ENTREVISTA AL RECTOR DE LA UVIGO
Manuel Reigosa: «Abrir un nuevo proceso negociador para Medicina es impensable»
Mantiene su compromiso de defender el acuerdo de descentralización, siempre que la USC lo ratifique este mismo mes de diciembre
Vigo
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Iniciar sesiónDías de espera en los rectorados de las universidades públicas gallegas. Manuel Reigosa (Vigo, 1958) se mueve entre la confianza por las bondades objetivas del pacto para descentralizar Medicina y la incertidumbre de si la USC conseguirá desbloquear la situación con su Facultad. Sereno, sonriente, ... cree que es una oportunidad que no se puede dejar pasar. Eso sí: el acuerdo firmado no se toca.
—¿Daba crédito cuando conoció que la USC no ratificaba el acuerdo para descentralizar Medicina?
—Por supuesto, porque soy absolutamente respetuoso con las decisiones que tome cualquier otra institución. Puedo decir que me sorprendió, porque yo contaba con que fuera aprobado. Fue un acuerdo trabajado durante mucho tiempo, y creo que de un modo generoso por todas las partes.
—Imagino que no se enteró por la prensa...
—Tenía alguna noticia de que podía haber algún obstáculo para su aprobación, pero contaba con que se aprobara por el Consello de Gobierno. También es verdad que no se rechazó, por lo que de algún modo estamos en un compás de espera.
—¿Cómo se ve desde la distancia lo que está pasando dentro de la USC?
—No me quiero meter en casa ajena, pero debo decir que todos los actores implicados para construir unos mejores estudios de Medicina, que sirvieran a los intereses de Galicia, pienso que encontramos una buena solución en la cual estaríamos integrados profesores de las tres universidades gallegas sin necesidad de multiplicar las titulaciones y sin necesidad de hacer cada quien la guerra por su cuenta. Creo que, con el tiempo, se darán cuenta de que era una muy buena solución que, posiblemente, en una etapa posterior, desembocase en lo que a mí me gustaría personalmente, que sería un título interuniversitario.
—¿Usted habría aprobado el convenio, aún con el rechazo de su Facultad de Medicina?
—Es difícil. Como se suele decir, los condicionales contrafácticos todos son verdaderos. Como no tengo facultad de Medicina ni tengo oposición... Yo entiendo perfectamente al rector [de la USC], quien además está intentando coser el acuerdo para que se pueda producir una aprobación en un momento determinado. Pero esto también nos pone a los demás las cosas mucho más complicadas, porque una vez que un acuerdo está cerrado por todas las partes, volver a menearlo es más difícil. Y como además en el propio acuerdo y las negociaciones previas estaba establecido que, o colaborábamos, o cada universidad tenía de algún modo derecho a pedir la titulación, una vez que abres la caja de Pandora ya no se meten las cosas de nuevo para dentro.
—Porque lo que parece descartado es reabrir la negociación.
—Abrir un nuevo proceso negociador es impensable. Hay que tener en cuenta, además, que hay elecciones ya convocadas en la USC y nosotros en la UVigo las tendremos en mayo. Por lo tanto, o se acuerda en muy breve, y eso quiere decir dentro de este mes el pacto que negociamos los tres rectores y los dos conselleiros, o nosotros seguiremos con nuestra hoja de ruta. Inicialmente era un plan B, que pasó a ser un plan A: hacer los deberes para montar una titulación de Medicina en Vigo. La habíamos pedido en 1991, es decir, es una vieja aspiración que tenemos como institución.
—¿Los representantes de la USC en la comisión de trabajo ya pusieron sobre la mesa los reparos a la descentralización que acabó expresando la Facultad de Medicina?
—Hubo una serie de peticiones que se le hicieron a la comisión. En ese grupo de trabajo había mucha gente que representaba a Santiago, no así Vigo –donde solo estaba yo– y Coruña. Se pusieron esas cuestiones encima de la mesa y el texto se modificó. Porque era una negociación abierta. El decano de Medicina pidió cosas, porque él estaba en ese grupo de trabajo. Unas se aceptaron, otras no. ¿Cuáles no? Las que iban en contra de las bases del desarrollo del acuerdo, como era el calendario acordado y la formación de las unidades docentes descentralizadas, donde estén en pie de igualdad el profesorado de la USC con el que venga de las universidades locales.
