La OISS, la «llave secreta»

La OISS, según reza su página «web», encuentra sus primeros antecedentes en el I Congreso Iberoamericano de Seguridad Social celebrado en Barcelona en 1950, en cuyo seno se creó una Secretaría de apoyo a ulteriores congresos que recibiría el nombre de Comisión Iberoamericana de Seguridad Social; pero fue en el II Congreso Iberoamericano de Seguridad Social celebrado en Lima (Perú) en 1954 en el que, con la presencia de la mayoría de los países integrantes de la Región, junto con representantes de la OIT, OEA y AISS, quedó aprobada la «Carta Constitucional de la OISS».

¿Quiénes ejercen el poder ejecutivo en la OISS? En número nada desdeñable, ex altos cargos del PSOE en el Ministerio de Trabajo durante la etapa de Felipe González como presidente del Gobierno. Su secretario general es Adolfo Jiménez, secretario general de la Tesorería de la Seguridad Social hasta la llegada de Javier Arenas al Ministerio de Trabajo, en el primer Gobierno de José María Aznar. El vicesecretario general, Francisco Jacob Sánchez, fue subdirector general del Gabinete Técnico de la secretaría general de la Seguridad Social, también con González. El cargo de director ejecutivo lo ostenta Carlos Javier Santos, quien compagina su labor en el organismo internacional con su cargo de secretario general de Ibertuamur, mutua médica de accidentes de trabajo. Las mutuas son asociaciones de empresas que se financian con los fondos de las cotizaciones sociales de los trabajadores a través de las cantidades que perciben precisamente de la Tesorería General de la Seguridad Social.

Así pues, el poder dentro de la Organización Iberoamericana de la Seguridad Social es español, como demuestra el hecho de que copan el centro neurálgico de la toma de decisiones. Sus relaciones con Trabajo son excelentes, pues a su indudable reconocimiento profesional, unen la afinidad con el Departamento que dirige Celestino Corbacho.

La aportación financiera de la Tesorería de la Seguridad Social que el 1 de agosto de 2008 aprobó el Consejo de Ministros para la «Extensión de la Protección Social en los Países de la Subregión Andina», dotada con 900.000 euros, se enmarcó dentro de un programa de cooperación técnica en el que la OISS ejerció como actor preferente, junto a la OIT. La cooperación entre Trabajo y la OISS es extremadamente fluida y se produce en el marco «de una serie de actuaciones alentadas por el Gobierno español para el desarrollo de la cooperación social en Iberoamérica».