El Gobierno culpa al PP de que Galicia acoja menos inmigrantes
Sanxenxo pasará de recibir 350 a 60-70; el Ejecutivo lo achaca al «ruido» mediático
La Xunta pide «concreción» sobre la acogida de migrantes al Gobierno, que apela a la solidaridad ante una «acción puntual»
Un inmigrante, el martes, ante el albergue de Porriño en el que se aloja
El Gobierno en funciones ha encontrado en la crisis migratoria un nuevo ariete con el que cargar contra la Xunta y el PP, y lo utiliza a discreción. Más allá de que finalmente vayan a ser «bastantes menos» de los 400 previstos inicialmente los inmigrantes ... que se deriven de Canarias a Galicia, la carga de profundidad de los mensajes ha aumentado este martes de forma ostensible, hasta el punto de responsabilizar a la Xunta y a los concellos con alcalde popular de que se haya rebajado esa cuantía. En Sanxenxo se ha pasado de 350 a «80, 90», menos de un centenar. Al menos, por ahora, porque «todo esto es dinámico», se argumenta desde el Gobierno. La Xunta no se quedó callada y censuró que el Ejecutivo actúe «a espaldas» del gobierno autonómico.
Por la mañana, durante una visita a Porriño —adonde llegaron, sin estar avisado su alcalde, en la noche del lunes, los 40 emigrantes que no quiso el regidor socialista de Sobrado dos Monxes—, el delegado del Gobierno en Galicia ha cargado duramente contra la Xunta y los concellos gobernados por el PP. Pedro Blanco ha acusado directamente a la Xunta y a «algunos alcaldes» de los «cambios» en la llegada de inmigrantes, remarcando que «obedecen» al «ruido», «absolutamente desafortunado», de sus declaraciones ante los medios. «No es de recibo» y resulta «absolutamente reprochable», apostilló, para asegurar que, con la «disculpa» de que «no había información» —extremo que negó: fue «clara», «constante» y «desde el primer momento»—, se habían dedicado a «poner (...) palos en las ruedas». «No se mostró ninguna solidaridad» y «no ayudó nada» lo que se dijo ante la prensa, reprochó, a pesar de tildar de «testimoniales» los emigrantes derivados a la Comunidad.
Según Blanco, cuando Alfonso Rueda, Fabiola García o Telmo Martín (alcalde de Sanxenxo) se quejaban de la falta de previsión lo que estaban haciendo, de hecho, era «criticando» la llegada de inmigrantes a Galicia, un pueblo «solidario» al que «no representa la Xunta» con sus declaraciones, o las autoridades locales, que, ha insistido, «pusieron todo tipo de trabas». Aunque se ha cuidado de recordar que el regidor de Sobrado dos Monxes es socialista, sí ha enfatizado que los alcaldes de Vigo y La Coruña, Abel Caballero e Inés Rey, acogieron con los «brazos abiertos» a los emigrantes que se les enviaron, obviando que, pese a tratarse de las dos ciudades más pobladas de Galicia, entre ambas no llegaron a 30 personas.
Malestar en Sanxenxo
El Concello de Sanxenxo, que había guardado silencio desde que hace una semana criticó el «oscurantismo» del Gobierno, ha enviado a primera hora de la tarde un comunicado, tras llamar Blanco para decir que llegarían «entre 60 y 70 migrantes» —cifra diferente a la que dio a los medios— entre el miércoles y el jueves. El gobierno de Sanxenxo ha censurado que los bandazos del Ejecutivo central «no dejan más que en evidencia la descoordinación» de su gestión.
Fuentes de la Consellería de Política Social han replicado que desde un primer momento mostraron una «absoluta voluntad» de «colaborar en la acogida de migrantes». «Galicia es una tierra solidaria, por lo que no toleramos que esto se ponga en duda», remarcaron. «Lo que es injustificable es que el Gobierno central esté actuando a espaldas del gobierno autonómico», han clamado. Blanco ha justificado que, al costear todo el Gobierno, la interlocución se hace con asociaciones.
«Es necesaria una mejor coordinación entre todas las administraciones», se insistió desde Política Social. Ha faltado «respeto institucional», «las cosas no se hacen así», dijo desde Logroño su titular. «Una mayor colaboración», ha remachado, iría «en el beneficio de todos». El delegado respondió con más confrontación.
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