Cuando las furgonetas de las ongs se llevan lo poco que pueden, la imagen de este almacén es desoladora. En el Banco de alimentos de Girona apenas hay leche, aceite, cereales o conservas. Insuficiente para unas estanterías que se van quedando vacías y que cuesta ... mucho llenarlas. Hacen una llamada de alerta, desesperados por una inflación que está mermando la esperanza de los más necesitados. De hecho, calculan que reciben un 20% menos de donaciones que antes por el incremento de precios, de la energía y de las materias primas. Los mismos problemas que hacen resentirse a este otro Banco de alimentos en A Coruña, donde los productos más caros, muchos básicos, ni los ven. Piden otro esfuerzo para que vuelvan a llenarse de solidaridad.
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