El ex director de Seguridad califica los partes del espionaje de «panfletos»

Pero Sergio Gamón no podía irse de la Asamblea sin hablar de lo ocurrido en el Campus de la Justicia el día después del cese de Alfredo Prada como consejero. Y quiso hacer una corrección a Miguel Castaño, subdirector general de Seguridad: «No nos acompañaron allí ninguna de las dos personas que Castaño dijo», en referencia a dos asesores, como aseguró su ex mano derecha el pasado viernes en su comparecencia. Gamón aseguró que, por motivos personales, pidió en tres ocasiones a Granados que le destituyera, pero que no fue hasta julio pasado cuando cesó. Justo después del misterio de los ordenadores. «La verdad es que fue más listo que yo, porque no pude relacionar el asunto del Campus de la Justicia con el cese», añadió Gamón.

Su sucesor, Enrique Barón, apuntó varios datos interesantes. Por un lado, que, debido a su experiencia como policía, jamás había visto unos partes de seguimiento o vigilancia hechos de tal manera como los publicados, sin membrete ni firma. «Para el contenido que tienen esos partes, no sé ni para qué los hacen». El propio diputado de IU Fausto Fernández reconoció que «tienen más de chapuza que de trabajo serio», pero insistió en que quien los realizó no dejó rastro de su autoría «porque sabía que esa práctica no estaba amparada por la ley».

Enrique Barón se desmarcó de Marcos Peña -asesor y supuesto cabecilla de los espías- y de Gamón, y negó que hubiese espionaje.

La oposición se queja de que el PP quiere dar carpetazo a la comisión con la comparecencia, mañana, de Francisco Granados, pues teme que hoy se haga oficial que no lo harán los supuestos espiados, Cobo y Prada. Es más, tanto los miembros del PP de la comisión -David Pérez, Juan Soler y Pablo Casado- se expresaban en tiempo pasado al hablar de la investigación. La propia Esperanza Aguirre dijo ayer que el caso «se está desinflando».