transporte público
Caótico estreno del nuevo billete sencillo de metro
El título de transporte ahora va por zonas y cuesta entre 1,5 y 2 euros, en función del número de paradas. Los torniquetes son los mismos, por lo que el consejero ha pedido a los usuarios «civismo»
noemí lópez trujillo
El intercambiador de Avenida de América parecía ayer una carnicería. Los usuarios se agolpaban detrás de las dos trabajadoras de Metro para hacer su «pedido». «Uno para Pacífico», «Ida y vuelta para Urgel», «Dos para Moncloa», decían sin apenas acercarse a la máquina expendedora, como ... si fuese un alienígena con el que era imposible comunicarse. ¿El motivo? El nuevo billete sencillo por zonas, en función del número de paradas que el usuario va a recorrer. Así, el precio no varía hasta las 5 estaciones (1,5 euros), pero a partir de ahí, cada parada que se suma son 10 céntimos más . Al llegar a las 10 paradas, el precio no sube de los 2 euros convirtiéndose en una especie de «tarifa plana».
Hay que seleccionar la parada final y la máquina calcula el recorrido más corto
Pero el estreno ha sido, ciertamente, caótico. Adolescentes, adultos y ancianos, muchos pecaban de novatos y mostraban su incapacidad de hacerse con el nuevo software. Éste consiste en seleccionar la parada final en la que el usuario se bajará a través de dos métodos: seleccionando la línea en la que está la parada (por ejemplo, seleccionas la línea 2 para marcar la estación de Sol) o buscándola en la letra correspondiente (en este caso, S de Sol). Sin embargo, hay quienes al ver líneas, colores y el abecedario se confunden y no saben qué tienen que marcar. Ocurre sobre todo en aquellos que tienen que hacer transbordos, que piensan que han de seleccionar todas las estaciones por las que han de pasar. Sin embargo, sólo es necesario marcar la estación final y la máquina calcula el recorrido más corto , aunque el usuario luego haga el que desee, siempre y cuando la parada final sea la que aparece en el billete.
Sin control en los torniquetes
No obstante, para algunos viajeros esto es una desventaja, ya que «muchas veces, te bajas antes, o después, o decides cambiar tu trayectoria porque alguien te avisa de que quedáis en otro sitio», explica una usuaria de billete sencillo. De momento, los torniquetes no han cambiado , ya que suponía un coste muy elevado. Por ello, el consejero de Transportes, Pablo Cavero, pidió «civismo» a los ciudadanos.
La multa por engañar al sistema será de 20 veces el precio del billete
De momento, no hay manera electrónica –y parece ser que no la habrá– de controlar que los usuarios salgan por la parada que determina su billete, por lo que los vigilantes de seguridad y los interventores son quienes se encargan de ello. «Todavía no se multa a nadie, entendemos que hasta que las personas se adapten puede haber errores», afirma una trabajadora de Metro. Tras el margen, que será aproximadamente de unas semanas, la multa por «engañar» al sistema será de 20 veces el precio del billete , es decir, entre 30 y 40 euros.
Según la consejería de Transportes, el incremento del precio afecta al viajero «ocasional» del transporte público, ya que su uso supone un 12% de los viajeros . De estos, según afirma la consejería, únicamente la mitad se sirve de desplazamientos superiores a las cinco estaciones. De esta manera, el nuevo título de transporte se asemeja al servicio de Cercanías Renfe , cuyo precio viene determinado por la longitud del desplazamiento. Sin embargo, el cercanías sí cuenta con una red de tornos que controlan que el destino que figura en el billete se corresponde con la estación.
Hace menos de un año, la tarifa del billete sencillo ya subió de 1 euro a 1,5
Muchos usuarios mostraban ayer su enfado con el incremento de la tarifa: «Es una cortina de humo . Parece que tengas el billete más personalizado, pero lo único que consiguen es complicarnos el proceso y que, encima, nos cueste más caro. Si querían subirlo, no hacía falta que lo hicieran con esta excusa», explica un hombre. Cabe recordar que hace menos de un año el precio del billete sencillo subió un 50% (de 1 euro a 1,5). Por ello, muchos expresaron su asombro al ver que la medida, que se anunció en abril y que hubo que retrasar porque el software estaba en pruebas, por fin se ponía en marcha. «Esperaba que al final no se llevase a cabo», reconoce una joven.
Sea como fuere, el nuevo sistema ya está en marcha. Y a las nuevas tecnologías , como dicen algunos, «hay que acostumbrarse» .
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