Cifuentes se atrinchera pese a que su máster «no consta» en la Universidad Rey Juan Carlos

La líder del PP de Madrid cogió el AVE por la mañana, sonriente, y convocó una rueda de prensa para primera hora de la tarde, justo cuando estaba previsto que Rajoy llegara al cónclave de los populares, que tuvo aires de funeral por la crisis desatada . Su intención: anunciar, muy vehemente, que resistirá.

Su estrategia de defensa sigue siendo descargar cualquier tipo de responsabilidad en la Universidad, dejar que la Justicia investigue y lo aclare todo, y denunciar que todo esto es una cacería «de extrema dureza» contra ella.

«Yo he dicho la verdad. Y no he cometido absolutamente ninguna ilegalidad. Esto lo mantengo ante ustedes, en sede judicial o donde sea necesario», insistió. Oficialmente el PP cree en su palabra y la respalda, pero muchos en el partido piensan que su huida hacia adelante puede tener los días contados. «Si hay persona interesada en que se llegue hasta el final y se aclare soy yo», aseveró antes de repetir a preguntas de los periodistas que el 2 de julio de 2012 defendió su trabajo de fin de máster ante «tres personas». En Vicálvaro. Durante diez minutos. «Yo mi máster lo hice».

Cifuentes se siente respaldada por su partido, al menos de momento. Fuentes populares aseguraron ayer que el presidente del partido habla con ella «todos los días», para interesarse por su situación. En el entorno de la presidenta regional se tacha de «injusto» todo lo que está pasando y rechazan por completo que tenga que renunciar. «No existe ningún motivo», aseguran. Quienes la conocen bien advierten, eso sí, de que es «muy disciplinada», y hará lo que le pida su partido . Desde el Gobierno, en público, se mantiene la máxima cautela. Ayer el portavoz evitó mostrar su respaldo y remitió al resultado de la investigación que se ha abierto.

Cifuentes habló dos horas después de que lo hiciera el rector de la Rey Juan Carlos, Javier Ramos , que desmontó de un plumazo las pruebas que el equipo de Cifuentes mostró para acreditar su título. «No consta» la existencia del acta del trabajo -«pese a que su archivo es obligatorio»-, ni había sido remitido la memoria del trabajo fin de máster, «ni se puede confirmar que la defensa de dicho trabajo haya tenido lugar». Cifuentes cree que esta versión, que muchos ven como la estocada definitiva, es más de lo mismo. Lo que ha dicho el rector es que «no han podido verificar hasta el momento que ese trabajo de fin de máster se presentara», afirmó. Su equipo más cercano trataba de quitar hierro a la situación: «¡Si no ha dicho nada nuevo!».

Pero el rector, que se ha encontrado en medio de un avispero, ha decidido abrir las ventanas de par en par. Así lo ha hecho iniciando primero una investigación interna, a la que invitó a miembros de la Conferencia de Rectores para darle mayor credibilidad; y llevando después ante la Fiscalía lo que, como resultado de esta investigación, parecen indicios de un delito de falsedad en documento público.

Él mismo lo explicó ayer en una comparecencia ante la prensa sin preguntas en la que, visiblemente afectado por la situación, negó haber presionado a nadie para falsificar el acta del trabajo fin de grado de la presidenta, algo de lo que le acusaba ayer mismo en público el director del citado máster, el catedrático Enrique Álvarez.

Si la investigación concluye que ha habido irregularidades, «el máster se invalidará, probablemente», apuntan fuentes universitarias. Aunque el rector no quiso salirse ni una línea de su comparecencia, en su entorno lamentaban que le haya reventado a él (que llegó al rectorado en 2017) lo que califican como «una chapuza de los años 2012 y 2014». Defienden que el acta que entregó el director del máster, Enrique Álvarez , era tan burda -plagada de «inconsistencias», dijo el rector- que 26 minutos después de recibirla, decidió abrir una investigación interna sobre el asunto. Y cuando de ella se dedujeron posibles delitos, lo llevó a la Fiscalía.

Precisamente a esta decisión de no tapar «ni manipulaciones ni batallas cruzadas» es a lo que achacan el ataque recibido por Enrique Álvarez, que en una entrevista en Onda Cero aseguró haber sido presionado por el rector para solucionar el asunto y reconstruir el acta del trabajo fin de máster, que se había destruido años antes. Unos hechos que Javier Ramos ha calificado de «rotundamente falsos» y por los que anunciaba acciones legales.

Aseguró, respaldado por todo su equipo rectoral, que los dos profesores implicados -el director del máster y el que impartía una asignatura del mismo en que también cambió la calificación, Pablo Chico de la Cámara- le «dejaron constancia escrita» de que la alumna había superado ambas asignaturas.

El rector fue el primero en salir a dar explicaciones públicas cuando se publicó la presunta falsificación del máster. Lo hizo, explican en la universidad, amparándose en las informaciones que le dieron los afectados. También habló telefónicamente con la secretaria del tribunal del trabajo fin de máster, que según dijo ayer «confirmó que la defensa -del trabajo- tuvo lugar, y que así se lo habían ratificado los otros dos miembros del tribunal ». Algo que, al menos en uno de los casos, no era cierto. Javier Ramos lamentó haber pecado de «confiar en exceso en personas que no lo merecían».

También ayer, hizo entrega de una carta de la profesora Alicia López de los Mozos , que fue mencionada en el acta del trabajo fin de máster como presidenta del tribunal que lo evaluó, en la que declara que ni ha formado parte del mismo, ni reconoce el acta ni su firma en la misma.

Mientras, en la Asamblea madrileña continuaba un día más la batalla por la moción de censura: PSOE y Podemos la apoyan y no entienden cómo Ciudadanos continúa esperando a una futura comisión de investigación que a su juicio aclararía lo sucedido, más allá de lo que a su juicio lo han hecho las afirmaciones del rector y el recurso a la Fiscalía. Y sólo pedirá la dimisión de Cifuentes si resulta imputada.