Prisión provisional tras matar a su pareja con una decena de navajazos en La Coruña

Sucedió la madrugada del pasado domingo. Ambos son de origen peruano, aunque él ya tiene la nacionalidad española, y vivían de alquiler en un piso modesto. Fue el propio agresor el que se encargó de confesar lo que había hecho. A primera hora de la mañana, llamó por teléfono a su exmujer, con la que tiene dos hijos en común, para contarle que había matado a su pareja actual. Su exmujer dio la alerta a los servicios de emergencias, y la Policía Nacional no tardó en presentarse en el lugar de los hechos, el número 3 de la calle San Isidoro, en el barrio coruñés de Sagrada Familia.

La entrada de los agentes en el inmueble despertó a varios de los vecinos. Y lo que acabaron confirmando los investigadores de la Policía Nacional, de la mano de la autopsia, es que la había asesinado con al menos una decena de puñaladas. En el registro del domicilio, los agentes localizaron también el cuchillo con el que se habría cometido el crimen.

Pero todo eso el supuesto homicida ha preferido callarlo cuando este martes lo han puesto a disposición judicial. Confesó el crimen a su expareja, pero ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer ha preferido no hablar. Se ha acogido a su derecho a no declarar y, a continuación, el juzgado ha decretado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Según ha informado el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), se le investiga por un delito de asesinato y por otro de quebrantamiento.

Y es que este individuo ya había sido condenado por una agresión anterior a la víctima, registrada en septiembre de 2024. Ese procedimiento judicial derivó en una reciente sentencia condenatoria para el hombre, que incluía una orden de alejamiento de Maritza. Según el TSXG, la sentencia ya se le había notificado y, por tanto, la jueza entiende que existe un delito de quebrantamiento.

Maritza, de hecho, estaba incorporada desde entonces en VioGén, el sistema de seguimiento integral en los casos de violencia de género del Ministerio del Interior. Además, según explicó la subdelegación del Gobierno en La Coruña, en su caso se había activado el llamado Protocolo Cero, que actúa de oficio cuando las víctimas no se deciden a denunciar en un contexto de espiral de violencia de género. Este martes, unas 200 personas se han concentrado en la plaza María Pita en repulsa por el crimen de Maritza.