La clave en la inversión en defensa: las personas
La inversión en defensa es esencial para garantizar la seguridad y la soberanía de España. Sin embargo, es fundamental que esta inversión no se limite a la adquisición de armamento, sino que también se enfoque en el factor humano
En un mundo en constante cambio donde los conflictos armados y las amenazas geopolíticas evolucionan a un ritmo vertiginoso, la defensa nacional no puede depender únicamente de la adquisición de material bélico. Tanques, misiles, aviones, fragatas, submarinos … son elementos cruciales para la seguridad de España, ... pero sin personal cualificado que los comande y dirija, los diseñe, los fabrique, los licite, los mantenga y los integre en una estrategia efectiva y totalmente coordinada para garantizar su operatividad, su utilidad se reduce drásticamente.
La Unión Europea ha reconocido la necesidad de reforzar su capacidad defensiva y este reconocimiento implicará un aumento significativo en los presupuestos de defensa de los estados miembros, incluido España. Gran parte de la población únicamente piensa en las armas y se olvida de la verdadera fortaleza de las Fuerzas Armadas, las personas que las integran: tropa y marinería, suboficiales, oficiales, oficiales generales que, con su dedicación y profesionalidad, lealtad, saber hacer y amor por España, garantizan nuestra seguridad y soberanía.
La importancia del factor humano
Las Fuerzas Armadas españolas han experimentado una transformación significativa en las últimas décadas, pasando de un modelo basado en el servicio militar obligatorio a una fuerza totalmente profesional. Esta profesionalización ha implicado una mejor formación del personal, una creciente motivación y una adaptación a las nuevas demandas de la sociedad y del entorno internacional. En mis años de experiencia formando a oficiales, especialmente de la Armada, nunca ha dejado de sorprenderme su alta cualificación, capacidad de trabajo y disposición.
La formación continua es esencial para que el personal militar pueda enfrentarse a los desafíos actuales. Además, la motivación y el bienestar del personal son fundamentales para mantener una fuerza operativa eficiente. Ofrecer sueldos competitivos y condiciones adecuadas, especialmente de conciliación, no solo atrae a personas altamente capacitadas, sino que también retiene el talento dentro de las Fuerzas Armadas. Un personal motivado y bien remunerado es más propenso a comprometerse con su labor y a cumplir de manera efectiva en situaciones críticas. No podemos «abusar» de quienes están dispuestos a dar su vida por España.
La industria de defensa y sus empresas
La industria de defensa en España no solo se dedica a la fabricación de equipos militares, sino que también juega un papel crucial en la formación y capacitación del personal. Empresas del sector colaboran estrechamente con las Fuerzas Armadas para desarrollar tecnología y sistemas que requieren de una formación especializada. Esta colaboración asegura que el personal militar esté familiarizado con las últimas innovaciones y pueda operar de manera eficiente en entornos tecnológicos avanzados.
Además, la inversión en la industria de defensa contribuye a la creación de empleo cualificado y al desarrollo económico. Estos empleos no se limitan solamente a la producción de armamento, sino también a la investigación, el desarrollo, la transferencia y la formación, beneficiando a la sociedad en su conjunto.
La industria de defensa española ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, consolidándose como un pilar fundamental en la economía y la seguridad de España. Según el informe elaborado por PwC para la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE), presentado en noviembre de 2024, estas empresas alcanzaron una facturación conjunta de 13.900 millones de euros, con un incremento del 15% respecto al año anterior; exportando casi el 60% de su producción y generando más de 215.000 puestos de trabajo entre empleos directos e indirectos. Datos que muestran la relevancia del sector en el tejido laboral del país, más teniendo en cuenta que se trata de empleos cualificados y bien remunerados.
España se enfrenta a grandes retos para resolver debilidades como la falta de personal especializado: no sólo ingenieros, científicos, personal militar, pero también la gestión de presupuestos millonarios requiere expertos en logística, contratación y recursos humanos. Los procedimientos administrativos en la contratación de defensa son complejos y conllevan una burocracia excesiva y poca agilidad. La rigidez normativa y los largos procesos de licitación pueden provocar demoras en la adquisición de equipos y en la implementación de programas esenciales.
Aunque España cuenta con empresas de referencia en el sector como Navantia, Indra, Airbus España, GDELS-Santa Bárbara Sistemas y Rheinmetall Expal (las cinco concentran el 80% del total de la facturación), el incremento del gasto en defensa requiere que estas compañías amplíen su capacidad de producción y desarrollo. Sin una planificación e inversión adecuada, se corre el riesgo de que no puedan absorber la demanda en los plazos requeridos. Y quizás donde mayor consenso se requiere es en resolver la falta de estabilidad presupuestaria, ya que la política de defensa es una estrategia a largo plazo que requiere continuidad en la inversión. Los cambios políticos y la falta de consenso pueden generar incertidumbre en la planificación y ejecución de los programas de defensa.
No me cabe la menor duda de que las empresas serán capaces de estar a la altura de las circunstancias, pero se avecina un problema que no debemos soslayar, la falta de personas cualificadas para poder desempeñar los puestos de trabajo necesarios y que se crearán a corto plazo. Tanto en España como en el resto de países aliados. No podemos perder tiempo. Deberíamos estar formando más talento tanto del personal civil como militar y, por supuesto, ser capaces de retenerlo.
La autonomía estratégica de España
La capacidad de un país o una unión de países para defender sus intereses y garantizar su seguridad sin depender «excesivamente» de aliados externos es crucial. Actualmente los miembros europeos de la OTAN han triplicado sus importaciones de armamento y las compras a Estados Unidos han pasado de representar el 52% al 64%. Para España y la Unión Europea, alcanzar esta autonomía implica no solo disponer de equipos militares avanzados, sino también contar con personal altamente capacitado y motivado.
La guerra en Ucrania, a las puertas de la UE, y el giro de la nueva administración de los Estados Unidos ha evidenciado la importancia de esta autonomía. Esta dependencia ha llevado a la Unión Europea a plantearse la necesidad de reforzar sus propias capacidades militares. La iniciativa «ReArm Europe», propuesta por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, busca movilizar hasta 800.000 millones de euros para fortalecer la infraestructura de defensa de Europa en respuesta a las amenazas geopolíticas actuales.
En este contexto, España tiene la oportunidad de avanzar, de competir e incluso liderar en áreas clave, siempre que cuente con personal debidamente formado y motivado para enfrentar estos desafíos. Tanto personal militar como civil que forman parte del tejido industrial de la defensa.
Conclusión
La inversión en defensa es esencial para garantizar la seguridad y la soberanía de España. Sin embargo, es fundamental que esta inversión no se limite a la adquisición de armamento, sino que también se enfoque en el factor humano. Formar, motivar y ofrecer condiciones competitivas al personal de las Fuerzas Armadas es crucial para construir una defensa sólida y efectiva. Solo a través de una combinación equilibrada de tecnología avanzada y personal altamente capacitado y comprometido, España podrá enfrentar con éxito los desafíos de seguridad y contribuir de manera significativa a la autonomía estratégica de la Unión Europea. No nos olvidemos que sin nuestras Fuerzas Armadas no estaría garantizado el ordenamiento constitucional y nuestra libertad. Y sin libertad no hay democracia. Que lo urgente no haga que nos olvidemos de lo importante.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete