Iván Lafuente, mejor nota de la ABAU 2023 en Galicia: «Cuando me lo dijeron no me lo creía»

Tras rozar la perfección, a Iván tampoco le pudo ir mejor en la parte específica. El diez obtenido en Matemáticas y Física elevó su nota final hasta un 13,92 sobre 14. «Me esperaba una buena nota porque todos los exámenes me salieron bien, pero tampoco una tan alta. Cuando supe la nota, estaba en la playa y ya me dieron una alegría. Cuando me dijeron que era la mejor nota no me lo creía», añadió el joven.

Iván se fijó un horario flexible que le permitió prepararse la ABAU sin caer en el agotamiento o el nerviosismo. «Fueron dos semanas muy intensas de estudio, pero no te puedes saturar ni presionarte. Esto es una carrera de fondo y hay que administrar las energías». Un camino en el que siempre se sintió arropado por familiares y amigos.

Su excelente nota le abrirá las puertas de cualquier carrera universitaria, aunque todavía no ha tomado una decisión definitiva. «Tengo que valorarlo y pensarlo en frío», añade. Entre sus opciones se encuentran Matemáticas, y los dobles grado de Física y Química, y de Farmacia y Óptica.

Sea cual sea su resolución final, Iván pretende continuar sus estudios en Galicia. «Tengo hasta el día 22 para decidirlo. Ahora, a descansar y celebrarlo», concluye.

La Universidad Complutense de Madrid es el destino elegido por Sofía Abraldes Torres para continuar sus estudios. La alumna del IES Nosa Señora dos Ollos Grandes de Lugo planea hacer las maletas rumbo a la capital española tras conseguir la tercera mejor nota de Galicia: un 9,9 sobre diez, que asciende hasta los 13,8 puntos tras las ponderaciones.

«Estoy muy contenta. Estaba muy segura en el sentido de que durante el curso hice todo lo posible para interiorizar los conocimientos. Después agradecí tener esa base. No lo es todo, pero me dio un poco de tranquilidad», relató la joven para ABC.

Su caso no está exento de obstáculos. A Sofía se le diagnóstico diabetes mellitus hace siete años, lo que afecta al funcionamiento normal de la insulina y también al factor emocional. «La parte que menos se conoce es esa implicación emocional que tiene. Es una enfermedad de 24 horas, los 7 días a la semana. Hay miedo a las hipoglucemias, hay cansancio, hay frustración. A veces uno hace todo lo posible y aún así las cosas no funcionan. Uno se pregunta por qué y no llegan las respuestas.»

Así, encontrar el equilibrio resultó un desafío para preparar la ABAU. «Hay que saber encontrar un balance entre la salud y los estudios. A veces uno no puede hacer todo lo que le gustaría. Soy perfeccionista, me preocupo por mi salud y resultó una batalla encontrar ese equilibrio para poder compaginar los dos puntos de mi vida. Ahora estoy mucho más tranquila.» Por suerte, siempre ha contado con el apoyo de su familia, amigos y médicos. «He tenido todo y más», agradece.

Ahora, Sofía quiere estudiar Medicina, una profesión que ya practicaba cuando jugaba a cirujanos y enfermeras de pequeña con su hermana. Aunque su pasión por la disciplina esconde un carácter mucho más emotivo. «El motor que impulsó todo este sentimiento de apego por las ciencias de la salud fue mi abuelo, que era médico. Me apasionaba verlo trabajar. Sobre todo, me llamaba la atención su calidez humana. Recuerdo esa manera tan envolvente de atender, de brindar su ayuda. La figura de un médico no está solo para los aspectos meramente científicos, sino que brinda su apoyo, su calidez humana, ese cariño, ese amor. No somos solo pacientes, somos también la persona que hay detrás de un expediente. Y yo quiero hacer eso.»

Ahora que ha finalizado el curso académico, Sofía quiere pasar tiempo con su familia y dedicarse a los que son sus hobbies: viajar, leer, escribir, cocinar y todo lo que guarde relación con el arte y la cultura. «Verano y Navidades son los momentos del año en los que nos reunimos todos. Son los momentos en los que soy más feliz en su forma más pura».