ENTREVISTA
Diego Calvo: «En algún momento Pablo Casado se dará cuenta de todo lo que sucedió»
abc conversa con el vicepresidente segundo
Cree que el PP de Feijóo ofrece otro tono y más experiencia ante un Sánchez que «haría cualquier cosa para permanecer en el poder»
Santiago
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Iniciar sesiónLleva dos meses exactos en el cargo. El traje de vicepresidente segundo es nuevo para Diego Calvo (San Sadurniño, 1975) pero no así el gobierno ni la primera línea política. El también presidente provincial del PP de La Coruña le ve recorrido al gobierno de ... Rueda y al proyecto del PPdeG tras la salida de Núñez Feijóo.
-Dos meses como vicepresidente segundo del gobierno. ¿Le ha dado tiempo a asimilar ya las interioridades de la Xunta?
-Es verdad que conocía la Xunta en cierta medida, porque fui delegado en dos ocasiones. Su funcionamiento no era algo exógeno para mí. En los últimos años tenía además un contacto casi diario por asuntos de la provincia. Facilitó la entrada en el gobierno y la adaptación. Lo importante es la gestión. En eso no ha habido ninguna fase de ruptura. Estoy muy contento.
-Usted conocía al Alfonso Rueda secretario general y conselleiro. ¿Cómo es el Rueda presidente?
-Sigue siendo la misma persona pero con mucha más responsabilidad. Sigue siendo el Alfonso que conocimos todos pero la responsabilidad pesa mucho más, de sacar el proyecto adelante, sacar las cosas bien y de ayudarle nosotros a él. No va a haber sorpresas y sí mucho trabajo.
-¿Cuál es el margen razonable para juzgar la acción de este gobierno?
-Los dos años que quedan de legislatura. Nos enfrentaremos a unas autonómicas donde veremos si fuimos capaces de hacerlo bien, si conseguimos mejorar y si la gente ha aceptado esta transición, que yo creo que sí. La clave fue que en ningún momento representó un problema para los gallegos, salvo para el PSdeG y el BNG que vieron una oportunidad perdida: querían problemas y no los hubo.
-¿Qué cree que se puede hacer mejor respecto del anterior gabinete?
-Siempre que hay un cambio intentas apretar el acelerador. Creo que debe notarse un poco más de presión en aquellos proyectos pendientes. Es el momento de dar impulso y mejorar algunas cosas. El presidente tiene muy presente la situación económica de las familias. Seguiremos en ese proceso que inició Feijóo.
-La sucesión de Feijóo. Hay quien le atribuyó aspiraciones sucesorias a Diego Calvo. ¿Las tuvo?
-El cambio de gobierno fue extraordinario. Todos nos tuvimos que sentar, los presidentes provinciales y el presidente Feijóo. Llegamos a un acuerdo: buscar la mejor solución, no generar problemas a los gallegos y encontrar a la persona que mejor garantizaría el proyecto. Los presidentes consideramos que la persona era Alfonso Rueda. Hubo mucho movimiento en los medios, pero yo no tuve aspiraciones. Sí hubo muchas conversaciones.
-Se habló mucho de tensiones internas durante todo el proceso. Usted estaba por allí.
-Desde luego yo no creo que hubiera esas tensiones internas. Hubo conversaciones, lógicamente, y mucho tiempo en pensar qué y cómo podíamos hacerlo. Pero las tensiones que pudieran esperar el resto de partidos nunca las hubo. En el Parlamento le recordé al BNG que esto no era la asamblea de Amio, donde tuvo que ir la policía nacional para resolver las discrepancias entre los asistentes. ¿Hay puntos de vista distintos en el PP? Sí, siempre los hubo y los seguirá habiendo. Pero nunca los calificaría de tensiones en ese sentido. La prueba está en cómo se han hecho las cosas.
-¿Este PPdeG es de transición?
-Yo no diría eso. Es un PPdeG nuevo. Entre todos tenemos que suplir la salida de Alberto Núñez Feijóo, que es complicada, porque para mí demostró que fue el mejor presidente de la Xunta de la historia. Cuando tienes un cambio de esas características, nos tenemos que emplear a fondo para llenar el espacio que queda. Lo vamos a hacer. Tenemos proyecto para muchos años.
-Usted es amigo personal de Pablo Casado. Es de los pocos dirigentes del PP que continúa ahora en la ejecutiva de Núñez Feijóo. ¿Cómo vivió el proceso?
-Con preocupación, desolación e incomprensión, por cómo podíamos echar por tierra un proyecto por un posicionamiento incomprensible para el 99% de la población. Faltó no sé si altura de miras o una comprensión más real de la situación. Eso puso en peligro el proyecto del PP, ahí sí que había mucha tensión e incertidumbre, lo peor que puede haber en política. Pero fuimos capaces de resolverlo en mes y medio, y de tal manera que hemos generado ilusión en toda España.
-¿Ha vuelto a hablar con Casado? ¿Ha entendido lo sucedido?
-Hablé en una ocasión después del día famoso, y él estaba fastidiado por todo lo sucedido. Desde entonces no he vuelto a hablar con él. Todas las personas cuando sufrimos un revés grande en nuestros planteamientos, necesitamos un periodo de comprensión y adaptación. Estoy seguro que en algún momento, Casado se dará cuenta de lo ocurrido. No sé si ese día ha llegado a día de hoy. Entonces entenderá mejor el proceso de lo que lo entendía en el momento, cuando no entendía lo que estaba pasando.
