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Sucesos

Blindaje policial en el barrio latino de Tetuán: asesinatos, peleas, drogas y ruido

Amplio dispositivo de seguridad en la zona donde se produjo este fin de semana la batalla campal de decenas de dominicanos contra quince agentes

CARLOS HIDALGO

La batalla campal que protagonizaron decenas de dominicanos la madrugada del domingo en la calle de Jerónima Llorente contra la Policía Nacional y Municipal es la cúspide de unos problemas de convivencia e inseguridad larvados en el distrito de Tetuán. Concretamente, en la zona de Bellas Vistas, también conocido como el Barrio Latino, que comprende el eje entre Cuatro Caminos y Francos Rodríguez. La violencia que utilizaron los atacantes contra los agentes fue importante , pero no anormal. Según explican fuentes policiales, hay una parte de la comunidad dominicana que demuestra «cierta chulería» con el personal uniformado; incluso a la hora de hacer detenciones, alguno se enfrenta a los funcionarios con un «Venga, vamos a solucionarlo con los puños».

La situación está más controlada que hace unos años, cuando los ajustes de cuentas eran casi una constante; sin embargo, ayer, la Jefatura Superior de Policía dio la orden de establecer un puesto de vigilancia en la zona donde una quincena de agentes resultó herida cuanto detenían a un grupo de latinos que previamente les habían atacado.

El principal problema en esta área de Tetuán es la inseguridad que se vive en algunos locales de ocio. El más problemático, desde hace 15 años, es la discoteca Sueños, en la calle de San Enrique, 8. Ha sido escenario de dos homicidios y, al menos, tres reyertas con víctimas graves. Y sigue abierta. El último suceso relevante ocurrió en octubre de 2014. Fueron detenidos un camarero y uno de los porteros de la sala, después de que un cliente fuera herido con un punzón. Su cuerpo fue hallado, muy grave, sobre el carril-bus de la calle de Bravo Murillo . Le salvaron la vida en la UCI.

Peor suerte corrieron un nigeriano, en 2001, y un dominicano, en 2004, muertos a cuchilladas en el interior del local, el primero cuando la discoteca se llamaba El último tango. Antes, en 2000, hubo dos reyertas muy graves, ambas entre filipinos . A ello hay que sumar el trapicheo de estupefacientes que se traen los «puertas». Uno de ellos protagonizó un episodio de lo más llamativo: al ve que la Policía Municipal le iba a detener, se tragó 28 papelinas de cocaína . Por poco se ahogó y hubo que practicarle un lavado de estómago.

«Hemos entrado innumerables veces a esa discoteca, incluso las UIP y las UCS», en referencia a las unidades «antidisturbios» del CNP y la Policía Municipal, respectivamente, indican otras fuentes consultadas.

Bandas latinas

Blindaje policial, ayer, en el barrio de Tetuán RAFA ALBARRÁN

Otro establecimiento conflictivo es el Boite Center, en los bajos de Azca y escenario en 2009 del asesinato de Isaac Natanael, uno de los supuestos líderes de los Dominican Don’t Play (DDP), a manos de un trinitario, dos bandas latinas enfrentadas.

El puzle que conforman calles del Barrio Latino como la de Topete, Carnicer, Almansa, Juan Pantoja o Jerónima Llorente es el de la venta de droga, tanto en la calle y locales de ocio como en viviendas, continuamente «reventadas» por los agentes. Muchos detenidos han sido, además, imputados por grupo criminal. «A fuerza de tanto apretarles, la problemática ha bajado bastante», indican fuentes policiales.

Las que funcionan a pleno rendimiento son las peluquerías latinas . Sirven de punto de encuentro para los dominicanos, y muchas pueden estar abiertas un fin de semana pasadas las doce de la noche: «Suelen ir a arreglarse la barba o a cortarse el pelo cada vez que salen de fiesta. Te puedes encontrar a quince personas allí, viendo la tele para hacer tiempo, antes de marchar a la discoteca».

Las quejas vecinales en este sentido son el ruido que montan en estas peluquerías, con la música a tope . Lo mismo que en los locales de ocio. Los mismos que abarrotaban el domingo a primera hora de la madrugada cuando salieron a la calle a patear, golpear con bates de béisbol y botellas a una quincena de policías nacionales y municipales.

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