Un asalto con machetes y mazas a una joyería desata el caos en el centro comercial de Vicálvaro

Presa de los nervios, la propietaria cogió una escalera y entró al local para enfrentarse a sus inesperados visitantes. «No sé ni cómo lo hice, agarré la escalera que estaban usando unos técnicos y traté de que se marcharan», prosigue, después de visionar el fragmento de grabación de la cámara de seguridad que registró el atraco. En poco más de un minuto, los malhechores huyeron a la carrera con algunas joyas de poco valor en dirección a la puerta más cercana. Los gritos y las consecuentes escenas de pánico se sucedieron entonces. Varias personas trataron de cerrarles el paso; otras, en cambio, ni siquiera tuvieron tiempo para apartarse.

Un hombre resultó herido leve, aquejado de un fuerte golpe en la cabeza; mientras que una mujer cayó al suelo y sufrió una luxación de hombro, lo que motivó su traslado por los sanitarios del Samur-Protección Civil al Hospital Gregorio Marañón. Pese a que varias unidades de la Policía Nacional se desplazaron a toda prisa hasta el centro comercial, los tres individuos lograron escapar a bordo de un coche negro. Se investiga si actuaron solos o lo hicieron con la ayuda de un cuarto compinche que podría haber estado esperándolos dentro del vehículo.

«Una vez que salieron de la tienda, ya no les perseguí», añade la dueña, a la espera de que los investigadores puedan dar con su identificación y poder así detenerlos: «Se llevaron algo de plata y otras cosas de poco valor. Es más el destrozo, ya que rompieron dos mostradores, el cristal de otro y dos vitrinas interiores». Será el seguro el que determine la cuantía de los daños. Abierta desde 1982, la joyería A’Damas es uno de los negocios con más solera del Centro Comercial Vicálvaro. «Hemos sufrido algún robo anteriormente, pero nunca uno de este tipo», remarca la afectada.

La incursión de los asaltantes, que actuaron provistos de guantes para evitar dejar huellas, provocó la salida en tromba de los asistentes por la puerta más cercana a la parada de taxis, situada en la calle de San Cipriano. «La gente salía gritando», recordaba ayer un testigo, que lo vio todo desde el exterior.

Este hecho se suma a una serie de sucesos acontecidos recientemente en el distrito. La madrugada del pasado sábado al domingo, un vecino arrojaba un cubo de agua con lejía sobre la clientela de un bar, en los bajos del centro comercial La Rampa 1. El inexplicable lanzamiento afectó a un hombre en el ojo, a otra mujer en el cuero cabelludo y a varios de los presentes en la ropa y zapatillas, desteñidas por la corrosión del peligroso líquido. El hostelero, que también sufrió daños en el uniforme de trabajo, y el cliente atendido por los sanitarios desplazados, denunciaron lo ocurrido.

Dos días después, un hombre de 38 años resultaba herido de carácter grave al caer a la vía en la estación de Cercanías de Vicálvaro. Según las primeras hipótesis, el afectado se precipitó el lunes por la tarde de manera accidental justo al paso de un convoy. El choque con el tren le causó la semiamputación de una mano y un traumatismo craneoencefálico de carácter moderado. Tras ser intubado y estabilizado por facultativos del Samur, fue conducido al Hospital de La Paz, donde los médicos pudieron recuperar parte de los dedos para que puedan ser implantados.

El pasado mes de mayo, un grupo de individuos atacó a otro, formado en su mayoría por menores, al inicio del paseo de los artilleros. La pelea, acaecida a última hora de la tarde, se trasladó al interior del metro de Vicálvaro. Dos sujetos, relacionados con una banda latina, resultaron detenidos.