-A la vista de la última encuesta de GAD3, que vaticina 155-159 escaños para el PP, la crisis interna más que desgastarles les ha fortalecido…
-Creo que sí. En octubre de 2021 tuvimos un buen momento, después pasamos el bache de febrero, que fue enorme. Y el proceso de cambio en la dirección vino asociado a un aumento en la dirección, a formar un bloque más unido, más fuerte, y eso se traduce en mayor apoyo de los ciudadanos. A día de hoy sí nos ven una alternativa real a Pedro Sánchez. Eso se va a notar. Pero no sabemos cuándo serán las elecciones generales. Ni cuál será la situación de España, que cada día empeora. Sánchez a día de hoy no es creíble. Y frente a él, que solo quiere mantenerse en la Moncloa aunque a España le vaya mal, hay una alternativa que es Feijóo, con experiencia de gobierno, contrastado, buen gestor.
-¿Cabe más gente en el PP de Feijóo que en el de Casado?
-No creo que en ningún momento se pusieran trabas a nadie en el PP de Casado. Entonces y ahora cabe todo el que quiera estar. Siempre hemos sido la única alternativa de gobierno, pero ahora con mucha más experiencia y con un tono distinto. Eso puede atraer votantes. La prueba es Andalucía. Nosotros tenemos que volver al PP que consiguió la mayoría absoluta en 2011. Ese es el trabajo que tenemos que hacer.
-Llegó a decirse que el 'modelo Feijóo' solo funcionaba en Galicia.
-Las elecciones andaluzas demostraron que existían mayorías absolutas, y que podían darse no solo en Galicia, sino en las de más población, y en una de las de mayor tradición socialista de España. Los esquemas de campaña de Pedro Sánchez y el PSOE, que estaba jugando a que el PP tuviera que pactar obligatoriamente con Vox, saltaron por los aires. Se puso de manifiesto que hay muchas formas de llevar a cabo la política. Y la de Juanma tiene resultados. La gente quiere a personas que solucionen sus problemas, que no creen más. Aspiramos a un país mejor y con tranquilidad. Eso Sánchez no lo da.
-Echando la vista atrás, ¿Feijóo debió haberse presentado en 2018 a la sucesión de Rajoy?
-Tal y como están las cosas, podría haber dicho que sí. En aquel momento mi opinión era que hubiese ido. Estaba convencido que tenía que ir, pero visto lo visto, a día de hoy, casi fue mejor que esperase. En 2018 la situación del PP era mucho más complicada de lo que es hoy, y fíjese lo que pasamos en febrero. La sucesión de Rajoy se hace con el PP como tercer partido de España, por detrás de PSOE y Cs, de ahí que saliera la moción de censura. Era una situación muy mala. Y hay que reconocer el trabajo de la dirección de Casado por reconstruir. Hoy afortunadamente el tiempo ha dado la razón respecto a que Sánchez es uno de los problemas de España. Cuando el contexto es más favorable y la gente es buena, al final los resultados acaban saliendo.
-Dirige usted el comité electoral. ¿Intuye una ola de cambio en España como la que hubo en 2011?
-Yo creo que sí. Parte de nuestro trabajo es llegar a las municipales con esas ganas de cambio, que a día de hoy son evidentes, como primer paso para llegar a las generales. Creo que todos los españoles, con independencia de a quién hayan votado, tienen claro que Sánchez es capaz de hacer cualquier cosa para mantenerse en el poder, y que es mentiroso y no se pueden fiar de él. Esto es muy malo para alguien que quiere ser el presidente. Por muchas medidas que anuncie ahora, ya no es creíble. Los españoles están esperando la oportunidad para decirle 'vete ya'.
-¿Podría frenar esa ola el que Sánchez hiciera coincidir las generales con las municipales?
-Si hay alguien capaz de hacer cualquier cosa extravagante es Sánchez. Pero por mucho que haga, ya no es creíble. Si hace eso, sus alcaldes lo matarían. Muchos te dicen que Sánchez se ha convertido en un lastre. Si lo hace coincidir, sería uno de esos casos con resultados dispares. Pero no va a salvarle ni eso.
-Le pregunto por elecciones en su provincia. ¿A qué aspira el PP de La Coruña?
-Aspiramos a recuperar muchas alcaldías. Primero, las que se escaparon por unos pocos votos. Negreira la perdimos por un voto. Pero en el entorno de los cien votos hay seis o siete concellos. Aspiramos a gobernar en otros sitios donde nos quedamos a uno o dos concejales, pero si acertamos en candidaturas y equipos podemos recuperar la mayoría. Aspiramos a ganar en las ciudades y gobernar en alguna de ellas. Y recuperar la Diputación.
-Complete la frase: si se recuperara la Diputación, Diego Calvo…
-…estará feliz. Habría gente muy preparada en el partido en La Coruña para presidirla. Las etapas las hay que ir cerrando. Hay que dejar paso a otra gente para hacerlo como yo o peor que yo.
-Tiempo atrás usted era partidario de la fusión de municipios. ¿Es realista seguir hablando ahora de esta posibilidad?
-La propia vicepresidencia tiene encargado un estudio a la UVigo para que nos digan cuál es la visión académica para las fusiones. Yo creo que ese proceso se podría continuar, pero también creo que es muy difícil llevarlo a cabo -salvo que haya condicionantes muy específicos- si no se impone por ley. En La Coruña el concello más pequeño tiene mil habitantes; en León, el más pequeño tiene cuarenta. No sé si la solución es la fusión con el vecino, o que otra administración coordine servicios. Me cuesta creer que se pueda defender un ayuntamiento de cuarenta vecinos.
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