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Siete años de prisión por violar a una octogenaria «desnutrida» que lo había acogido en su casa por caridad
La Audiencia de Pontevedra condenó a un hombre por un delito de abuso sexual con penetración en base al testimonio de la víctima, que falleció antes del juicio
El condenado negó los hechos, pero la juez entendió que la declaración de la víctima ante la Guardia Civil era válida y coherente
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Iniciar sesiónUn vecino de la provincia de Pontevedra ha sido condenado a siete años de prisión por violar a la octogenaria con la que llevaba viviendo cinco años, después de que ella lo acogiese por caridad. Los hechos se remontan al principios del año 2020, ... momento en el que la víctima denunció que el acusado entró en su habitación en plena noche y la despertó. La mujer refirió ante los agentes que el agresor se puso sobre ella y la penetró diciéndole que «íbamos a hacer una cosa muy rica que nunca habíamos hecho». En el acto no medió violencia, pero tampoco consentimiento, según la sentencia a la que ha tenido acceso ABC, que no duda del testimonio de la víctima, que falleció antes de llegar a juicio. Para componer lo ocurrido, la Fiscalía echó mano de la declaración de que la mujer hizo en su día ante los efectivos de la Guardia Civil. A ellos les explicó, sin contradicciones y de manera coherente, cómo se había materializado una agresión durante la que, indica la juez, el procesado se aprovechó de la diferencia de edad y de que mujer estaba físicamente «muy delgada y desnutrida». En concreto, el agresor tenía 56 años y la víctima 76.
La que sí pudo hablar en la vista oral fue la hija de la mujer, que recordó que llegó a casa de su madre y se la encontró en la cama llorando y sin querer levantarse. Había pasado una semana de la violación y no pudieron recuperar muestras de ADN de su cuerpo, pero sí de las sábanas y las mantas que conservaba envueltas en un amasijo. En ellas, los efectivos de la Guardia Civil hallaron restos de semen que coinciden con el del acusado. La mujer también relató que los dos llevaban cinco años residiendo juntos, porque ella lo había acogido por caridad y a cambio de que él limpiase la casa e hiciese la comida. También aclaró que nunca había sucedido nada como lo que sucedió la noche de los hechos, y que después de eyacular sobre ella el hombre se volvió a su dormitorio y se fue a dormir. Sus palabras fueron refrendadas también por la trabajadora social que atendía a la mujer, a la que le narró la misma historia de manera «coherente y concisa».
Durante el plenario, el acusado negó los hechos y se limitó a explicar que el semen hallado en las sábanas de la habitación de la mujer se debían a que «a veces veía películas porno y se masturbaba» sin poder explicar por qué la dueña de la vivienda lo había denunciado. Acerca de su intervención, la magistrada consideró que «todo el alegato del encausado no es más que un alegato defensivo, sin otro alcance, sobre todo teniendo en cuenta que tal y como reconoció la relación con ella era buena». Además de los siete años de cárcel, se ejecutará con posterioridad la medida de libertad vigilada sobre el condenado, a lo largo de los siguientes cinco años.
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