«Tener una licencia de pesca no implica tener barra libre»
Los aficionados a la pesca recreativa se enfrentarán a más restricciones tras la publicación del decreto que prepara el Gobierno, que incluye un registro online obligatorio de las capturas, así como su marcado
Santiago
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Iniciar sesiónMiles de aficionados a la pesca recreativa a lo largo de Galicia y España contienen la respiración desde hace meses. Este sábado finalizó el periodo de alegaciones para el borrador elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que incluye nuevas ... restricciones para esta modalidad de pesca, desde la obligación a realizar un registro online de todas las capturas al marcaje de peces y cefalópodos para evitar su venta. Además, la lista de especies prohibidas aumenta, añadiendo a la lubina en el caladero Cantábrico Noroeste (que incluye el litoral gallego), un cúmulo que ha provocado la movilización y protesta de multitud de colectivos de pesca recreativa.
En lo que va de año, unas 61.857 licencias para la pesca marítima de recreo fueron tramitadas en Galicia, de las que la mayoría corresponden a la pesca en superficie (59.438), aunque la pesca submarina también tiene un peso destacado (2.411). En cualquier caso, el nuevo decreto afectará a todos en mayor o menor medida, lo que supone a juicio de varias asociaciones un «trato discriminatorio» frente al resto de actividades que se dan en el mar.
Así lo recoge el escrito que remitió la Asociación Galega de Pescadores Submarinos Responsables (Agpesur) al Defensor del Pueblo, tras intentar involucrar a la Xunta, sin éxito. En el caso de la pesca submarina de recreo, además de las limitaciones comunes, su actividad se limita a los fines de semana, festivos salvo en Semana Santa y entre el 1 de mayo y el 30 de septiembre por ley.
«La pesca submarina es selectiva, sostenible y de autoconsumo, pero en Galicia está sometida a restricciones arbitrarias que carecen de justificación científica o jurídica. Pedimos trato justo e igualitario, que se respeten nuestros derechos y se corrija una normativa que nos margina como colectivo», alegan desde Agpesur.
En cualquier caso, una vez se publique el decreto –a no ser que cambie en su redacción final– , todos los pescadores de recreo, ya sean de superficie como submarinos, tendrán que adoptar nuevas medidas. En primer lugar, deberán de declarar todas las capturas que realicen –aunque la suelten– a diario a través de «medios electrónicas», es decir, una aplicación. Además, deberán realizar un corte «que elimine el lóbulo inferior de la aleta caudal» de las capturas –una de las alas en el caso de calamares o sepias– para evitar su posterior venta.
Trato desigual
La controversia viene, sin embargo, de los anexos en los que se incluyen las especies prohibidas para la pesca, entre las que se encuentra la lubina para el Cantábrico Noroeste, pero también otras como el abadejo, el bacalao o el lenguado. En este sentido, las críticas que se suceden en redes sociales apuntan a que cuentan con más restricciones –como las vedas en periodos reproductivos– pese a que los pescadores comerciales capturan cientos o miles de toneladas en cualquier momento del año y ellos cuentan con un máximo de cinco kilogramos por licencia y día.
En el caso de la lubina, su periodo reproductivo comienza con la llegada del invierno, momento en el que los ejemplares más grandes están accesibles, por lo que la pesca se intensifica pese a las posibles repercusiones en el futuro de la especie, ya que la veda afecta en exclusiva a los pescadores de recreo.
«Yo pienso que debería de ponerse la misma norma para todos. Es decir, que si es por una cuestión medioambiental, porque hay pocas, que se aplique también a la pesca profesional», afirma Carlos Grille, aficionado a la pesca desde pequeño y creador de contenido en redes sociales sobre esta temática en @fishinggalicia, que cuenta con 26 mil seguidores en Instagram.
El joven 'influencer', que comparte sus capturas en redes sociales y se ha hecho popular empleando técnicas como el rockfishing –de origen japonés, emplea señuelos pequeños para capturar ejemplares de tamaño reducido–, reconoce que existen motivos para limitar capturas como la lubina, aunque no esté de acuerdo con prohibirla en su totalidad o limitar en exclusiva a los pescadores de recreo.
«Hay algo que no va bien en el mar», reflexiona Grille, aludiendo a problemas como el furtivismo o la reducción del número de peces con los que se cruza: «este año apenas he visto lubinas en mi zona», añade. Reconoce que existen mecanismos de control, pero señala también la necesidad de que todos los que comparten el mar lo hagan de forma responsable: «Tener una licencia de pesca no es tener barra libre en el mar», resume Grille.
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