La Ley Ómnibus facilita la recogida de leña y la caza, y captura en vivo de cabras

En lo que toca a los aprovechamientos forestales, la idea es promover el autoconsumo, explican en la Consejería de Medio Ambiente, que dirige Paloma Martín . Por eso se ha incluido en la Ley Ómnibus una modificación que reduce en un 66 por ciento la tramitación de estos expedientes, algo que permitirá liberar recursos humanos de procesos administrativos para dedicarlos a la protección medioambiental. Según los cálculos del Gobierno regional, la medida ahorrará a los madrileños hasta 33.000 euros al año.

Concretamente, para estos aprovechamientos menores de leña –de hasta 20 estéreos, entre 15.000 y 18.000 kilos de leña– no hará falta una autorización administrativa; en montes particulares y patrimoniales de los ayuntamientos , sólo será necesaria una declaración responsable.

En caso de otros recursos, como el corcho, las plantas aromáticas, piñas o frutos, la recogida se podrá realizar siempre que no estén incluidas en el Catálogo Regional de Especies amenazadas de Fauna y Flora u otros listados de protección estatales, y cuenten con la autorización del titular del terreno . «Hasta ahora había limitación para todo tipo de especies, y ahora sólo para las que tengan una protección genérica», señala el director general de Biodiversidad y Recursos Naturales, Luis Del Olmo.

También dejará de ser necesario solicitar autorización de aprovechamiento forestal en caso de corta o poda de arbolado, o corta de matorral, por la realización de una obra que haya sido antes informada favorablemente por Medio Ambiente, y conste en su documentación la actividad de poda. Por ejemplo, si para soterrar una línea eléctrica hay que talar un árbol, «con incluirlo en la solicitud pertinente, que habrá sido estudiado previamente por los técnicos medioambientales, será suficiente», señalan desde la Consejería.

Hay especies animales que están dando problemas por su superpoblación. Es lo que ocurre con la cabra montés en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, donde los expertos calculan que se ha pasado de 400 ejemplares en el año 2000 a los cerca de 6.000 en la actualidad, al no existir depredadores naturales de esta especie: lobos, osos o águilas.

El resultado es que la ingente cantidad de cabras que conviven en la zona están provocando efectos perjudiciales en esa zona, como en el caso de la mariposa apolo, que está «a punto de desaparecer por la afección de estas poblaciones de cabras a las plantas nutricias», y que afecta también a otras plantas como tejo y el acebo. El Gobierno regional se ha comprometido a realizar planes de gestión de la cabra montés para evitar los problemas derivados de la superpoblación.

La Ley Ómnibus reducirá las tasas a pagar por la actividad cinegética, tanto para captura en vivo de cabras –que se exportan luego a otros puntos geográficos– como para caza. Estas actividades podrán realizarse en espacios naturales protegidos sin que sea necesaria autorización si los cotos ya cuentan con un plan cinegético aprobado por la administración competente en la gestión del Espacio natural protegido.

La caza, tanto en la Reserva de Sonsaz –en la sierra de Ayllón y entre las provincias españolas de Guadalajara y Madrid– como en las zonas de caza controlada de la Comunidad de Madrid, ve reducidas sus tasas actualizándolas a la demanda actual, lo que facilita el control poblacional en espacios donde «hay importantes daños a la agricultura ocasionados por el jabalí y el conejo fundamentalmente».