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El «héroe» del caso Meño: «Temo por mi vida; sé quién me ha enviado a los sicarios»

La Policía sospecha que el ataque al cirujano obedece al cobro de una deuda. Él insiste en que iban buscando documentos, pero no los ha aportado

El cirujano plástico Ignacio Frade, ayer, en su despacho profesional del barrio de Pacífico RAFA ALBARRÁN

M. J. ÁLVAREZ

El «misterio» parece envolver el caso del cirujano plástico del barrio de Pacífico (Retiro) Ignacio Frade García , cuarenta y ocho horas después de ser atacado por dos hombres armados en el edificio donde vive con su padre y en el que tiene, además, abierta una consulta de estética, en el número 9 de la avenida del Mediterráneo. Sin embargo, el enigma parece ir desentrañándose poco a poco.

La Policía Nacional, descartado desde los primeros momentos el robo con rehenes, en contra de lo que informó la víctima presa de los nervios en su confusa llamada a la sala del 091, baraja el cobro de una deuda que tendría contraída el doctor , de 58 años, con sus atacantes como principal hipótesis de lo ocurrido, como adelantó ABC. Una deuda que podría estar relacionada con sus entornos personal, familiar o profesional, que están siendo investigados para determinar la causa de la extorsión, así como la identidad de los agresores y detenerles.

No obstante, Frade ayer negó a este diario que debiera dinero y dijo que lo sucedido no obedecía a una venganza de sus pacientes o al caso de Antonio Meño. Un asunto que le convirtió en «héroe»: el joven quedó en estado vegetativo durante una rinoplastia por una negligencia médica cuando Frade estaba de prácticas. Su testimonio, 21 años después, hizo que se reabriera el caso y que la víctima fuera indemnizada con un millón de euros en 2011.

El médico aseguró saber quién estaba detrás del asalto. «Mi vida está en peligro, temo por ella y por la de mi padre; los sicarios, españoles de unos 50 años, pueden regresar y no voy a consentir que le hagan daño a él; necesitamos protección », recalcó.

«Sé lo que buscan, quién lo busca y las personas que ha contratado a los peligrosos sicarios, con nombres y apellidos, y no es dinero», aseveró, en contra de la principal tesis policial , si bien obvió hablar más por temor a las represalias. Según ha trascendido, aludió, entre otras cosas, a alguna expareja, un extremo al que los investigadores no dan mucha credibilidad .

El cirujano, que no eludió hablar con los medios, agregó que los que fueron a su casa « querían papeles de Hacienda y diversa documentación comprometedora que incrimina a terceras personas, así como mensajes de WhatsApp», reiteró, como hizo la víspera ante los periodistas tras regresar del hospital en donde le dieron puntos de sutura en la cabeza, cuando fue golpeado en la cabeza con la culata de las pistolas.

Él les dejó entrar

Precisó que toda esa documentación está ya en manos de la Policía, un extremo que negaron las fuentes consultadas por ABC. Del caso se ha hecho cargo la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Madrid, que está comprobando su versión.

El suceso se produjo cuando dos personas que se hicieron pasar por inspectores de Hacienda tocaron el timbre de su casa y preguntaron por él. La asistenta le llamó por teléfono para saber qué hacer y Frade le dijo que les abriera. Según su relato, le habrían pedido las llaves de la caja fuerte, tapado la boca a su padre y maniatado a la mujer. Luego, al no hallar lo que buscaban fueron a la consulta con la empleada, momento en el que se los encontró, resultando agredido. Anunció que en unos días dará una rueda de prensa.

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