Prisión para dos de los tres detenidos en el último golpe al tráfico de heroína en Galicia

El operativo, bautizado como 'Atiç', y pilotado por la Unidad de Droga y Crimen Organizado de la Policía Nacional (Udyco), se desarrolló el pasado martes por la mañana con varias entradas y registros en naves y domicilios particulares de O Salnés —Sanxenxo, Ribadumia, Meis, Meaño y Barro— pero también en Ponteareas. La investigación, sin embargo, había comenzado meses antes. A principios de año, la Policía portuguesa interceptó cerca de Oporto a un conductor del país vecino que transportaba desde Galicia 12 kilos de heroína. Lo cazaron tras ser alertados por los agentes de la Udyco, que le seguían la pista.

Desde entonces, y hasta este martes, los agentes han detenido a un total de 11 individuos que vinculan con esta organización. Los arrestos se produjeron en diferentes fases. Los investigadores fueron incautado cantidades más pequeñas de heroína a individuos que distribuían la sustancia en O Grove (Pontevedra), Fisterra (La Coruña) y Santiago. Así, fue posible incautar medio kilo más de heroína y otro medio de cocaína.

Al menos dos de los tres detenidos, según explicaron a ABC fuentes policiales, son viejos conocidos de los cuerpos y fuerzas de seguridad por su dedicación al tráfico de heroína. En una de las naves —de pequeñas dimensiones, más 'galpones' que recintos industriales— los detenidos tenían instrumentos para la preparación de la droga. Un laboratorio artesanal, según ha informado este viernes la Policía Nacional en un comunicado, en el que se llevaba a cabo el corte de la heroína y también de cocaína. Allí fueron hallados también diversos útiles para su elaboración, moldes y envoltorios, así como teléfonos móviles y diversa documentación. La operación continúa abierta y no se descartan más detenciones.

Las fuentes atribuyen a esta supuesta trama, a grandes rasgos, el patrón habitual de movimiento de los traficantes de heroína gallegos, aunque siempre puede haber variaciones en las rutas. Por lo general, la heroína, que procede sobre todo de Afganistán, se transportarse hacia Holanda, y, desde ahí, se distribuye —entre otras rutas— hacia la península ibérica, especialmente a Cataluña y al sur de Pontevedra. Asimismo, la provincia gallega funciona como centro redistribuidor de esta sustancia hacia Madrid, Andalucía —sobre todo Sevilla— y Portugal. Más de la mitad de la heroína, según estas fuentes, suele acabar en el país vecino.