

Fue sobre las 4.30 horas cuando la sala del 112 recibía una llamada de un hombre alertando de que había una persona malherida en la vivienda. Concretamente, en la entrada de la casa, explicaron fuentes del caso.

Los primeros en llegar fueron integrantes de la Policía Local, que fueron quienes realizaron las primeras maniobras de resucitación al varón. Cuando llegó el Summa-112, los sanitarios continuaron con las labores de recuperación, pero finalmente no pudieron más que certificar el óbito. El muchacho presentaba un disparon en el tórax, con orificio de entrada pero no de salida , informó un portavoz de Emergencias 112 Comunidad de Madrid.

En el lugar se encontraba uno de los moradores de la vivienda, de 49 años y nacionalidad española, que fue detenido y trasladado por la Guardia Civil como presunto autor de esta muerte violenta.

Las pesquisas de los investigadores pasan por creer que se había celebrado algún tipo de reunión en el inmueble y que, según relataron los presentes, lo que hizo el arrestado fue tomar un arma corta de un tercero y cargarla, para probar un chaleco antibalas. Pero mientras ‘jugaba’ con ella, tras introducir el casquillo, se disparó negligentemente dos veces . Fuentes policiales indicaron que se está mirando si una bala dio primero en otro lugar de la habitación, rebotó e impactó contra la víctima o fue directa a su pecho, hasta matarlo. Lo que parece es que en principio no hubo dolo. De cualquier manera, hay que esperar a su pase a disposición judicial y toma de declaración y al peritaje para aclarar más circunstancias.

Eso sí, fuentes policiales precisaron que la normativa, aunque se posea licencia de armas, obliga a no tenerlas cargadas en el interior de las viviendas. Es decir, que el encartado debería haber guardado la munición y la pistola separadas.

La relación entre el fallecido y el sospechoso era de amistad. Lo que está bajo investigación también es «qué hacían trasteando con el arma» a esas horas tan altas de la madrugada, si es que se encontraban preparándose para salir de casa o simplemente le estaba enseñando el funcionamiento.

Se da la circunstancia de que el chalé es la sede social de la empresa Conco Sanz S. L., dirigida por los hermanos Conrado y Francisco S. M. Constituida en enero de 2011, la mercantil tiene como objeto la «difusión, mediación, importación, exportación, compraventa y comercio al por menor y al por mayor a través de cualquier medio, incluidos telemáticos de bienes, productos y servicios de tipo cultural». Conrado es un experto consultor y empresario, especializado en ventas, mientras que Francisco es un especialista en formación y auditorías de ciberseguridad, además de dar cursos a ‘hackers’ informáticos.

De confirmarse que todo se trató de un accidente, habría que remontarse a marzo de 2018, cuando un grupo de Dominican Don’t Play presenciaron cómo uno de ellos mataba de manera imprudente de un tiro a su propio hermano en un piso okupa de Carabanchel mientras manipulaba una escopeta.