Junts busca reventar la investidura de Illa: «ERC ha cambiado de bando»

En Junts están heridos desde la noche electoral del 12 de mayo y se sienten además traicionados por ERC, que ha aceptado entregar la investidura a Illa a cambio de un incierto concierto económico. «ERC ha cambiado de bando», acusó ayer directamente Laura Borràs, presidenta de Junts, situando a los republicanos fuera del bloque independentista. El propio Puigdemont esperó para salir a escena a que los militantes de ERC refrendaran el acuerdo con los socialistas y, en la carta que publicó el sábado en la red social X, adelantaba que esa votación hacía que su detención sea «una posibilidad real en muy pocos días».

Ayer no hubo más noticias, aunque todo el mundo mire con expectación hacia la frontera pirenaica que separa España y Francia. Tampoco Borrás quiso dar más detalles, pero adelantó que sí los habrá cuando se convoque formalmente el pleno de investidura. «En el momento que haga falta daremos indicaciones a nuestros diputados y a nuestros cargos electos, pero los detalles no los avanzaremos», dijo.

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De momento, el plan previsto sigue su curso y el presidente del Parlamento catalán, Josep Rull, hizo público ayer el calendario para esta semana después de que Illa comunicase formalmente su voluntad de someterse a un pleno de investidura al contar con los apoyos necesarios para ser elegido.

El proceso comenzará mañana con una ronda de consultas con todos los portavoces parlamentarios y el pleno de elección del socialista se prevé el jueves. La secuencia se retrasa un día respecto a la idea inicial de empezar hoy mismo la ronda parlamentaria. Fue ERC la que pidió más tiempo alegando «motivos de agenda». Los republicanos tienen aún flecos por cerrar, como el debate generado entre las juventudes del partido respecto a la investidura de Illa. De hecho, una de las diputadas de ERC en el Parlament, Mar Besses, forma parte de esta organización juvenil y su voto en contra dejaría al socialista sin la mayoría que necesita para la elección.

En medio de este escenario, el regreso de Puigdemont a España y el efecto político que pueda tener sobrevuela este calendario y estrategia política de todos los actores. Junts ya ha dejado claro que va a jugar esta baza y no va a dejar pasar ocasión para manifestar su descontento. Su distancia con ERC volvió a quedar patente en las palabras de Borrás: «Nosotros nos mantenemos más firmes que nunca y hacemos piña en torno al presidente Puigdemont, que es el mejor revulsivo para el país».

La expresidenta del Parlament reivindicó que el independentismo tenía más peso en la configuración actual la cámara catalana que la suma del PSC y los Comuns y pidió volver a pensar en «bloques nacionales y no ideológicos». «Ahora veremos a un partido independentista haciendo presidente al candidato más españolista que se puede imaginar», denunció en referencia a ERC y su acuerdo con Salvador Illa.

De la vuelta de Puigdemont poco se sabe. Ni del dispositivo policial que pueda estar ya preparado para su detención ni de los planes de los suyos para el recibimiento tras siete años fugado. Desde el Ejecutivo catalán se han limitado a decir que el expresidente será recibido «como el resto de exiliados». Estos fueron homenajeados por sus simpatizantes a su llegada y después recibidos por el presidente ya en funciones de la Generalitat, Pere Aragonés, con la secretaria general de ERC, Marta Rovira, a la cabeza. «Todo el mundo es consciente del peso que tiene el presidente Puigdemont, del simbolismo que representa», aceptó la pasada semana la portavoz del Govern, Patrícia Plaja.

El arresto del expresidente catalán podría retrasar o cancelar la sesión, e incluso llevar a la militancia de ERC a replantearse el apoyo a Illa. En esa idea profundizó este lunes la presidenta de Junts, quien reiteró que el Reglamento del Parlament recoge que los diputados tienen «inmunidad e inviolabilidad» y que «no se puede detener a nadie si no está cometiendo un delito de manera flagrante».

En caso de que finalmente se produzca esa detención, Borràs quiso saber «qué hará» Illa y por qué «los jueces españoles no aplican una ley que ha aprobado su partido y su Gobierno». En cualquier caso, matizó en una entrevista en Catalunya Radio recogida por Servimedia, «aquí la cuestión no es si su detención podría reventar la investidura de Illa, sino que su detención reventaría la democracia española porque sería la confirmación de que el poder judicial actúan al margen del poder legislativo».

También la asociación independentista Òmnium Cultural expresó ayer su rechazo a la Presidencia de Salvador Illa y avisó de que trabajará desde la sociedad civil para vertebrar mayorías que defiendan «los objetivos del derecho a la autodeterminación y de un Estado catalán propio». Lo que también garantizó fue su apoyo a Puigdemont a su regreso.

«La simple hipótesis que pueda ser detenido, pese a la aprobación de la ley de amnistía, es algo gravísimo que pondría de manifiesto la rebeldía del poder judicial ante una ley democrática aprobada parlamentariamente por el poder legislativo», reivindicó. Todo en el aire para una primera semana de agosto sin vacaciones en el Parlamento de Cataluña.