Los ediles «díscolos» de Carmena, en fuera de juego

Que Celia Mayer y Carlos Sánchez Mato acudieran ante la Fiscalía Anticorrupción para denunciar el convenio del Máster de Tenis a espaldas de la alcaldesa fue el punto de inflexión en su relación. La regidora destituyó de inmediato a Mayer del área de Cultura –ya le había quitado las competencias en Memoria Histórica– y maquilló la situación al delegarla la concejalía de Políticas de Género. A Sánchez Mato le castigó sin su sillón de presidente en la empresa pública Madrid Destino. Pero sus constantes encontronazos con el Ministerio de Hacienda a cuenta del Plan Económico Financiero (PEF) firmaron su sentencia definitiva. Carmena le apartó de las negociaciones para calmar las aguas . Aún así, el edil de IU no claudicó con el documento que la alcaldesa consensuó con el exministro Cristóbal Montoro, por lo que el día de la votación del PEF fue fulminado.

Los anticapitalistas Carmona, Arce y Galcerán, por su parte, dieron la batalla con la operación Chamartín, por ser «un pelotazo urbanístico». Pese a que se reformuló al gusto de Carmena, están dispuestos a votar en contra del proyecto de su concejal de Urbanismo.

El hartazgo de los vecinos de Usera y Arganzuela por la negligente gestión de los distritos de Arce ha vuelto a estallar en la última semana. Éste es el último de los escándalos de una edil que está imputada por delitos de odio por sus tuits contra la Policía tras los disturbios de Lavapiés.