OBSTÁCULOS
«Si tenemos altura de miras y generosidad para el acuerdo, esta es la mejor solución posible»
—Imagino que vio el pronunciamiento de la Junta de Facultad de Medicina. Lo que solicitan ¿es incorporable al acuerdo a través de la comisión de seguimiento que se crea una vez sea ratificado?
—Yo lo veo así. Creo que si todos tenemos la altura de miras y la generosidad de buscar un acuerdo, esto será mejor para el sistema universitario gallego que si cada una de las tres universidades tiene su propia facultad. En esa comisión de seguimiento se puede incorporar prácticamente todo, excepto el alargamiento de plazos. Todas los que forman parte de la comisión son personas razonables para ajustar lo que pueda ir surgiendo. Estoy absolutamente convencido de que esto va a funcionar. Los fantasmas que se quieren ver, como si se fuera a deturpar la capacidad de decisión a algunos, en el día a día se vería que no va a ser así. A mí se me hace difícil decir que retomamos la negociación para que salga un texto distinto al que acordamos, porque no vamos a ser quien de aceptar cosas que vayan en contra de los fundamentos del acuerdo. Colaborar es siempre mejor que competir.
—Por lo que le entiendo, usted no da por roto el acuerdo y concede ese margen de dos o tres semanas que se daba el rector de la USC para alcanzar un acuerdo interno.
—A pesar de que tanto en el Consello de Goberno como en el Claustro los miembros de la oposición tenían un posicionamiento bastante virulento, pidiendo no perder el tiempo y solicitar ya la facultar propia de Medicina, yo me comprometí a llevar de nuevo el acuerdo si la USC lo ratificaba, y me he comprometido pública y privadamente a defenderlo. Aunque sean malas fechas. Porque pienso de verdad que es bueno.
—¿La confianza entre universidades se puede recomponer?
—Estoy seguro de que sí, porque llevamos mucho tiempo negociando muchísimas cosas, aunque muchas veces los puntos de vista iniciales sean diferentes. De esto no se habla tanto, pero temas como la financiación o el mapa de titulaciones a veces no se sabe que se negocian porque lo hacemos en despachos. Abrir la caja de los truenos es negativo. Para mí, como ciudadano, me siento muy tranquilo de que haya este tipo de acuerdos, que trascienden a grupos políticos e ideologías y buscan lo mejor para el sistema universitario gallego. Conociendo a las personas implicadas, vamos a ser quien de retomar los acuerdos.
EL FUTURO
«Mi visión personal es que este proceso debería llevar a un título compartido y liderado por la USC»
—El acuerdo, leído a fondo, parecía más un paréntesis que una renuncia definitiva de Vigo y La Coruña a la titulación propia de Medicina...
—Mi punto de vista personal, que no es el del Consello de Goberno, y así lo he defendido en público y en privado, es que estas acciones de descentralización, todo este proceso en 2029 debería desembocar en una titulación compartida. Es mi punto de vista, que no es compartido por todo el mundo. Pero este desarrollo futuro está un poco apuntado en el acuerdo. Seguramente habrá fuerzas centrífugas que puedan decir 'esto va muy bien pero en realidad seguimos queriendo tener una facultar propia' o habrá personas como yo, que piensan que lo ideal es un título compartido y además, lo digo sin ningún tipo de problema, liderado por la USC, pero estando involucradas las tres universidades gallegas. Si no hay acuerdo, nosotros –y creo que Coruña también– estamos haciendo los deberes, y habrá dos peticiones de nuevos títulos de Medicina. Escuchando al presidente Rueda y los conselleiros, entiendo que se abrirá esa puerta, y a mí no me gustaría. Pero no puedo saber qué va a pasar en la USC.
—Sospecho que no lo sabe ni el propio rector...
–Yo entiendo al rector perfectamente. Tiene unas elecciones que están ya disparadas, con cinco precandidaturas anunciadas... Es una situación, la verdad, que no es deseable. Si me pongo en su piel, es complejo.
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