La UDC y la UVigo mantienen la aspiración de ofertar Medicina

En principio, se mantendrá en vigor hasta el 31 de agosto de 2029. Aunque podría romperse antes si alguna de las partes incumpliese alguno de los compromisos que recoge el documento, que no son pocos. El principal, claro, es la descentralización de la docencia teórica y práctica que hasta ahora se concentraba en Santiago.

En la práctica, este proceso culminará en el curso 2028/2029, cuando la mitad de los estudiantes de 4º, 5º y 6º de Medicina asistirán a sus clases en las unidades docentes que se acondicionarán en el Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña (Chuac) y en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi). Y a partir de entonces, ya se verá.

La de Santiago seguirá siendo, formalmente, la única universidad gallega que tiene implantado el grado en Medicina, así que continuará correspondiéndole «la responsabilidad académica». En concreto, «a los órganos de gobierno y los departamentos de la Facultade de Medicina e Odontoloxía de la USC, que son los encargados de la planificación y organización docente de la titulación».

La universidad compostelana también mantendrá la exclusividad de la docencia en los tres primeros cursos del grado. Será en 4º, 5º y 6º cuando cederá a la mitad de sus alumnos. El 50% –o sea, unos 200– se quedarán en la USC, vinculada al Chus, mientras el 25% –es decir, alrededor de 100– se irán a la nueva unidad docente de la UDC en el Chuac, y el otro 25% –otros 100– a la de la UVigo en el Chuvi.

Esto será en el curso 2028/2029, aunque la descentralización empezará de manera progresiva a partir del próximo año académico. En el curso 2026/2027 se empezará por habilitar en Vigo y La Coruña la docencia práctica de 5º y todas las clases de 6º. En el 2027/2028, toda la docencia de 5º y de 6º. Y en el 2028/2029 se completará la descentralización con todas las clases de 4º curso impartidas en las tres ciudades.

La docencia en Vigo y La Coruña se impartirá en unidades docentes habilitadas a tal efecto en el Chuac y en el Chuvi. Eso conlleva unos gastos de extra de personal, obras y equipamiento que asumirá la Xunta. La Administración autonómica se compromete, además, a informar a las universidades en el caso de que valide la solicitud de implantación de un grado en Medicina por parte de cualquier otra entidad y, específicamente, por parte de organizaciones privadas en cualquiera de sus modalidades, como delegaciones o franquicias.

El incumplimiento de esta condición y de cualquier otra, como los plazos de puesta en marcha de la descentralización de la docencia, legitimará a la UDC y a la UVigo a «continuar el procedimiento de implantación del título de Medicina iniciado en las respectivas universidades». Los incumplimientos podrán ser denunciados por cualquiera de las instituciones académicas, aunque se constituirá una Comisión de Seguimiento, con representación de todas las partes, que «tendrá como principal función velar por el cumplimiento de este acuerdo y evaluar el grado de desarrollo de la descentralización».

Según reza el texto, la UDC y la UVigo «asumen este acuerdo como solución de compromiso que permitirá poner a las tres universidades públicas gallegas a la vanguardia de la formación y la investigación de la Medicina en España».

Esa sería la motivación –al menos, la que recoge el documento– para firmar el acuerdo a pesar de mantener su aspiración de llegar a ofertar algún día el grado en Medicina en sus campus.

La USC, por su parte, se suma al pacto «con la voluntad de buscar fórmulas que permitan mantener la excelencia académica alcanzada por la Facultade de Medicina de Santiago a lo largo de su historia».

El documento pone el foco en que, con sus 403 plazas para nuevos estudiantes cada año, el grado en Medicina es el que mayor oferta presenta, y por ello «debe avanzarse en la descentralización como la mejor solución» para «aprovechar todas las capacidades» del sistema sanitario y universitario público gallego para conseguir «la mejor formación de los futuros médicos».

También para «abrir la posibilidad de que cualquiera de los profesionales de los hospitales públicos gallegos» que cuenten con la acreditación necesaria puedan ejercer como profesores y «contribuir decisivamente a la formación de los futuros profesionales de la medicina».

Las razones a favor de la descentralización se completan con promover la participación del «profesorado de las universidades de La Coruña y Vigo relacionado con las áreas de conocimiento propias del grado en Medicina» y «racionalizar el impacto de la docencia clínica en la actividad asistencial de los distintos hospitales, mejorando su calidad».

La idea de la descentralización como «solución de compromiso» tiene su origen en un acuerdo anterior, de hace diez años, en el que ya se reconocía «la demanda histórica de la UDC y la UVigo de impartir la titulación de Medicina» en sus campus.