Interior tenía informes en junio que auguraban la crisis migratoria de Canarias

A pesar de ello, el resultado, más allá de exageraciones propias de refriegas políticas entre distintas administraciones, es que no se han podido evitar momentos muy complicados pero no se ha llegado, ni de lejos, a las escenas vividas en el puerto grancanario de Arguineguín en la anterior crisis migratoria de 2020, con miles de subsaharianos hacinados en el muelle.

El análisis que hacen las fuentes policiales consultadas por ABC es que la principal causa –no la única– de la situación actual es la inestabilidad política en Senegal. Esa crisis ha provocado un aumento exponencial de los candidatos de esa nacionalidad a emigrar para sortear la represión del gobierno de su país, que no tiene razones para frenar esas salidas porque quienes salen están en la oposición y en febrero hay convocadas elecciones.

«También influye la desestabilización de la zona del Sahel –explican las fuentes–, pero en mucha menor medida, porque más del 90 por ciento de los que llegan a El Hierro son senegaleses. Es más; según hemos comprobado, ese mismo porcentaje de las embarcaciones que llegan a la isla salen de sus costas. El resto, de Gambia, pero también ocupadas en su mayor parte por senegaleses».

El propio cambio climático ha influido, porque se ha adelantado mucho la temporada de fácil navegabilidad. El mar está 'como un plato' y las mafias aprovechan para lanzar más cayucos. A cambio, se espera que la temporada de mar en calma acabe también antes, lo que ayudará a paliar la situación a medio plazo.

El comienzo del parón biológico que impedirá la salida de las embarcaciones de pesca, que facilitará el trabajo de las Fuerzas de Seguridad de ese país porque podrán localizar con más facilidad las embarcaciones con inmigrantes, también será beneficioso.

La situación en Mauritania, sin embargo, está más controlada, aunque en los últimos tiempos se ha producido un pequeño aumento de salidas de embarcaciones, por ahora no demasiado preocupante. En cualquier caso, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, viajó esta semana a ese país por quinta vez y la próxima semana hará su tercera visita a Senegal.

Hasta el jueves pasado, salvo un episodio concreto con rifeños que comenzaron a llegar a Almería y que fue controlado en poco tiempo, Marruecos no había planteado problemas importantes. No obstante, entre ese día y el viernes llegaron unos 400 inmigrantes irregulares a Lanzarote y ayer mismo lo hicieron cerca de 200, aproximadamente, –456 en total a Canarias– lo que desbordó la capacidad de acogida de esta isla. Las embarcaciones que llegan hasta allí parten del sur del Reino alauí y del Sáhara Occidental.

«Con todo –insisten las fuentes consultadas– hay que observar los acontecimientos con perspectiva. Por supuesto es muy preocupante la llegada de miles de inmigrantes a El Hierro, pero no se pueden hacer comparaciones gratuitas con Lampedusa. Allí han llegado 160.000 personas; a Canarias más de 25.000 en números redondos. Y en la isla italiana están desbordados, mientras que en la española los que han llegado se han distribuido de inmediato y la población de la isla no sufre, ni de lejos, las mismas consecuencias. Hay un dato relevante y nuevo: las embarcaciones que salen del Golfo de Guinea ya no llegan a las costas españolas, sino que continúan la travesía hasta Italia».

La otra cara de la moneda es cuantificar lo que se ha evitado. En números redondos superarían en 11.000 las personas que las Fuerzas de Seguridad españolas y de esos países han impedido llegar a nuestras costas. Eso sin contar el efecto que ha tenido la desarticulación de mafias, lo que impide que sigan traficando con personas.

Las fuentes de la lucha contra la inmigración irregular consultadas por ABC advierten de que no hay soluciones mágicas y que las tendencias solo se pueden vencer con un conjunto de medidas y paciencia, porque nunca dan resultado en poco tiempo. «Por ejemplo, es paradójico decirlo ahora pero las patrullas conjuntas entre las Fuerzas de Seguridad españolas y las mauritanas, senegalesas o nigerianas funcionan mejor que nunca. El problema es que el volumen de candidatos a emigrar es enorme».

«Todo pasa por la relación con los países emisores –admiten esas fuentes–. Si se quiere que colaboren hay que entender antes que para ellos hay otros temas más prioritarios que la emigración en los que necesitan la ayuda de España. Son asuntos relativos, por ejemplo, a Protección Civil, la seguridad vial o la lucha contra los incendios. Por tanto, es imprescindible pedir colaboración, pero también hay que ofrecer cosas, porque además se pretende que luchen contra una de sus principales fuentes de ingresos. En Senegal, por poner un solo caso, las remesas que envían sus emigrantes suponen el 15 por ciento del PIB».

Este marco es en el que España tiene que moverse. Si no hay contratiempos, nuestro país va a poder aumentar sus capacidades, sobre todo en Senegal, e intentará además agilizar los vuelos de retorno de sus nacionales en situación irregular. «Hay que ser consciente de que eso supone un problema de imagen para los gobiernos que aceptan esos retornos, pero en cambio resulta vital para nosotros porque supone lanzar un mensaje muy potente a aquellos que quieren intentar llegar a Europa de forma irregular».

Si esas son las líneas de actuación en el exterior, en el interior las cosas están más definidas. El contar con esos informes desde junio ha permitido a Interior adoptar medidas que han paliado la situación, como las ya mencionadas de un aumento de efectivos de la Policía y la Guardia Civil y la recuperación de algunas infraestructuras.

La gran preocupación de las Fuerzas de Seguridad era que El Hierro no tenía medios para hacer frente a una avalancha como la que se ha producido. De hecho, se ha comprobado por el GPS que los cayucos ponen rumbo directo a la isla canaria: «Saben que les van a llevar a otro lugar y además son conscientes de que allí hay menos fuerza policial», explican los expertos. La decisión ha sido el traslado inmediato de los que llegan, primero a Tenerife y luego a otros lugares. Además de ferrys, la tensión migratoria ha sido tal que por primera vez se ha utilizado para estos fines la patrullera de la Guardia Civil Río Segura.

Hay otra medida novedosa que se ha tenido que adoptar: la mayor parte de las veces los inmigrantes irregulares son reseñados no en el punto de llegada, como hasta ahora, sino en Tenerife, precisamente para paliar esa falta de infraestructuras en El Hierro.